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La técnica del macramé, que consiste en crear tejidos usando nudos decorativos, es tan antigua (2.300 a. C.) que sorprende que aún siga realizándose. Descubierta por los pueblos persas y asirios, su uso se redujo entonces a adornar con hilos anudados los bordes de los tapetes. El macramé ('nudo' en francés) resistió con elegancia el paso de los años gracias a su versatilidad, dejándose caer por toda Europa de la mano de los árabes. Hoy, infinidad de personas siguen perfeccionando este milenario método, considerado una placentera vía de escape, así como una forma de expresarse artísticamente. Tal es el caso de Naia Jorge Amaral (1997), natural de Mondragón, que elabora objetos y accesorios trenzados muy personales. Su proyecto de cuerdas, 'Namara Brand', vio la luz el pasado mes de mayo de 2021. Bajo un estilo entre hippie y étnico, en su pequeña marca se esconden productos artesanales realizados con mucha dedicación y cariño como bolsos, llaveros, correas para el perro, cuelga móviles, atrapasueños, posavasos y más. «Empecé de forma autodidacta por pura casualidad, empapándome un poco y viendo vídeos de las distintas técnicas de nudos que existen», recuerda.
A Naia, su creatividad y destreza con las manos le ha abierto la puerta a todo un nuevo universo. Tras estudiar empresariales y enfocarse hacia el marketing y comercio exterior, realizó un Máster en logística, y enseguida se puso a trabajar por la zona de Zamudio. Pero a esta joven tan despierta e inquieta todavía le quedaban ganas para emplear su tiempo libre a una de sus aficiones más queridas. «A mí lo que siempre me ha encantado desde pequeña son las manualidades y la fotografía. En verdad, buscaba algo nuevo que no hubiese hecho nunca, y en cuanto descubrí el macramé me enganchó totalmente», cuenta esta apasionada del surf que reside ahora en Abadiño. Entre los beneficios que le supone realizar esta actividad, ella destaca la facilidad con la que desconecta la cabeza y permanece en el momento presente. Y aunque entre sus planes no entraba hacer sus pinitos en el mundo de la moda, se siente feliz por poder ofrecer sus piezas, totalmente únicas, a quienes de verdad valoran todo el riguroso trabajo que hay detrás.
Los primeros artículos con los que comenzó su recorrido, y en los que inevitablemente primero piensa, fueron los bolsos. «Al final, te los pones para todo. Es lo que más cuesta hacer, aproximadamente semana y media, pero lo que visualmente atrae más», señala. Entre sus coquetos diseños, que pueden comprarse a través de su cuenta de Instagram, se encuentran modelos de diferentes tamaños, estilo de nudos y colores. Pero a Naia, a la que le encanta socializar y conocer las experiencias de la gente, lo que más le gusta son los desafíos. La joven de 25 años se adapta y personaliza de forma individual cualquiera de estos accesorios. Como novedad, acaba de presentar un llamativo bolso dorado, muy ponible a la par que elegante, e ideal para toda clase de evento más formal. A la espera de seguir por este inexplorado camino, nuestra protagonista se declara una férrea defensora de la reutilización y la sostenibilidad. «Lucho por un consumo responsable. Me gusta que mis creaciones provengan de materiales reciclados y cosas que encuentro, como aros de cortina», sostiene. Las cuerdas que utiliza provienen de deshechos de la industria textil y son 100 % de algodón. Y es que respetar el medio ambiente se ha convertido en una de sus máximas de vida.
'Namara Brand' nada a contracorriente de otras propuestas más comerciales. La marca de macramé no pretende, de momento, producir grandes cantidades. Cada pieza, desde un cuadro o macetero colgante pasando por otras más pequeñas como pendientes o diademas, es exclusiva y personal. Si un cliente busca algo único o hacer un regalo, rápidamente se llaman por teléfono para mirar posibles ideas. Hasta suelen mandarse fotografías y vídeos de inspiración. «Estas sinergias son importantes, porque me animan a crear nuevos productos, a la vez que me ayudan a ilusionarme para seguir adelante», se sincera esta joven creadora, que se atrevió también a diseñar un flamante espejo que expuso - y rápidamente vendió - en una tienda de Durango.
Mientras esta amante del yoga y del mar deja volar su imaginación - y compagina sus dos trabajos - publica en sus redes un gran número de artículos, cada cual más llamativo. «Los chupeteros de macramé se han vendido lo que más. Es una idea muy original que, además, queda muy bien. Les doy a elegir pinzas de diferentes formas como ballenas y estrellas, y pueden personalizarlo con el nombre y el color», explica orgullosa. En los tiempos que corren, cualquier revisión de producto es obligatoria cada cierto tiempo, buscando satisfacer las necesidades y caprichos del consumidor. «Hay que ir mirando qué es lo que tiene éxito, lo que no termina de funcionar o necesita un cambio… Yo funciono con cabeza y midiendo todo poco a poco», añade.
Su participación en diferentes 'markets' de la zona de Getxo, y durante las fiestas de pueblos cercanos a su domicilio, le han permitido empezar a moverse por el ambiente emprendedor. Naia se inclina más hacía la creación personalizada, aunque agradece establecer nuevos contactos y conocer propuestas que comparten sus mismos valores, ya que nunca sabes dónde aparecerán las oportunidades. Ella no se queda atrás, puesto que se anima a colaborar con entidades de marcado carácter social, algo que siempre potencia la venta. Hace poco, de hecho, se animó a contactar con la marca bilbaína de ropa vintage 'Pura Madre'. «Juntas dimos forma a una serie de chaquetas customizadas con flecos de macramé que quedaron espectaculares», rememora agradecida.
La de Abadiño seguirá desarrollando novedosos productos mediante la técnica del macramé, pero quiere enfocarse en ampliar su público. 'Namara Brand' sueña alto y va a su ritmo, sin pausa, pero sin prisa. A corto y medio plazo, busca diferenciar el proyecto en 3 gamas: una alta más exclusiva, otra infantil y una de bolsos para el día a día. «Mi plan es crear más bolsos y accesorios como diademas y pendientes para usar en bodas y ceremonias más formales. Puede que incluso me anime a probar con algo de ropa, una asignatura que tengo pendiente», recalca. Por el momento, podemos hacernos con uno de sus bolsos de red y pasearlo satisfechas por Bilbao.
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