Lola, interpretada por Beatriz Luego, fue una de las firmes defensoras de los calentadores en la serie de Netflix UPA Dance
Netflix, UPA Dance

Vuelven los calentadores que las adolescentes vizcaínas llevaban de fiesta en el año 2000

La nostalgia por series como UPA Dance y el afán de los diseñadores por abrigar nuestro invierno con curiosas piezas de antaño, han sembrado el caldo de cultivo de este accesorio, cuyo origen se encuentra en la danza

Viernes, 28 de enero 2022

Si algo nos enseñó la moda de principios del 2000 es que siempre hay margen para que las cosas vayan a peor. Los que vivimos a flor de piel la convulsa adolescencia en aquellos años, llevamos a cuestas la deshonra de haber sido, sin ningún ... género de dudas, la generación peor vestida de la historia. Estrenamos siglo con un manual de estilo escrito por nuestro peor enemigo, en el que tenían cabida accesorios tan dispares como collares de bolas gigantes con pendientes a juego, vaqueros con cinturas tan bajas que a más de una le costó un cólico de riñón y campanas muy muy largas que se empapaban hasta las rodillas en días de lluvia. Piezas de dudoso gusto y peor funcionalidad que muchos diseñadores han querido rescatar 20 años después, atendiendo al carácter cíclico de la moda. La última intentona por meternos con calzador prendas destinadas al más profundo pozo del olvido ha sido, ni más ni menos, que los calentadores. Uno, due , tre, quattro

Publicidad

Pongámonos en situación. Así era un look 'para dejarse ver' de una adolescente 'dosmilera' al uso saliendo de fiesta un sábado cualquiera: minifaldas tableadas, camisetas estampadas con asimetrías rarunas en el cuello y leggings de corte pirata. Se combinaban con cinturones anchos carentes de sentido, manguitos hechos con medias rotas con menos sentido aún y Buffalos o Arts coronando por los pies este bizarro estilismo. ¿El colofón? unos calentadores de color aleatorio tapando parte de esas toscas zapatillas. Las más finolis, hacían lo propio con sus zapatos de afiladísima punta. En cualquier caso, un desprendimiento de retina inmediato.

Para encontrar el origen de este indescriptible icono adolescente debemos remontarnos a referentes ochenteros como 'Fama' o 'Flashdance'. En ambos casos, sus inolvidables protagonistas utilizaban estos accesorios entre pirueta y pirueta en sus ensayos. Y es que esta especie de medias de lana sin pie han sido utilizadas tradicionalmente por los bailarines para calentar las piernas durante las clases de baile, evitando así las lesiones en la parte más activa del ejercicio. Las clases de gimnasia de Jane Fonda a través de la pequeña pantalla y, por consiguiente, las de Eva Nasarre en territorio patrio, no hicieron más que poner en el mapa internacional este complemento deportivo.

Por aquel entonces, las jóvenes ya comenzaron a plantearse que los calentadores que usaban sus ídolos podían llevarse también a pie de calle y sembraron el germen de una tendencia que se convirtió en realidad. Lola, el personaje de 'Un paso adelante' interpretado por Beatriz Luengo, fue la encargada de recuperar esta moda y extenderla entre las jovencitas de nuestro país a partir del 2002, año en el que comenzó el 'boom' de la serie. Ella fue su máximo exponente, su fiel defensora, tanto que los llevó en cada una de sus clases de baile durante 6 largas temporadas, como complemento inseparable de unas zapatillas con plataforma con las que se movía con sorprendente soltura. Que la serie volviese a Netflix el pasado septiembre y que a finales de año se anunciara un 'reboot' para 2022 no hizo sino acrecentar el interés nostálgico por los estilismos de los alumnos de Carmen Arranz. Esperemos que no ocurra lo mismo con las camisas del Tito Rober...

La danza, eterna inspiración para la moda

Que la danza y el ballet han sido una fuente constante de inspiración para la moda es un hecho comprobado, y sino que se lo digan a Sarah Jessica Parker: la falda tutú con la que aparecía en la cabecera de 'Sexo en Nueva York' es todo un icono. La gracilidad de movimientos de las delicadas bailarinas envueltas en tules, gasas y muselinas siempre ha formado parte del imaginario de la industria y de grandes como Coco Chanel, Yves Saint Laurent, Pierre Balmain o Mariano Fortuny.

Publicidad

Hoy, el 'fast-fashion' también se ha dejado embaucar por sus encantos. La última colección de Zara da más peso a esta teoría, y es que, bajo la batuta de la omnipresente Marta Ortega, acaban de lanzar una colección en colaboración con el Ballet de Nueva York. Bajo la dirección artística de la italiana Vanessa Beecroft, las bailarinas se convierten en modelos que lucen prendas de tul en nudes y negros, con detalles de volantes, punto y siluetas ceñidas para su exclusiva colección Atelier. De momento no hay calentadores, como sí los encontramos ya en las grandes firmas, pero al tiempo.

Miu Miu, por ejemplo, propuso para esta temporada un combo de capota, manguitos para los brazos y calentadores para las piernas que han hecho las delicias de 'influencers' como Madame de Rosa. DsQuared2 los rescata para llevarlos a sus orígenes con sandalias de plataforma, mientras que Rick Owens o Fashion East los extiende para esta primavera en una amplia gama de colores. Siberia Hills, en colaboración con Ed Hardy, confirma su retorno en su versión más 'teen'.

Publicidad

Una posible explicación para la vuelta de los calentadores

La moda no deja de ser un fiel reflejo de la sociedad, por lo que no es de extrañar que el marco pandémico en el que nos encontramos haya influido sobremanera en las tendencias de los dos últimos años. Nos hemos visto obligados a cubrir parte de nuestro rostro con mascarillas, algo que ha servido como caldo de cultivo para la reaparición de balaclavas, pasamontañas e inocentes capotas que ocultan parcialmente la cara y el rostro. También han proliferado los diseños envolventes como bufandas XL que tienden a cubrir, a proteger, atendiendo a esa sutil inclinación por buscar un refugio seguro dentro de un mundo incierto. Tras la reinvención de todo tipo de accesorios invernales en las últimas temporadas, y con las prendas de punto y mohair a la cabeza, era de esperar que los calentadores no tardaran en llegar después de varios años apareciendo de soslayo sobre la pasarela.

Que te los pongas o no, queda a la libre elección de cada uno.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad