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La idea de tres diseñadores bilbaínos: mascarillas con arte y pañuelos a juego

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La idea de tres diseñadores bilbaínos: mascarillas con arte y pañuelos a juego

Los hermanos Muñoz, fundadores de Ailanto, lanzan una exclusiva colección con la ayuda de Mariana Barturen, en la que reeditan algunos de sus estampados más icónicos

Sábado, 28 de noviembre 2020

Si hay algo que hace único el trabajo de Ailanto son sus estampados. La firma de los gemelos Iñaki y Aitor Muñoz ha hecho de ellos el sello de la casa, aunque quizás no todo el mundo conoce el proceso manual y la historia personal que hay detrás de cada uno. Estos hermanos bilbaínos, que estudiaron Bellas Artes en Barcelona, reflejan su vocación artística en unos estampados cuyo punto de partida puede ser desde un collage, hasta fotografías, témperas o acuarelas… «Para nosotros no solo son tejidos para confeccionar prendas, van más allá. Los desarrollamos con diferentes técnicas pictóricas y, una vez tenemos el dibujo original, hacemos lo que se llama 'raport', que es el ritmo del estampado o la repetición de los dibujos», nos cuentan. Son unos diseños que intentan prescindir del retoque digital para poner en relieve las perfectas imperfecciones de un trabajo hecho con sus propias manos.

El universo Ailanto es fácilmente reconocible por su peculiar forma de combinar los colores, por sus formas geométricas y sus recurrentes motivos vegetales, la especialidad de Aitor, un erudito de la botánica. También son constantes las referencias a los movimientos artísticos de vanguardia, que determinan muchas de sus colecciones. La escritora Espido Freire lo explica muy bien en unas poéticas líneas que resumen la esencia de Ailanto. «Trajeron la delicada Chinoisere de regreso, los pasos de danza de Pina Bausch, la Bauhaus, la cámara de Jacques Heri Lartigue sobre la nieve y los abetos alpinos, mucho más gélida que el hielo en combustión de una Veruschka de caderas inolvidables». Los gemelos han logrado así tener un archivo enorme de estampados que dibujan con pragmatismo cada temporada. Los de este otoño-invierno se inspiran en el libro ilustrado 'Algunas flores japonesas' del fotógrafo, editor e impresor japonés Kazumasa Ogawa. También hacen referencias a mitos paganos, a los deseos, a las odas a la felicidad y a la fortuna, de ahí los tréboles de cuatro hojas que dan sentido a algunos de sus nuevos diseños.

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Los 'prints' siempre han marcado la pauta de sus prendas, sus formas y sus colores, y no al revés. Ahora, también son los protagonistas de la primera colección de mascarillas que lanzan para satisfacer las necesidades de una pandemia que ha cambiado el curso del mundo. «Es lo que nos toca», destaca Mariana Barturen, una prestigiosa sombrerera bilbaína que ha formado parte de este nuevo proyecto, impulsando esta idea y ayudando en el proceso de producción. «Nos conocemos desde hace muchos años. En cada uno de nuestros desfiles ha participado diseñando los complementos: flores de tela, sombreros, broches… todo hecho artesanalmente en su taller. Recuerdo la primera vez que lo visitamos y nos mostró todos esos bronces que modelan cada pétalo de las flores con calor y las miles de cajas con estambres de colores matizados», rememoran los gemelos. Barturen, aparte de compartir con ellos su visión por una moda coherente, también coincide en sus orígenes: los tres nacieron en Bilbao en 1968.

Nuestra particular «Generación del 68» también ha puesto su creatividad al servicio de una época histórica, al igual que hicieron hace décadas los escritores que plasmaron en sus obras el ajetreado clima social y político de esos años inciertos. Sus mascarillas son 100% algodón, antibacterianas y antifúngicas, transpirables, repelentes de líquidos, con una durabilidad mínima de 30 lavados y con todos los certificados que exige la normativa actual. Aunque los gemelos Muñoz insisten en que «lo importante de una mascarilla es que cumplan con todos los requisitos y que estén certificadas», es cierto que su diseño es un plus que muchos buscan, ya que se ha convertido en un complemento más de nuestro día a día. Las de Ailanto pueden presumir de tener un patrón impecable creado por las manos expertas de Barturen. «El filtro que tienen se hace como una especie de papiroflexia. Se cose con una puntada exterior, no se recorta. Es una maravilla». Un pequeño lujo en formato 'mini'. «Cuando trabajas con alguien creativo es mucho más fácil llevar un proyecto a buen puerto», inciden los hermanos Muñoz.

Estas mascarillas no solo se han confeccionado con el estampado de la última colección de Ailanto, 'La Buena Suerte', sino que han sacado a la luz alrededor de 20 modelos diferentes con algunos de los 'prints' más icónicos de toda su trayectoria. «Uno de nuestros estampados favoritos es botánico, con dibujos de plantas bulbosas que se trajeron del Nuevo Mundo y que pertenecen a una colección inspirada en la obra de la pintora Jessie Arms, conocida por sus imágenes de aves exóticas», puntualizan los diseñadores. Por si esto fuera poco, también han querido lanzar pañuelos de diferentes dimensiones a juego, creando un atractivo pack para el día a día.

Comenzaron a desarrollar la idea pensando en un 'carré' con sus propias composiciones. Un 'carré' es un pañuelo de seda estampado de 90x90 que Hermès hizo mundialmente conocido, convirtiéndolo en un accesorio eterno. Ahora parece que vuelve a primera plana de las tendencias y Ailanto ha sabido leer el peso que ha tenido esta pieza en la historia de la moda. El primer 'carré' de Hermès data de 1937 y fue obra de Robert Dumas. Se bautizó con el título 'Jey des Omnibuset Dames Blanches' y su dibujo estaba dedicado a la primera línea de autobús inaugurada por aquel entonces en París, entre la plaza de la Bastilla y la Madeleine. Cada uno de los que ha fabricado Ailanto también cuenta su propia historia, la de 25 años de carrera profesional mimetizada en pequeños trazos.

Además, han desarrollado una medida más pequeña, de 45x45 centímetros, que puede llevarse en el cuello o como complemento en el bolso, y un tercer formato de 135x135 en lana fría y acabado desflecado. Son series limitadas de pocas unidades, con veinte dibujos diferentes, algunos con sus versiones de color, y ya están a la venta en la tienda online de Ailanto y en las boutiques que tienen en Madrid y Barcelona. «Nos pareció una idea bonita. Puedes ponerte la mascarilla, con el pañuelo a juego y un abrigo largo. Es un set perfecto para esos paseos pequeñitos que ahora damos por el barrio. Nos gusta pensar que en estos momentos de asueto Ailanto acompaña a sus clientas», remata Barturen.

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