Tiendas de gafas en Bilbao
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Tiendas de gafas en Bilbao
Boutique parece, óptica es: el matrimonio que ha abierto una tienda de gafas de diseño en BilbaoLas mejores ideas se presentan a menudo cuando desconectamos. Y sino que se lo digan a Javier Ochoa e Iñaki Cuesta, que el pasado 19 de enero, casi sin saberlo, empezaron a dar forma a un sueño que llevaba mucho tiempo rondando en su cabeza. «Fuimos a tomar el café de la mañana al Scala y vinieron mi hermana, Carmen, que regenta un hotelito en Garay con mi cuñado; y una amiga, que tiene una farmacia. Nos advirtieron de que los dos primeros años son bastante duros, pero que nos lanzásemos de cabeza, que nos iba a ir muy bien», cuenta Iñaki, que trabaja muy cerca, en la oficina central de IMQ Bilbao. Así nació Óptica Lisboa, un espacio con mucha personalidad y aspecto de boutique en el que visten la mirada con gafas de diseño desde el número 24 de la calle Rodríguez Arias. «Lo más difícil a la hora de emprender es encontrar el local idóneo. Y este nos pareció perfecto y muy céntrico».
Javier, jienense de 39 años y fiel a sus gafas hexagonales en color azul petróleo, es quien recibe y asesora cada día a la clientela. Estudió Óptica y Optometría en Madrid, donde vivió una larga temporada hasta que en 2017, un año después de conocer a Iñaki, decidió mudarse a Bilbao para construir un futuro juntos. Durante este tiempo, ha trabajado en distintas cadenas de ópticas, pero tenía muchas ganas de dar el salto y ponerse por su cuenta. «Sentía la necesidad de crecer profesionalmente y abrir mi propio negocio. Además, sabía que existía un universo paralelo, la óptica independiente, con marcas menos conocidas, pero con gafas repletas de color y formas muy originales».
Iñaki no solo está siendo «un gran apoyo» en esta aventura, sino que ha volcado su experiencia durante años como decorador en este pequeño local, que ha transformado en un espacio moderno y muy acogedor en el que abundan los materiales naturales y los colores cálidos. «Se me ocurrió pintar la fachada de naranja y mis compañeros, que pasaban cada día, no me decían nada. '¡Qué estarán haciendo estos', pensarían. Pero el resultado nos encanta y encaja a la perfección con el verde liquen del interior». Además, han llenado su óptica de pequeños 'tesoros' con historia y mucho encanto. «Las mesas y los bancos sobre los que exponemos las gafas son del comedor de La Naval de Sestao. Los conseguimos gracias a un conocido anticuario y solo los hemos limpiado. Las sillas son traídas de Berlín, esta otra me la ha hecho mi cuñado, Manu, que es un artista; las patas de la mesa eran de una butaca...». ¿Y el nombre? ¿Por qué Lisboa? «Porque es una ciudad que conocemos por separado y nos encanta, a casi todo el mundo le sugiere algo positivo. Es el primer viaje que queremos hacer juntos en cuanto podamos».
Javier e Iñaki apuestan por gafas con carácter, diseños atrevidos, colores inesperados y formas contundentes. Si los ojos son el reflejo del alma, podría decirse que las gafas lo son de nuestra personalidad. Por eso, estos emprendedores ven en cada una de sus piezas «auténticas joyas para remarcar cada facción, estilo y carácter». «Nos están sorprendiendo mucho, sobre todo, las señoras, por lo arriesgadas y divertidas que son. Tenemos una clienta de más de 80 años que se ha comprado ya dos pares de gafas súper modernas». Traen marcas independientes como las españolas Kaleos, Life Loft, Tiwi y GIGI Studios, la francesa Xit y la italiana Tree, con un estilo original y rompedor. «También están teniendo mucho éxito entre los turistas, sobre todo, entre los catalanes y franceses, que tienen un gusto exquisito para las gafas. Algunos se las llevan sin graduar para hacerlo ya en su país, porque están de paso y aquí no les da tiempo».
Eso sí, esta pareja recalca que pese al aspecto de boutique de su negocio, realizan el servicio completo de salud visual. «A mucha gente le tenemos que decir que es una óptica, que vendemos lentillas y graduamos la vista. De hecho, dejamos el gabinete, al fondo de la óptica, abierto todo el día e iluminado por la noche para que vean la maquinaria». Entre su gran abanico de opciones, también ofrecen monturas masculinas, unisex, infantiles... «El otro día una niña se quedó prendada de unas gafas que vio al pasar y volvió al día siguiente con sus padres, porque estaba cansada de llevar modelos aburridos». El rango de precios va desde los 80 euros hasta los 350 de alguna montura más exclusiva. «Al ser un negocio familiar y pequeño, mucha gente piensa que somos caros y les da vergüenza entrar. Siempre les animo a pasar y probarse todos los modelos que quieran», cuenta Javier, que lleva un delantal de lona en color beige porque rehúye de «la típica bata blanca».
Ambos reivindican la importancia de las gafas como complemento de moda. «Visten mucho la mirada y aportan ese aura de glamour. De hecho, algunos clientes llevan gafas a diario sin necesitarlas, como un elemento más del look». La ilusión de Javier e Iñaki es seguir descubriendo un «universo apasionante» que no deja de sorprenderles. «Yo sabía que existían todas estas marcas independientes y únicas, pero nuestra idea es traer cada vez firmas más atrevidas y especiales. Y que el público nos conozca y nos tome como referencia», apunta Javier mientras muestra unas gafas fucsias que no pesan nada. Si miran lejos, se imaginan abriendo más ópticas. «Hemos puesto mucho mimo en este proyecto y nos encantaría seguir creciendo y llegar a más rincones de Bilbao e incluso de fuera de Euskadi. ¿Por qué no? Somos muy optimistas».
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