Bodas en Bizkaia
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Bodas en Bizkaia
La diseñadora bilbaína que es capaz de vestir chic a una novia el día antes de la bodaEl vestido de una novia siempre es especial. Y encontrar el adecuado puede incluso convertirse en una tortura. Es verdad que no hay rosas sin espinas, pero Joana Diestre lo tiene claro: «En tu boda lo más importante es que disfrutes». Esta diseñadora de trajes de boda lleva tres lustros atendiendo a su clientas con mimo y con dedicación. Primero fue en Amorebieta y ahora en sus tiendas de Bilbao y Portugalete.
«El sector ha cambiado mucho», admite. Entre otras cosas, porque cada vez hay menos boda: según los últimos datos del Eustat, correspondientes a 2022, en Euskadi se casaron 7.366 parejas. La tasa de nupcialidad es, de hecho, la más baja de España. Sin embargo o quizá por ello, la ilusión de Diestre al recibir un encargo es la misma, sino más que en sus inicios.
Todo empezó en el 2000. Su padre, José, tenía una zapatería en Amorebieta y le tocaba jubilarse. Joana le propuso a su hermana, Nekane, quedarse con la lonja y «montar algo». La respuesta fue un sí rotundo y así nació Bámbola, una tienda de vestidos de fiesta y ceremonia «que todavía sigue abierta». «Era y es una tienda multimarca», puntualiza Joana. Pero a ella le sirvió de «trampolín» para empezar en el mundo del diseño y la moda.
«Estaba estudiando Diseño a distancia y daba clases de costura allí. Se me ocurrió probar a colocar algunos de mis vestidos y ver qué ocurría». La respuesta la dejó sin palabras: «Empezaron a interesarse muchísimo. Fue un éxito que no me espera». Todavía le brillan los ojos cuando se le pregunta por el primer traje que vendió: «Era un palabra de honor en verde, blanco y negro, con una falda con mucho vuelo».
La tienda con su hermana era multimarca, pero el interés por sus trajes fue cogiendo tanta fuerza que decidió alquilar la lonja de al lado: era un local «chiquitito» y lo bautizó como Bambolina. Fue su primera aventura en solitario y la confirmación de que tenía mano para el diseño y, además, gustaba a la gente. Esa Bambolina se mudó años después y hoy está en Portugalete, donde atiende a novias e invitadas que buscan vestido.
En Bilbao, que es donde nos recibe, tiene otro negocio que lleva su propio nombre. Es un atelier coqueto donde lo primero que nos encontramos son los vestidos de ceremonia. «Es una tienda multimarca». Pasado ese espacio de color, llegamos a la fantasía, el rincón de las novias. De las perchas cuelgan vestidos de ceremonia fantásticos, de todos los estilos. Algunos pertenecen a marcas icónicas como Yolancris o Vicky Martín Berrocal, entre otras.
Otros son creación total de Joana. «Yo creo que el punto fuerte que tenemos es la posibilidad de hacerte un vestido personalizado mezclando lo que te gusta de otros», señala. Y es que aquí, las novias pueden venir y encargar su vestido totalmente personalizado a partir de un boceto o probarse infinidad de modelos y modificarlos. «A lo largo de estos años tengo la suerte de poder hablar con las firmas y pedirles esos cambios totalmente exclusivos para mí», destaca la diseñadora.
- ¿Con cuánto hay que venir de antelación a buscar 'el vestido'?
- Te diría que cinco meses: tres por si es un modelo que tienes que pedir y tarda en que te lo envíes y dos más para todos los arreglos que haya que hacer.
No obstante, también se encuentra con casos de urgencia extrema y no tiene inconveniente en resolverlos. «Una vez vino una chica buscando vestido. Se casaba al día siguiente y tenía uno que no le convencía». Lo encontró, claro.
- ¿Cuánto cuesta un traje de ceremonia?
- Hay de todo, claro, pero a partir de 600 encuentras cosas ideales. Ya no es como antes. No hace falta gastarse mucho. Obviamente si quieres, puedes.
Diestre reconoce que hay que tener mano izquierda en este negocio y hacer de 'coach' en muchas ocasiones. Después de casi dos décadas en el negocio admite que muchas novias intentan agradar a todos con su vestido y ella les aconseja que lo que tienen que hacer es gustarse a ellas y, sobre todo, «pasárselo bien». Y para ello no hace falta ni fuegos artificiales ni espectáculos de circo. «En los últimos tiempos parece que hay una competición por ver quién hace la fiesta más grande».
El año pasado, en Bizkaia hubo 3.680 matrimonios y solo 380 fueron canónicos, según el Eustat. Es uno de los principales cambios del sector en los últimos años. Esto repercute lógicamente en el trabajo de Joana Diestre. Y no solo por porque hay «más bodas civiles», también porque las celebraciones son «más informales» o se hacen «en el campo».
Ello implica que también cambie el tipo de vestido. «Se busca la comodidad», señala. Por eso, también hay cada vez más novias que buscan un segundo traje, no es solo cosa de Tamará Falcó y compañía. Ello da lugar también a que se multipliquen los diseños. Estos días, la trastienda de su atelier de Bilbao está a pleno rendimiento: «Estamos recibiendo lo que se va a llevar en la próxima temporada... Y los vestidos de las novias de invierno, que cada vez son más».
- ¿Son más difíciles?
- A mí me gustan más.
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