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Hace dos años, Jorge Sevilla llegó a Bilbao desde Nicaragua con el sueño de crear un espacio donde unir las dos pasiones que han marcado ... su vida: el tatuaje y el arte. «Yo soy artista desde que tengo memoria. Aprendí a dibujar antes que a leer y a escribir. Recuerdo que mis padres me compraron una pizarra cuando era pequeño y dibujaron un pajarito de palitos y yo hice uno de verdad», comenta riendo. Desde entonces, el arte ha guiado todos los pasos de su vida, incluso cuando realizó un curso de tatuaje en plena pandemia. «Me había mudado poco antes a Panamá porque en mi país la situación era bastante complicada. Hice un curso para aprender a tatuar y descubrí que me encantaba, que era otra forma más de expresar mi vena artística», recuerda.
Su primera clienta fue una prima y poco después se animaron a dejarse tatuar amigos y conocidos. El boca a boca hizo el resto y amplió notablemente su número de clientes. Justo entonces surgió la oportunidad de cruzar el charco. «Mi mejor amigo se mudó a Bilbao y me propuso que viniera con él. La ciudad me enamoró y no dudé en emprender aquí con la idea de fusionar mis dos grandes pasiones», explica. Esa combinación ya es una realidad con la reciente apertura de Gallery Tattoo, un estudio de tatuajes con galería de arte ubicado en el número 24 de la calle Belostikale. «Como artista, sé perfectamente lo complicado que es que galerías y museos te abran sus puertas. Por eso quiero brindar la oportunidad a diferentes creadores para que puedan exponer y vender aquí sus obras».
Así, ahora mismo, Gallery Tattoo expone esculturas del artista bilbaíno Javi Villarroel y también los llamativos cuadros del propio Jorge, lo que contribuye en gran medida a crear un espacio que poco se parece a los estudios de tatuaje de toda la vida. «Era lo que buscaba. Quería que fuera un lugar tranquilo, diáfano, con colores claros y hasta con un saloncito a la entrada con sofá y todo. Quiero que la persona se sienta como en casa, charlar con ella y ofrecerle un café. A veces la gente entra un poco nerviosa a un estudio de tatuaje y yo quiero que todo el mundo esté tranquilo. Me gusta mucho hablar y conocer gente, ¡nunca se sabe dónde puede surgir una gran amistad!», comenta riendo.
En Gallery Tattoo, Jorge se ha esmerado en ofrecer un servicio de «excelencia», en el que uno de los pilares fundamentales es la utilización de tinta ecológica. «También estudié Farmacia, de hecho regenté una durante unos años en mi país. Por eso tengo conocimientos higiénico sanitarios que aplico cuando trabajo. Investigué mucho sobre pigmentos y cuando descubrí que existía tinta ecológica no lo dudé ni un momento. Al final, cuando nos hacemos un tatuaje introducimos un elemento externo en la piel, que es nuestra principal barrera de protección. Con la tinta ecológica se evitan complicaciones como posibles reacciones alérgicas», detalla.
Sin duda, ese es otro factor que ha contribuido al éxito de los primeros días de andadura de Gallery Tattoo. «La inauguración fue todo un éxito y tengo bastante trabajo. La gente pasa por la puerta y se queda mirando con curiosidad», comenta. Pocos saben que el logo del local que preside la puerta, formado por un ciervo y una luna, está inspirado en el primer tatuaje que se hizo Jorge, concretamente, en el brazo derecho. «Como todo el mundo, dije que solo me iba a hacer uno, pero al final no he parado. Esto de tatuarte crea un poco de adicción», explica mientras muestra los otros tatuajes que adornan sus brazos.
Ahora, además de su trabajo como tatuador y pintor, Jorge se centra en buscar artistas emergentes para organizar las siguientes exposiciones. Y siempre tiene un hueco para disfrutar de Bilbao. «He vivido en varios sitios, aunque solo tengo 31 años, pero nunca me he sentido tan cómodo en una ciudad. Es un lugar muy amigable, la gente me ha brindado su ayuda desde el principio. La verdad es que me siento como en casa. Además, en las ciudades latinoamericanas hay mucho ruido y estrés y demasiado calor. Aquí todavía me estoy acostumbrando a llevar el paraguas a todas partes, pero no me importa. Me gusta la lluvia porque ha moldeado el paisaje tan bonito que tenéis», recalca.
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