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Rossy de Palma, Custo Dalmau, Diane Pernet y Pilar Pasamontes. MAIKA SALGUERO
Bizkaia Dmoda

Misterio, lujo y glamour en el Guggenheim

La icónica Rossy de Palma, el diseñador español más internacional, Custodio Dalmau, la enigmática 'dama de negro' Diane Pernet y la cazatalentos gala Francine Pairon brillan en la fiesta de celebración del 25 aniversario de la Escuela Superior de Diseño (IED), la más prestigiosa de España

Lunes, 18 de noviembre 2019

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Los desfiles de moda generan siempre una doble expectación. El interés no reside únicamente en las colecciones que los diseñadores suben a las pasarelas, sino en los invitados que ocupan, preferentemente, las primeras filas. A este espacio se le llama 'front row' y, dependiendo de ... la importancia y de la popularidad de quiénes se sienten en estas sillas tan codiciadas, los focos se dirigen a un lugar un otro.

No hay acontecimiento social, no hablemos ya si corresponde al mundo del espectáculo e incluso del ramo de la cultura, que se resista a desplegar su particular alfombra roja. Algo de esto acaba de pasar esta noche en el Museo Guggenheim, que se ha vestido de gala para celebrar el 25 aniversario de la Escuela Superior de Diseño (IED). Se sabía qué modistas iban a mostrar sus creaciones –llegaron desde Berlín, Nueva York, Londres y México–, pero hasta última hora se mantuvo en secreto la identidad de las 'celebrities' que recalarían en calidad de invitadas. No era para menos. Al final, la cosa se ha puesto a reventar, porque las expectativas, que ya se presumían altas, se han disparado.

No ha sido tan importante el número de famosos por metro cuadrado. Actores y actrices vascos de todos conocidos por estos lares, con la divertida Maribel Salas a la cabeza, modelos como Palito Dominguín, hermana de la difunta Bimba Bosé, o Bet Callieri, habitual en los desfiles de Chanel y Dior, y un buen número de 'influencers' han quedado sepultados bajo un aluvión de flashes.

MAIKA SALGUERO

Rossy de Palma: «Soy eterna»

Pero, por encima de todos, han sobresalido rostros que abrillantan cualquier celebración. Son monstruos de la industria de la moda y, desde ya en Bilbao, auténticas estrellas. La poliédrica Rossy de Palma se ha llevado la palma por su poder de seducción entre los diseñadores más importantes y figurar en algunos de los desfiles más espectaculares. Icono del arte y las pasarelas, su teatralidad, su belleza atípica y su carácter la han convertido en musa más allá de la gran pantalla. Hoy es íntima de Palomo Spain, que no tiene palabras para ella por reivindicar una naturalidad absoluta y con un concepto de belleza distorsionado que atrae y despierta la curiosidad. Ahí donde la ven ha sido y es referencia para los ochenteros Jean Paul Gaultier y Thierry Mugler. Lo fue todo para el fallecido Azzedine Alaïa. Queda todo dicho. Siempre marca tendencia. Esta noche estaba encantada: «¿Icono de moda yo? ¡Me encanta!», ha confesado a EL CORREO. «Los iconos no tenemos edad. Somos sin edad, somos eternas», ha razonado para elogiar el arte de los diseñadores. «La moda es tan ancestral como el ser humano», ha justificado antes de ensalzar el espíritu de Bilbao: «Me encanta venir a comer aquí y cobijarme bajo la araña de Bourgeois. Esto es un placer», ha insistido.

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Custodio Dalmau: «Aprendo sobre lo caminado»

A su lado, sonreía, como siempre, un bronceadísimo Custodio Dalmau. Es lo que tiene pasarse parte del año en Miami, aunque sea trabajando. Es el diseñador español más internacional. Su marca, Custo Barcelona, participa desde hace 25 años en la pasarela de Nueva York. Es un pionero. Respira moda por todos los poros. Se le ha visto como siempre: con pinta de despistado, aire desenfadado y riéndose. Es único y muy listo. «Aprendo sobre lo caminado», ha sentenciado.

Dalmau firmó el pasado julio una alianza estratégica con el grupo Aeffe (propietario de Alberta Ferretti y Moschino). Si la gestión, fabricación y distribución de la marca catalana está controlada por la compañía italiana, él mantiene «la responsabilidad creativa del producto». Le va bien en la vida y se le nota. En medio de tanto talento emergente y consagrado pero, claro, sin su éxito, sigue siendo un tipo sencillo y sin ínfulas: «Yo nunca fui a una escuela de diseño. He caminado y he aprendido sobre lo caminado. Soy el resultado de años y mucho trabajo», ha explicado a este periódico.

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Diane Pernet charla con un invitado. MAIKA SALGUERO

Deslumbrante Diane Pernet

Pero la noche ha sido, sobre todo, para Diane Pernet, una bloguera y crítica de moda americana radicada en París. Antes fue diseñadora. Es una verdadera visionaria de la moda. La creadora del primer festival de cine 'fashion' en el mundo es conocida por el uso de las mantillas, capas negras y tocado. Se la juega todo el rato al negro y se impregna de un estilo entre tenebroso e intrigante.

A esta enigmática mujer, inseparable de unas gafas de sol que opacan su mirada, 'coolhunter' es el término que mejor le acompaña. La estadounidense atrajo cientos de miradas. Es, a su manera, la 'Martirio' de la moda. El público se ha rendido a su encanto. Todo el mundo, hasta el director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, la miraba. Diane es una fuente de inspiración, pero no quiere ser dueña de nada. A través de su blog, 'A Shaded View On Fashion', da a conocer nuevos diseñadores, tendencias, artistas, exposiciones, películas, música... Ha atendido a EL CORREO y no ha podido ser más clara: «La moda es algo que compras y tiene fecha de caducidad, en cambio el estilo no te cuesta nada y dura para siempre», ha asegurado esta estrella de Washington a la que vestir de negro le hace sentir poderosa». Aparentemente seria, tiene un gran sentido del humor: «Después de 4 maridos y 20 años centrándome en mi vida amorosa, todo lo que quiero es estar sola. No tengo ningún interés en encontrar un amante, un esposo o un compañero de vida».

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A la izquierda, Custodio Dalmau, que fue una de las estrellas del desfile. MAIKA SALGUERO

Normal que Francine Pairon, fundadora del Instituto Français de la Mode y La Cambre MODE de Bruselas, sonriera. Con su pelo a dos colores y gafas oscuras, no perdía vista del desfile. Es posible que anduviera a la caza de algún talento.Tiene sobrado olfato para ello. Con semblante entre serio y divertido, que no era fácil adivinar, ha afirmado que la moda puede ser varias cosas, «menos superficial», pues es comunicación fuerte. «Representa una oportunidad enorme no sólo en lo económico, sino también para la internacionalización de un país o una cultura», ha advertido tras reconocer que «existe un crimen en la moda y éste siempre será la copia».

Pero la noche ha sido auténtica. Plagada de selfies y con los móviles trabajando sin parar en un desfile atestado de chaquetas toreras, plásticos y rostros de los modelos tapados. Nada que ver con la gente de aquí, que ha ido con la cara descubierta, como las diseñadoras Mercedes de Miguel, Miriam Ocariz, el tándem de J+G, el transgresor Alberto Sinpatron y el maestro de sastres, Javier de Juana. Todos miraban a los famosazos que ocupaban el 'front-row' y que llenaron de misterio y lujo una noche de diseño.

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