Tienda 'vintage' en Getxo
La tienda 'vintage' de Getxo para comprar (y vender) prendas irresistibles

Raquel y Ziortza dejaron sus trabajos para abrir en Las Arenas un comercio con ropa de segunda mano

Ana Repáraz

Lunes, 10 de abril 2023, 18:49

El negocio de la ropa con vida previa atraviesa una época dorada en Bizkaia. El gusto por las prendas usadas, por revolver en busca de gangas o piezas insólitas va más allá de un simple gesto estético retrovisor. A veces encierra toda una filosofía de ... vida, un activismo ideológico y un afán por cambiar el curso de la industria de la moda. Este es el caso de Ziortza y Raquel, que decidieron dejar atrás su trabajo para dedicarse a lo que verdaderamente les apasiona: el mundo 'vintage'. En pleno centro de Las Arenas, en el número 2 de la calle Particular de Club, se encuentra 'Bonhomía', su tienda de segunda mano, donde las clientas pueden comprar e incluso vender parte de su armario. Estas emprendedoras, que abrieron en junio del año pasado, se servían en un principio de la ropa de familiares y amigos, pero celebran que «cada vez más gente se anima a vender prendas que ya no utilizan y están en perfecto estado, algunas incluso con etiqueta».

La idea nació cuando «empezamos a ser algo más conscientes» de que el consumismo masivo en la industria textil «es insostenible y la mayoría tenemos ropa que ya no usamos, pero está prácticamente nueva», cuenta Raquel. Además, la idea de comprar barato cala mucho entre el público, «ya que a todas nos gusta encontrar un chollo cuando vamos de compras». «Los precios aquí son bastante más baratos de lo que estamos acostumbradas», aseguran. Los ponen en función de la calidad, la marca y el estado de la prenda. Por ejemplo, un pantalón de Zara suele costar unos 10 euros, un vestido entre 15 o 20 y una camiseta ronda los cinco o siete. «De 5 a 40 euros hay mucho margen», aclara Ziortza. También ofrecen prendas más especiales de firmas de lujo como Gucci, Versace, Michael Cors o Loewe. «Cuestan más, pero la composición del producto es mejor, así que las clientas no ponen pegas», añade. Y no faltan complementos como bolsos, collares o pulseras. «Zapatos traemos menos porque la gente es más reticente».

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El perfil de sus clientas es variado. «Algunas vienen una vez a la semana o cada dos, porque no tienen ningún tipo de prejuicio respecto a la ropa 'vintage'. Pero también tenemos clientas que nunca han comprado ropa usada y al ver algo en el escaparate que les ha llamado la atención, se animan a comprar», cuentan. A veces, se llevan alguna grata sorpresa. «Mujeres que no suelen buscar las ofertas, entran a probarse ropa, porque valoran que sea diferente. De hecho, el otro día nos confesó una señora que era la primera vez que compraba un artículo 'vintage' y se sentía muy orgullosa de consumir de una manera más responsable», recuerda Ziortza.

Mientras que en las tiendas convencionales los estampados y las prendas siguen una misma línea, en 'Bonhomía' se puede encontrar ropa de varios estilos y temporadas. «La gente viene buscando algo diferente con lo que sentirse especial», apunta Raquel. Ambas defienden que otra de las bondades del mundo 'vintage' es que «las probabilidades de coincidir con el mismo modelito son mínimas».

Se puede vender ropa

Algo que llama la atención es que el local no tiene la apariencia de una tienda 'vintage' al uso. «Aquí desinfectamos y ordenamos las prendas según las tendencias del momento». De hecho, más de una clienta se ha percatado de que estaba en un comercio de ropa de segunda mano «al preguntar por los precios y ver que todo está más barato». También ofrecen la posibilidad de sacar provecho económico a esas prendas muertas de risa en el armario. «Muchas personas vienen únicamente a vender ropa, otras solamente compran y algunas hacen ambas cosas», aclaran. El temido cambio de armario, que se aproxima en primavera, puede convertirse en una grata experiencia. «Una clienta, que vino hace poco, se enamoró de un cinturón de Gucci, pero como por el momento no tiene dinero para pagarlo, viene al menos una vez por semana para vender ropa y poder comprárselo con ese dinero».