Bodas en Bizkaia (Paula, la novia de la pamela)

Paula, la novia de la pamela que acaparó todas las miradas este sábado en Lekeitio

Paula Gorriaran y Jon Pérez empezaron a salir juntos en 2022, pero sus caminos se cruzaron mucho antes. Se llevan cinco años, así que cuando él terminó ADE en la Facultad de Economía y Empresa de Sarriko, ella entró para estudiar Economía. El destino quiso que se conociesen por un amigo en común. «Un colega de toda la vida de Jon entró en mi clase, porque era su segunda carrera. Y en algunas quedadas con más amigos venía Jon. Ya había una conexión, pero yo en aquel momento tenía pareja», recuerda esta joven de Muskiz de 31 años. La vida les distanció, pero las redes sociales volvieron a unirles. «Hace dos años y pico, empezamos a hablar por Instagram, porque yo estaba en un restaurante de Madrid que él conocía. Y, al final, nos tiramos mes y medio hablando todos los días. Había una conexión genuina y muy especial», cuenta Paula, que trabaja en una productora de moda y publicidad de Madrid.

Después de aquellas largas conversaciones, sentían la necesidad de verse, pero la distancia y el trabajo se lo impedían. Jon, getxotarra de 36 años, trabaja en Madrid como director de operaciones de la firma de gafas Mr. Boho, que acaba de abrir su primera tienda en Bilbao. Y Paula vivía por aquel entonces en A Coruña, ya que trabajaba en las oficinas de Inditex en Arteixo, donde se encargaba de la gestión de contenidos de moda para la web de Zara. Aquel concierto de Leiva en Madrid, lleno de sentimiento y emoción, marcó el inicio de su historia de amor. «Era domingo, el 5 junio de 2022, y yo tenía una entrada libre. Iba con amigos, mi primo, su novia… y le propuse el plan. Justo él estaba en Bilbao, en un cumpleaños, pero se vino. Tomamos algo antes, disfrutamos del concierto… Fue mágico». Tanto que pese a vivir a cientos de kilómetros de distancia, ya no volvieron a separarse. «Enseguida vino a verme a A Coruña y yo, que viajaba mucho por trabajo, intentaba hacer escala en Madrid para estar con él unas horas. Lo nuestro surgió de una forma muy natural, sin buscarlo, pero desde el principio lo tuvimos claro, estábamos súper enamorados».

La pedida de mano no tardó en llegar. De hecho, Jon enseguida compró el anillo y lo guardó a la espera de una ocasión especial. El 22 de agosto del año pasado, Julia dejó el piso que tenía alquilado en A Coruña para instalarse definitivamente en Madrid. Fue un día estresante por la mudanza, así que durante aquel viaje en coche de vuelta a la capital, le propuso a Jon parar en un lugar muy especial para ella, Covadonga. «Todos los 31 de diciembre, desde que estoy en la tripa de mi madre, vamos a pasar el día allí con la familia. Le dije que daba suerte en el amor beber de la Fuente de los Siete Caños, conocida como la del matrimonio, y en ese momento sacó el anillo. No me lo esperaba, casi me muero de la ilusión».

Este sábado sellaron su amor en la Basílica de la Asunción de Santa María de Lekeitio. Uno de los momentos más emotivos para Paula fue entrar del brazo de su padre con 'Fathers and daughters', cantada a capela por el coro, como banda sonora de fondo. «Caminar al altar acompañada por él ha sido una de las cosas más bonitas de mi vida, porque yo con mi padre tengo una relación que nunca he visto, para mí lo es todo». Paula eligió para la ocasión una pamela XXL, de la firma barcelonesa Eliurpi, un inesperado complemento que sorprendió incluso al cura que ofició la boda. «Solo mi hermana sabía que llevaría pamela, fue una sorpresa para todos. Cuando entré a la iglesia, el cura, que nos puso todo facilidades, estaba hablando con Jon y le dijo riéndose: '¿Qué lleva en la cabeza? Es muy grande, ¿no?'». Una elección poco convencional y arriesgada que encaja a la perfección con la personalidad de Paula, una apasionada de la moda que siempre ha tenido su propio estilo, sin importarle la mirada ajena. «Me encantan los sombreros, sobre todo, los del verano. Y soñaba con casarme con pamela».

La novia combinó este complemento con un sofisticado vestido palabra de honor con tirantes caídos de la diseñadora madrileña Sofía Delgado. «Le llevé mis ideas, porque tenía las cosas muy claras, y nos entendimos desde el primer momento». En cuanto al calzado, optó por unas sandalias en blanco roto con plataforma de Jimmy Choo, regalo de su mejor amigo. Su idea era no llevar ramo, pero una semana antes de la boda encargó a Ainhize, de la floristería Lur Berri de Lekeitio, varias plantas Strelitzia o ave del paraíso y varias calas para elegir entre ambas opciones. «Cuando me vi vestida de novia, elegí la Strelitzia, porque aportaba un toque diferente».

Ya como recién casados, salieron de la iglesia mientras sus familiares y amigos les lanzaban ramas de olivo, que también decoraban el camino hacia el altar. Y de ahí, se dirigieron, en el todoterreno Defender blanco del padre de Paula, al Palacio de Zubieta, donde ofrecieron el banquete a sus 217 invitados. «Yo no quería una comilona larga y aburrida, así que en una carpa en el jardín, pusimos puestos de ostras, de gildas, de quesos, cortador de jamón... y unos canapés. Y después, ya sentados, un entrante (sopa de bogavante) y un principal (lomo de vacuno)». También pusieron un 'cake bar', es decir, una mesa con variedad de pasteles para que cada invitado eligiese su postre favorito. Paula optó por decorar el banquete con frutas y verduras, una idea que en un principio descolocó a Ainhize, de floristería Lur Berri. «Me dijo que nunca había hecho algo así, que fue un reto, pero que lo recordaría como uno de los trabajos más bonitos de su vida».

Paula y Jon, bailando 'Piano Man', abrieron el baile, con sorpresa incluida. «Me cogió mi padre y nos arrancamos a bailar Jerusalema, con una coreografía que habíamos ido ensayando por videollamada». La guinda a una velada inolvidable la puso el grupo 'The Chulos', que ofreció «un 'show' divertidísimo». «Hicieron concursos para ver quién bailaba mejor y lo dieron todo durante hora y media. Fue increíble», recuerda Paula, aún emocionada por todo lo vivido el sábado. Este viernes pondrán rumbo a Japón y después a Tailandia para disfrutar de su luna de miel. «Jon siempre ha querido ser aita y a mí también me hace muchísima ilusión, así que ojalá sea la próxima noticia que demos a los nuestros».

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