Peluquería en Bilbao (Marcel Arranz)
El sueño de Marcel Arranz continúa: 40 años de la peluquería más «sensible» de BilbaoPeluquería en Bilbao (Marcel Arranz)
El sueño de Marcel Arranz continúa: 40 años de la peluquería más «sensible» de BilbaoEncontrar negocios longevos es cada vez tarea más complicada. Por eso, cuando uno cumple 40 años hay que celebrarlo por todo lo alto. Es lo que le ha pasado a las peluquerías Marcel Arranz, que llega a las cuatro décadas con más fuerza y salud que nunca. Si lo comparásemos con un tratamiento capilar, sería el revitalizante.
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«Será un acto emocionante», se sincera Pilar Arranz, confundadora de esta empresa junto a su marido, Marcel, que lo da nombre. Juntos empezaron «muy jovencitos». Se hicieron novios y socios casi a la vez. Con 21 años abrieron su primer local en el barrio bilbaíno de Deusto. «Es la lonja de al lado de la actual. ¡Eran 38 metros cuadrados!», recuerda. Llenos de felicidad extrema: el primer día que abrieron las puertas era la constatación de un sueño cumplido.
Pilar quiso ser peluquera «desde siempre». Le encantaba peinar: «Era y es mi pasión, aunque ahora ya no pueda estar en el salón». Sus problemas de salud la alejaron del día a día del negocio -para llevar la empresa tiene un equipo de profesionales «de bandera»-, pero el vínculo emocional no lo ha roto.
Cuando conoció a Marcel, él era un «chico bohemio», le gustaba la música, tocaba la guitarra y estudiaba Delineación. Sin embargo, la pasión de ella le contagió de tal modo que acabó dejando todo eso «para estudiar peluquería». Y encontró en ello también un vehículo de expresión que le llenó. Cuando fue a la mili, ya habían tomado la decisión de abrir una peluquería y a su vuelta, Pilar lo había dispuesto todo para la inauguración. Era el 28 de junio de 1983.
«Éramos un equipo muy joven, todos de la misma edad, veinteañeros, salvo una oficial que tenía 30 y era la veterana», señala. Al principio, los primeros que se acercaron pensaban que era una academia... y qué equivocados estaban. Era la primera piedra de un templo capilar con «influencia francesa» que ahora tiene tres peluquerías, en Deusto, Algorta y Las Arenas; y una barbería en el Ensanche. Además, cuentan con un gran equipo formado por más de una veintena de profesionales.
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Durante todo este tiempo, los viajes del matrimonio han sido incesantes para estar siempre al día. «Para nosotros, la peluquería es un arte. Es una forma de expresión. Es una forma de hacer que las personas se sientan bien consigo mismas», dice ella. Algo que han logrado «aprendiendo de los mejores: como Llongueras, Tony&Guy, Vidal Sassoon y Jacques Dessange».
Pilar y Marcel hacían un equipo perfecto y de éxito, incluso cuando les cercaron las nubes negras. Hace 16 años, él enfermó de cáncer. Aquello, les unió más y les sirvió también para dar una vuelta de tuerca más al negocio. «En las sesiones de 'quimio', en Cruces, veíamos a otras personas que habían perdido el pelo y llevaban pelucas para intentar verse mejor, pero se notaban. Ahí dijimos que nosotros teníamos que hacer algo para mejorar eso».
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Al año siguiente, empezaron a atender las necesidades capilares de los pacientes oncológicos. La segunda planta de uno de nuestros centros está dedicada «solo a ellos, a sus cuidados». Y lo hacen con la sensibilidad que da también el haber estado ahí, en ese mismo lugar. La mayoría de quienes se acercan lo hacen «en plazo» y antes de perder el pelo ya tienen asegurado que nunca se verán sin él sino quieren.
«Pero también hay un pequeño porcentaje que no lo ve venir a tiempo y luego necesitan nuestra ayuda. Si hace falta, les dejamos uno de nuestros postizos para que no tengan que verse mal hasta conseguir el suyo personalizado», remarca Pilar. Aquí, la empatía es muy importante y de eso en Marcel Arranz van sobrados.
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Desgraciadamente, Marcel falleció en 2012. Fue un momento muy duro para Pilar, pero, tras un pequeño descanso, decidió volver con más fuerza. «No podía dejar tirados a mis clientes ni a mi equipo». Desde entonces, se hizo cargo de todo y también sacó adelante a sus dos hijas, Paula y Patricia. Ambas han seguido de alguna manera el camino marcado por sus padres. «Paula es fotógrafa, muy creativa», dice su madre. Y Patricia trabaja en la firma L'Oreal en Madrid.
Cuando un cliente acude a una peluquería de Marcel Arranz lo primero que va a recibir es cuidado. «Nos preocupamos por la calidad capilar y luego vamos a lo siguiente», señala. Es decir, si quieres un cambio de imagen, antes que nada van a estudiar cómo tienes el pelo y el cuero cabelludo. También son especialistas en color -«Es el rey en estos tiempos»- y en el método 'curly'.
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Para atender las nuevas tendencias masculinas, abrieron una barbería en el Ensanche de Bilbao. «Funciona muy bien, los hombres de aquí son muy coquetos», ríe Pilar. De hecho, algunos pasan cada quince días a retocarse el corte, la barba e, incluso, a cuidar sus uñas y manos. En todos los casos, además, se preocupan por utilizar «los mejores productos y los más cuidados con el cliente, el profesional y el medio ambiente».
-¿Y cómo somos las bilbaínas?
- Hombre, hay de todo y nosotras atendemos todas las necesidades, pero en general no nos gustan mucho las estridencias y valoramos mucho el cuidado y la belleza de nuestro cabello.
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El aniversario de las peluquerías Marcel Arranz va a ser «toda una fiesta» con 180 invitados. Han preparado una gala que arranca este miércoles a las 19.30 horas en el Hotel Carlton y estará presentada por la periodista Virginia Melchor, coordinadora de Bizkaia Dmoda, y María de Maintenant, colaboradora de esta sección de EL CORREO. «Será muy emotivo», adelanta Pilar Díaz.
El acto tendrá diferentes partes. Habrá dos actuaciones musicales, de la que no quiere revelar muchos datos porque son sorpresa, y tres desfiles. Uno de moda en el que Mercedes de Miguel presentará su nueva colección y las modelos serán «clientas de nuestras peluquerías de todas las tallas y edades». Otro abarcará el universo masculino y el tercero será de moda nupcial, «donde haremos también un guiño al Día del Orgullo Gay».
Entre los asistentes estarán diferentes personalidades de todos los ámbitos de la sociedad bilbaína, incluido las instituciones. Otro punto importante será la proyección de un vídeo emocionante donde se recordará la figura del desaparecido Marcel Arranz, un hombre discreto, lejos de los focos y los brillos del mundo en el que trabajaba. La fiesta terminará con un cóctel.
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