Paula Echevarría, criticada por su look más ¿'choni'?

La actriz y bloguera reserva sus estilismos más rompedores para las ocasiones especiales. Le gusta dar el bombazo y casi siempre lo consigue. Esta vez ha vuelto a sorprender con el look que eligió para asistir a la fiesta que organizó anoche la revista ELLE en homenaje a la actriz internacional Emma Roberts. La asturiana se enfundó para la ocasión un minivestido superajustado de Balmain para Elite Marbella en color azul celeste. Un espectacular diseño desflecado, con manga larga y alguna transparencia, que resaltaba la esbelta silueta de la actriz, que como ha dejado constancia en las redes, se ha aficionado al 'running'. Completó el estilismo con unas sandalias con pulsera en color plata de Jimmy Choo y joyas de Tous.

Sin embargo, lo que llamó la atención de sus seguidores es el 'beauty look' que eligió para asistir a la gala, en la que estuvo acompañada por sus grandes amigas, 'Las Pencas', como ella las llama. Paula apareció irreconocible con un flequillo postizo, que ya ha utilizado en ocasiones anteriores y que remató con una coleta alta. Blanca Suárez, Vicky Martín Berrocal o Penélope Cruz son algunas de las famosas que se han apuntado a esta tendencia, que rejuvenece y da un toque informal a cualquier look.

El maquillaje elegido por la actriz tampoco ha pasado desapercibido. Su amigo y estilista de referencia Miguel Álvarez optó por llevar el eyeliner al extremo para que la actriz luciese una irresistible mirada felina. Un exceso solo apto para las más atrevidas que potenció con el nuevo retoque estético al que se ha sometido esta semana. Un 'shading' de cejas, o lo que es lo mismo, un procedimiento para sombrearlas y conseguir una mirada mucho más definida a través de la micropigmentación y el diseño de las cejas.

El resultado salta a la vista. Paula parece otra. Y sus seguidores se dividen entre los que les apasiona el look y los que les espanta. Para los primeros iba «de diez», «brutal», «guapísima», «de escándalo», «de quitar el sentido»... Y para los segundos, parecía «una choni», «muy recargada», «exageradísima»... Porque ni siquiera Paula, que cuida su imagen al extremo, tiene una varita mágica para gustar a todo el mundo.