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La temporada festivalera comienza a lo grande en Coachella, una burbuja elitista, cuna de la música y el postureo. Cada año, en la ciudad de Indio se anticipan las primeras tendencias que, más tarde, se repiten en el resto de eventos musicales a lo largo y ancho del globo. Entre ellos, el BBK Live, donde este año hemos visto todo tipo de estilismos, desde los más clásicos a los más alocados. Si durante años los flecos, las flores y las botas cowboy han campado a sus anchas entre concierto y concierto, ahora parece que estamos viviendo un momento de inflexión. Este típico uniforme festivalero está perdiendo fuerza en favor de la excesiva corriente 'trap', abanderada por artistas como C. Tangana, Nathy Peluso, La Zowi y, sobre todo, por Rosalía. La catalana es la reina indiscutible dentro y fuera del escenario, tal y como hemos podido reafirmar en su último concierto, celebrado en el escenario Nagusia de nuestro querido festival. Su look, obra de la estilista Samantha Burkhart, es el ejemplo perfecto de esta nueva estética que arrastra a artistas y festivaleros y, curiosamente, es el mismo que llevó en Coachella hace unas semanas pero en otro color.
A las 23.00 horas de la noche, arrancaba el acto más esperado de la segunda jornada del festival. La artista hacía su entrada triunfal ante la ensordecedora ovación del público que colapsaba el escenario principal, reservado solo para los grandes de la industria. Ahí, en lo alto, como una diva, presentaba su último disco, 'El Mal Querer', ante bilbaínos y forasteros. La intérprete de 'Malamente' se ha enfundado en uno de sus característicos looks que rozan el exceso. En este caso, ha seguido su línea habitual con un conjunto de vinilo rosa, compuesto por una chaqueta 'cropped' y unos pantalones abombados de cintura alta a juego, ambos de L.A. Roxx. Esta firma californiana cuenta con una colección de prendas de PVC que rondan los 350 dólares cada una, aproximadamente.
La artista ha completado su look con un sujetador-joya del mismo tono, cuajado de cadenas doradas de estética vintage, de la firma Laurel DeWitt. Si en Coachella optó por llevar el conjunto de color rojo y el sujetador negro, tal y como vemos en la imagen inferior, en esta ocasión ha optado por los tonos rosa pastel en cada una de las prendas. Como accesorios, ha elegido sus característicos aros y un clásico cinturón con triple cadena de eslabones que en los 90' copaban las creaciones de Karl Lagerfeld para Chanel y hoy se han adecuado a los looks del 'trap'. Además, en un momento del concierto, ha cantado con unas gafas negras de montura 'mini' y estética futurista.
Ya lo decía su colega de profesión, La Zowi, en una de sus canciones: «Lleva mucho maquillaje en la cara, si tú eres Zara yo soy Donna Karan». Este tipo de cantantes se caracterizan por el maquillaje extremo, con un 'eyeliner' muy marcado, labios a todo color, cejas gruesas y perfectamente delineadas y algún que otro toque de purpurina o fantasía. En este caso, ha vuelto a potenciar la mirada y ha llevado unos labios jugosos en tonos bronce. Además, ha recogido su cabello con un coletero-joya en una de sus caacterísticas coletas altas y pulidas. Tampoco le han faltado sus largas uñas de gel con detalles en relieve para completar otro de sus peculariares y reconocibles looks.
Rosalía es un referente del 'trap', fuente de inspiración para el mismísimo Almodóvar y musa de Palomo Spain, el diseñador cordobés que firma muchos de los estilismos que hemos visto durante su gira. Abandera la estética deportiva, en la que no faltan prendas de Adidas, Nike, Umbro o Kappa. Le gustan los bolsos y riñoneras de Gucci y Louis Vuitton. De hecho, tiende a utilizar prendas repletas con el logo de esta firma francesa en muchos de sus looks, como ocurre en su videoclip, 'Con Altura'. Cuando se viste 'de largo', elige los especiales estilismos de la consolidada diseñadora María Escoté o de la firma emergente Reveligion, capitaneada por María Rodríguez. Ambas prestan especial atención a los colores divertidos y los volúmenes exagerados.
La estética 'trap' es capaz de englobar la moda urbana, deportiva y rapera en un mismo concepto. Indagando en sus orígenes, podemos encontrarlos en los suburbios de ciertas ciudades al sur de Estados Unidos. Este contexto social se extrapola a la corriente musical del momento y la moda se ha dejado, irremediablemente, empapar por ella, creando una especie de nueva cultura urbana en nuestro país. Su impacto estético, en ocasiones, puede ser tildado de 'choni', excesivo, opulento, con una recurrencia casi extrema en los detalles de oro, las transparencias y las aberturas. Sin embargo, esta forma de vestir tiene nombre propio y se llama 'ratchet', una forma de interpretar la moda según el 'más es más' que ha conquistado a cada vez más jóvenes de la generación Z y 'millenial', tal y como Bizkaia Dmoda ha podido comprobar momentos antes del concierto, donde encontramos a las dignas herederas del estilo de Rosalía.
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