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«Utiliza siempre tacones. Te dan poder, hacen que te muevas distinto y que hables distinto», aconsejaba la editora de moda Carine Roitfeld. Pero hoy en día el criterio ha cambiado y casi todos seguimos la misma regla a la hora de adquirir calzado: la ... comodidad es lo primero. Una buena pisada y nuestro bienestar marcan la pauta. Y si a esto le añadimos un producto fabricado con cabeza, la compra está más que asegurada. Conscientes de este cambio de paradigma, cinco jóvenes emprendedores crearon hace año y medio una marca de tacones intercambiables. Un diseño todoterreno que permite, con un solo 'click', disponer de tres alturas diferentes en un mismo zapato: alta, media y baja. ¿Suena bien verdad? Se trata de la opción perfecta para esas jornadas maratonianas que empiezan en la oficina, pero es probable que acaben en una cena o una noche de copas con amigos. Una original idea que nació tras un esguince de tobillo por un tacón roto durante un viaje al extranjero y que, el próximo 4 de marzo, competirá en la Global Student Entrepreneur Awards (GSEA). Será el preludio para el lanzamiento de 'Myway Heels', ya que sus creadores quieren empezar a fabricar sus revolucionarios zapatos en nuestro país.
Yaiza Barandiarán, Aroa Ugarte, Clara Abades, Yago de la Rica y Jon Ander Merodio son estudiantes del grado LEINN (Liderazgo Emprendedor e Innovación) de la Universidad de Mondragón. Se conocieron en 2019, nada más iniciar su periplo educativo en la universidad, y tienen todos entre 20 y 21 años. Viven en distintas localidades de Bizkaia, y el grupo en sí se complementa y entiende muy bien. Entre sus aficiones, destacan actividades creativas como el dibujo, la poesía, el arte en general, la música y también el tema 3D y los videojuegos. Yaiza y sus compañeras fueron las que dieron el pistoletazo de salida con sus 'heels', y más tarde se incorporaron al proyecto los dos varones, «uno durante la pandemia y el otro después».
«Cuando empezamos la carrera, viajamos cuatro meses a China. Salimos una noche y Clara se hizo un esguince porque se le rompió el tacón de fiesta. Y así nació todo», recuerda la CEO de 'MyWay Heels'. Una idea que se fue fraguando en sus mentes tras presentar el proyecto y obtener valoraciones muy positivas. Al regresar a Bilbao, un ingeniero les ayudó con un primer prototipo en 3D. Acudieron a la 'Sustainable Week' de Madrid y utilizaron este primer vídeo promocional, sin perder un ápice de la ilusión con la que comenzaron. «La gente no creía mucho en nosotras, no nos tomaban muy en serio, pero seguimos luchando y yendo a por todas», explican estas jóvenes imaginativas y talentosas.
Viajaron a Barcelona a un par de reuniones y después llegó la pandemia, que cambió su mecánica de trabajo - se pasaron a las quedadas por Zoom -, pero no mermó para nada su actividad. «Nos pasábamos hasta ocho horas delante del ordenador, y le metimos mucha caña. Conectamos con la gente y empezamos a crear comunidad», sostienen. Hasta lanzaron un pequeño 'crowdfunding' para financiarse, contando con más de 25 inversores. Después, llegó una estancia en Berlín durante el pasado curso y una ronda de 'merchandising' en la que pusieron a la venta 'tote bags' y pegatinas.
No hay un día rutinario en la vida de estos 'nuevos empresarios'. Aunque siguen llevando a cabo sus tareas formativas, su esfuerzo se centra principalmente en su firma de zapatos. No tienen profesores ni clases, y entre ellos se organizan para entregar documentos, lanzar 'newsletters', contactar con inversores, asistir a reuniones, trabajar en la expansión de la marca, actualizar la página web... «La carrera es curiosa, todos tenemos muchas ganas de trabajar. Algunos somos más seguros y decididos, pero creces mucho ante las adversidades y al enfrentarte a diferentes situaciones», declara Barandiarán.
'MyWay Heels' tiene un mecanismo muy sencillo para intercambiar la altura de los tres tacones: de 10, 5 y 2,5 centímetros. Es tan fácil como girar una pieza, sacar del zapato el tacón en cuestión y colocar el nuevo. Hoy disponen de tres posibilidades para elegir que esperan ampliar en un futuro. Un invento novedoso que el consumidor más concienciado con el medio ambiente apreciará, ya que con esta sandalia bilbaína ya no será necesario comprar otros dos pares.
Aunque podamos pensar que el coronavirus se ha llevado por delante la ilusión de muchas mujeres de verse favorecidas y estilizadas por la altura extra, varios estudios han demostrado que esa sensación de empoderamiento y confianza sigue ahí. Pero hoy en día no hay nada más 'cool' que el confort y empezar por los pies es el primer paso. «Una podóloga de Santander nos hizo estudios de pisada, y podemos constatar que son muy buenos. Nuestra sandalia puede que sea más cara, costará alrededor de 150 euros, pero también hay que tener en cuenta todo el uso que vas a darle y el dinero que vas a ahorrar», comentan estos emprendedores, que apuestan por la salud sin renunciar a la estética y sin contribuir al 'fast fashion'.
Durante las próximas semanas, el equipo se mudará medio año a Corea. Eso sí, Yaiza se unirá más tarde, porque tendrá que presentar el proyecto en la final de los premios emprendedores que tendrán lugar en Barcelona, donde su proyecto competirá con el de otras cinco empresas. Una vez regresen del país asiático, empezarán a fabricar tiradas razonables de sus sandalias en nuestro país. Un reto que implicará recaudar dinero solicitando subvenciones y participando en competiciones y 'markets' para darse a conocer.
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