Tienda en Bilbao

'Cabecita de ajo', la nueva tienda de Ander en Bilbao que no vende ajos, pero sí objetos de diseño insólitos

El lunes floreció en El Casco Viejo 'Cabecita de Ajo', una tienda naranja en la que no se venden ajos. Detrás de este proyecto, está Ander Lantarón, un ingeniero de 34 años que después de trabajar en el sector industrial y ser profesor de matemáticas en un instituto, se ha lanzado a abrir una tienda llena de todas «esas cosas bonitas» que tanto le gustan. «Porque vida solo hay una y me apetecía mucho hacerlo». En esta 'concept store', que recuerda a las tiendas 'cool' de Madrid y Barcelona, se pueden encontrar objetos curiosos de diseño, muchos de marcas locales, difíciles de ver en otros comercios bilbaínos. En esta aventura no está solo. Le acompaña a media jornada Rizos, el perro «alegre, sociable y juguetón» que adoptó hace cuatro años en la perrera de Artxanda. Ander y su pareja, Ritxi, fundaron en 2020 la firma de complementos textiles Uda Bilbao, todos hechos por ellos en su casa del Casco Viejo, pero este salto en solitario supone un paso más en la apuesta de Ander por la artesanía y el talento local.

'Cabecita de Ajo' es una tienda de regalos (y autorregalos) con los que sorprender incluso a quienes ya tienen de todo. Allí se pueden encontrar desde collares de diseño de los que cuelgan latas de sardinas y calcetines divertidos llenos de porciones de pizza hasta peines que parecen perros salchicha y jarrones con forma de plátano. Triunfan también los cuadernillos plantables cubiertos de semillas, que al acabar de escribrirlos se pueden reutilizar para plantar tomates o zanahorias en casa. «Yo quería que fuese un faro de creatividad y tendencia en el Casco Viejo. Somos como el Inspector Gadget de las tiendas, porque buscamos y encontramos objetos de diseño insólitos, originales y bonitos. A veces los encontramos al lado de casa y otras veces viajamos al norte de Europa», explica Ander.

Este emprendedor ha escogido «con mucho mimo» unas 50 marcas, tanto locales como nacionales e internacionales. «La mitad de la tienda está reservada para nuestras creadoras y artesanas vizcaínas. Muchas no tienen un punto de venta físico y queríamos que fuese un lugar en el que mostrar su artículos, tantas veces invisibles». Ofrece las piezas únicas de cerámica hechas a mano por Susana, de la firma LaPreTAda; las lámparas 3D con plástico reciclable que José Real crea en su casa de Santutxu, las horquillas 'vintage' que hacen dos ingenieras bilbaínas apasionadas por la moda... Una tienda dedicada al arte, el diseño y la artesanía que conviene descubrir con tiempo. «También tenemos marcas de bisutería muy diferentes entre sí, mochilas impermeables diseñadas en Dinamarca, bolsos a todo color hechos por Ana en Sevilla, pañuelos y fulares de unas diseñadoras barcelonesas...», enumera Ander, incapaz de elegir su artículo favorito.

Los artistas que están detrás de todas estas piezas son para este emprendedor los verdaderos protagonistas. Por eso, junto a sus diseños, ha colocado un cartel con la fotografía de cada creador y una breve descripción para que la clientela pueda conocerles mejor. Además, ocupan un lugar destacado las ilustraciones de 16 ilustradores, con nombres como Flavita Banana, Ana Jarén, Mikel Casal o Bea Aparicio. Eso sí, imposible no fijarse en el San Pancracio que Ander ha colocado detrás del mostrador. «Me lo ha traído mi amama esta mañana para que me dé suerte. Le ha puesto todos los complementos: un saquito con perefil, una castaña, una moneda de 25 pesetas y una rama de canela. Si después de su regalo, 'Cabecita de Ajo' no funciona...», ríe.

En esta tienda tan original, el nombre no podía pasar inadvertido. Antes de que abriesen, mucha gente pensaba que en 'Cabecita de Ajo' se venderían ajos, pero Ander quiso homenajear a un personaje 'txirene' muy popular en el Casco Viejo a principios del siglo XX. «Le apodaron 'Cabecita de ajo' porque era un hombre de más de dos metros con una cabeza minúscula. Se convirtió en una de las figuras más reconocidas de nuestro barrio. Primero, por su fuerza y corpulencia, pero después por ganarse la confianza de quienes se acercaban a él. Quería llamar así a mi tienda porque, como él, es diferente y especial. Y ojalá también se gane el cariño de todo el que entre por la puerta», desea Ander.

Pese a que abrió este lunes, ya siente el apoyo de su clientela. «Esa misma mañana, me dejaron mi primera reseña en Google y reconozco que se me saltaron las lágrimas». Y no es para menos, porque Ander regenta, según Haizea, la clienta que le ha emocionado con su comentario, «una tienda súper bonita, con láminas y productos de artistas locales. Muy muy chula, comercio de calidad, que es lo que necesita nuestro Casco». Una calurosa bienvenida que también le han dado los vecinos de Artekale y quienes se asoman a su escaparate para echar un ojo a todos esos artículos curiosos seleccionados y hechos con mimo. «¡Qué bonita! ¡Está preciosa!», le grita una señora con «mucha prisa» que promete pasar más tarde.

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