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La nueva tienda de Bilbao que convierte tus ojos en un collar o un cuadro para el salón.

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La nueva tienda de Bilbao que convierte tus ojos en un collar o un cuadro para el salón. Mireya López

Tienda en Bilbao

La nueva tienda de Bilbao que convierte tus ojos en un collar o un cuadro para el salón

La galería francesa Iris Galerie, que ha abierto en la calle Bidebarrieta del Casco Viejo, plasma tu iris en una obra de arte en solo diez minutos

Silvia Andrés

Miércoles, 2 de octubre 2024, 18:23

Desde hace apenas dos semanas, son numerosos los paseantes del Casco Viejo que con mucha curiosidad y sorpresa observan su iris en el espejo que hay justo en la puerta de Iris Galerie, el nuevo negocio que ha abierto sus puertas en el número 7 de la calle Bidebarrieta. «Llama mucho la atención el espejo, se para un montón de gente. Pero también las fotos gigantes de diferentes iris que tenemos en la galería. La verdad es que el mismo día de la inauguración, que abrimos a media tarde para que todo estuviera perfecto, ya hicimos cinco trabajos», explica Alexandra, responsable de esta nueva tienda de Bilbao que convierte tus ojos en un cuadro sorprendente para colgar en cualquier rincón de casa.

Mireya López

La idea de fotografiar el iris en proporciones inéditas nació en plena pandemia, de la mano del fotógrafo e ingeniero francés Emeric Wehbeh. «En aquel momento, como todos íbamos con mascarilla, lo que más resaltaba de nuestra cara eran los ojos y él pensó que sería una gran idea fotografiarlos al detalle para convertirlos en una obra de arte», cuenta Alexandra. Así, Wehbeh desarrolló una técnica fotográfica que permite verlos 100 veces más grandes que su tamaño original. La idea gustó a diversos inversores y tras echar a andar en 2020, la expansión del negocio ha sido imparable. En solo cuatro años, han llegado desde Francia a 18 países, sobre todo europeos. «Aunque también estamos en México, Estados Unidos y Canadá. En España estamos presentes en Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla y ahora en Bilbao. La idea es seguir expandiéndose por todo el mundo», revela Alexandra.

Mireya López

El proceso que llevan a cabo en Iris Galerie es sencillo y dura apenas 10 minutos. Primero, el cliente puede ver su ojo en el espejo de la entrada y elegir el que más le guste para la fotografía. Después, una vez dentro, se coloca frente a la cámara como si estuviera en el oculista y tras el disparo, solo queda esperar unos minutos. «Les enseño en el ordenador cómo queda el iris y después pueden elegir si dejarlo tal cual o añadirle algún efecto, pero solo alrededor, porque la imagen del iris se queda tal cual, sin ningún retoque. Es cien por cien natural. Son tan bellos y tan diferentes unos de otros que no es necesario», recalca Alexandra.

Una vez que el cliente ve su iris en semejantes proporciones en la pantalla del ordenador, algo que no ha experimentado nunca, la sorpresa es la emoción más dominante. «Ninguna de las personas se ha mostrado indiferente. Se quedan boquiabiertas y emocionadas. Además, muchos descubren matices de sus ojos que obviamente desconocían. Por ejemplo, la semana pasada, un chico con los ojos marrones pudo observar que su iris también tenía pequeñas rayas azules. Se emocionó mucho al recordar que su abuela tenía los ojos de ese color».

Mireya López

Experiencia gratuita

Lo mejor de Iris Galerie es que hasta esa parte, la experiencia es completamente gratuita. «No hay ningún tipo de compromiso. Se enseña la fotografía en la pantalla y después el cliente ya puede decidir si quiere tenerlo en soporte físico o no», explica Alexandra. Las opciones son numerosas, desde las más caras como los cuadros acrílicos hasta la impresión 20x20 en papel fotográfico, que es la más económica, con un coste de 49 euros. También hay cuadros de aluminio, light box (cajas de luz) y hasta collares y pulseras. El cliente puede decantarse además por una copia en archivo digital en HD, para luego poder imprimirla por su cuenta en el tamaño que prefiera. Todas las opciones se entregan con un sobre que incluye un certificado de autenticidad de la pieza.

Mireya López

A Iris Galerie no solo acuden personas solas, de hecho, como explica Alexandra, es muy habitual que vayan parejas o familias enteras, para inmortalizar en un mismo soporte el iris de todos sus miembros. «Estamos muy sorprendidos también de los numerosos turistas que entran. Acabo de entregar un acrílico a una pareja de holandeses. Aunque lo más destacado de nuestra tienda de Bilbao es que vienen numerosas madres con sus hijas para tener juntas sus iris, algo que no ocurre tanto en otros sitios. Y me parece un recuerdo realmente precioso», concluye Alexandra.

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