Abre una novedosa tienda de ropa para hombre en el centro de Bilbao

Este bilbaíno de clara vocación artística sabe de lo que habla. Sus más de 30 años de experiencia en la industria de la moda son garantía de calidad, y a su selección de producto nos remitimos. Nada en este espacio está elegido al azar, ninguna de las piezas son fruto de la casualidad. Cada prenda, cada color, cada estantería tiene su razón de ser… hasta las cortinas italianas con borlones que cuelgan en la zona de probadores están escogidas a conciencia, casi a capricho. El espacio ha sido ideado por el estudio de interiorismo Bomarzo, con una distribución a modo de cóctel colorista que va guiando al propio cliente a través de sus dos alturas.

Tras formarse en icónicas tiendas de la villa, presenciar durante años las pasarelas internacionales de París y Milán, y haber viajado a las ferias de Londres, Berlín y Florencia para comprar tesoros, Josema tiene claro lo que quiere ofrecer al sector. Este empresario ha resurgido de crisis económicas que tumbaron las ilusiones laborales de muchos, ha lidiado con golpes inesperados de la vida, ha aprendido de buenos maestros y ha sorteado las garras de grandes dragones como Inditex, una escuela en la que aprendió «todo lo que no hay que hacer». Quizás por eso, su filosofía de trabajo se aleja del 'fast fashion' a favor de una moda mucho más consciente. Porque la sostenibilidad casi escrupulosa es uno de los firmes pilares sobre los que se asienta Nu Man. «Debemos hacer un consumo más responsable. De lo que se trata es comprar menos prendas que duren mucho más».

Puede que nunca te hayas parado a pensar que existan zapatos veganos hechos con restos biodegradables como manzanas, pero en esta tienda los hay, así como prendas confeccionadas con algodones orgánicos, tejidos reciclados y reciclables, muchos teñidos con tinturas ecológicas, algunos hechos a partir de algas y otros elaborados con plásticos que han sacado del mar. Del mismo modo, prescinden de pieles exóticas, como también lo hacen de aquel 'packaging' que vaya en contra de sus ideales. Reducir la huella de carbono sin descuidar la estética es posible. El trabajo será más arduo y la búsqueda más intensiva, pero el resultado es infinitamente más agradecido para todas las partes.

Que las prendas sean amables con el medio ambiente tampoco quiere decir que haya que pasar por alto la confortabilidad. En Nu Man se busca la comodidad para el día a día, siguiendo una estética urbanita con un punto diferente. Comodidad también a la hora de conservar las prendas, ya que muchos tejidos son técnicos, de esos que no hacen falta planchar y se secan en un abrir y cerrar de ojos. «Todo lo que tenemos es fácil de poner, de combinar y no requiere de excesivos cuidados. No compramos nada que haya que llevar a la tintorería, todo se puede lavar en casa», explica.

Tras cruzar el umbral de su puerta acristalada descubrimos la planta baja del local, una invitación a todo color que nos sumerge de lleno en su particular universo. A un lado, una pared de calzado y originales accesorios, al otro, percheros con piezas de colecciones exclusivas que se van nutriendo conforme pasan las semanas. Estampados miméticos en todas sus versiones, pantalones de hechuras atractivas, camisetas y camisas para todo tipo de perfiles, parkas, cortavientos, bombers, gabardinas… «Las prendas son bonitas por dentro y por fuera. Tienen unos acabados maravillosos y unos interiores a los que no les falta detalle», asegura.

La segunda planta, donde está ubicado el mostrador, se reserva para camisetas y sudaderas básicas en una amplia gama cromática, sumando sinergias decorativas con el propio color de las paredes y los detalles arquitectónicos. Un espacio más íntimo, que esconde también una exclusiva zona de perfumería unisex que no ha sido testada en animales. «Tenemos ahora una marca francesa de producción muy reducida, libre de plásticos, que se elabora y envasa manualmente en madera y cristal», desvela. Las alturas se coronan con dos cuadros de grandes dimensiones, advirtiendo que este espacio también tiene las puertas abiertas al arte y a cualquier artista que quiera exponer y vender su obra.

Una selección de producto cocinada a fuego lento, tan cuidada que solo se consigue a base de tiempo, trabajo e ilusión. De ahí que Josema retomara hace meses sus artes de comprador y se lanzara a las calles de otros países en busca del género que hoy cuelga de sus percheros como si fueran pequeñas obras de arte para llevar puestas. Prefiere no revelar todas las marcas que tiene en su haber, algunas inéditas en Euskadi, sino invitar al cliente a que las descubra in situ, porque cada una de las piezas guarda una historia que este empresario bilbaíno está dispuesto a desvelar. Ver la pasión con la que explica las bondades de cada una de las prendas que él mismo ha seleccionado con mimo es una 'masterclass' más que interesante para aquellos a los que les guste indagar en este aspecto. «Queremos volver al concepto de tienda de antes, a ese saber hacer, a aconsejar de forma honesta. A ponerlo fácil para crear una clientela fiel que sepa que aquí va a encontrar todo lo que busca».