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Comenzamos la semana repasando los últimos coletazos de unos atípicos premios Goya que nos ha dejado curiosas anécdotas, como el misterioso traje extraviado de Jon Kortajarena. El look del bilbaíno, que epató a la mismísima Paz Vega, fue casi tan comentado como el diseño ... que eligió Candela Peña, nominada a 'Mejor Actriz Protagonista' por 'La boda de Rosa'. La catalana, que ya tiene tres 'cabezones' en su poder, no se alzó finalmente con el galardón, pero consiguió dar que hablar con un look de inspiración nupcial con el que se ganó el sobrenombre de 'la novia de la noche'. Y es que, así como Nerea Torrijos, ganadora del Goya al 'Mejor Diseño de Vestuario' quiso homenajear a la película 'Akelarre' en la que ha trabajado como figurinista, Peña quizás se vistió de novia para lanzar un guiño a la comedia de la que es protagonista, donde encarna a una mujer que se casa consigo misma.
Su estudiado conjunto estaba ideado por la estilista Leticia Riestra y confeccionado a medida por Redondo Brand, una firma creada en 2019 y capitaneada por Jorge Redondo. Tal y como reconoce el diseñador a 'S Moda', el fin de esta marca es «adaptar las tendencias al gran público», ofreciendo piezas actuales a precios accesibles. Este modelo en concreto está compuesto por un vestido 'mini' en crepé de seda blanco, corte recto y escote palabra de honor, sobre el que llevó un teatral abrigo de mangas abullonadas rematado en cola, elaborado con 12 metros de tafetán.
La tendencia de los volúmenes excesivos es una constante recuperada de los grandes de la moda por la industria nupcial desde hace varios años, como pudimos comprobar con el vestido-globo de Carlota que causó furor en redes sociales o con los diseños para novias de firmas como Sophie et Voilà, que ha hecho de las líneas arquitectónicas una de sus señas de identidad. Tanto es así, que en perfiles de Instagram como 'Spain Is It', donde se repasan los looks de las 'celebrities', se han hecho eco entre sus seguidores del curioso parecido que existe entre varias propuestas de su colección de 2020 y la que ha lucido Candela Peña en los Goya de este año.
Sofía Arribas es la fundadora de la firma y quien se encarga de la dirección creativa. Es arquitecto de formación y su amplio conocimiento de las formas y los volúmenes quedan plasmados en su obra. A finales de julio de 2019 lanzaron una colección de «arquitectura emocional», cuajada de ideas intrépidas y cortes precisos que consiguieron el aplauso del público nipón, ya que fue presentada en la embajada española de Tokio (Japón). Tras su proceso de internacionalización, esta etiqueta de cuño bilbaíno se ha convertido en todo un referente también fuera de nuestras fronteras. «Es una colección muy minimal, para una novia a la que le gusta la moda, la arquitectura, la escultura. Es otro concepto», afirmaba en su día Saioa Goitia, CEO de la compañía.
Entre sus propuestas destacaron el modelo 'Dune', un minivestido confeccionado en organza de seda de la mejor calidad, con cola desmontable y mangas con volumen, y el abrigo 'Dorotea', elaborado sobre un patrón de inspiración Balenciaga que puede apreciarse fundamentalmente en el volumen de su espalda. Las mangas, abullonadas pero acabadas de forma ajustada, van rellenas de tul. Está realizado totalmente en cloqué de seda con finísimos hilos de lamé que dan textura al conjunto.
Este tipo de abrigos, como bien precisa en su descripción Sophie et Voilà, tienen un claro referente en la figura de Cristóbal Balenciaga, aunque no es frecuente verlo en propuestas nupciales. El maestro de Getaria era un experto en crear sinergias entre moda y arquitectura, domando las telas con una precisión que pocos han podido lograr. «Un buen modisto debe ser arquitecto para la forma, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo para la media», solía decir. Su gusto por las telas pesadas de apariencia escultural le llevó a crear algunas de sus piezas más enigmáticas, entre las que destaca un voluminoso abrigo de tafetán de seda en color negro que perteneció a la señora Domínguez de Arbide. De su esencia bebieron otros grandes como Hubert de Givenchy, Oscar de la Renta, André Courrèges, Emanuel Ungaro o Christian Dior.
Como ejemplos más recientes que prueban su influencia tenemos el abrigo turquesa de Badgley Mischka que llevó Hellen Mirren en la presentación de 'Catalina la Grande' en 2019 o aquel inolvidable abrigo rojo de 1992 que parecía flotar sobre la pasarela, firmado por Gianfranco Ferré, quien llevó las riendas de Christian Dior desde 1989 hasta 1996.
Dior, que siempre mostraba su devoción hacia el diseñador vasco, decía que «la Alta Costura es como una orquesta, cuyo director es Balenciaga. Los demás modistos somos los músicos que seguimos las indicaciones que él nos da». Y no le faltaba razón, puesto que tomar como inspiración el trabajo de grandes 'couturiers' es una constante en la moda. El problema llega cuando las fronteras se difuminan. «Ya está todo inventado», dirán muchos, pero ¿dónde están los límites?
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