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Miren Rodrigo Pildain. Asier Gómez y Amaia Lauzirika

Miren, la modelo bilbaína que triunfa en China: «He llegado a coger cuatro aviones y a cambiarme 200 veces de ropa en un día»

Esta joven de 26 años se ha metido en el bolsillo a los empresarios y editores de moda chinos gracias a su tez blanca, ojos grandes y apariencia infantil

Lunes, 8 de abril 2019

Apenas cuatro años separan el primer desfile de Miren Rodrigo Pildain en el Casco Viejo para promocionar el comercio local, del último: sobre la pasarela de la Fashion Week de Shangai. Esta joven bilbaína estudiaba cuarto curso de Comunicación Audiovisual cuando pensó que al ... ser «alta y delgadita» podría sacarse «algún dinerillo» si probaba suerte como modelo. Lo que no podía imaginar entonces es que acabaría triunfando a casi 10.000 kilómetros de Bilbao. Hoy es un rostro conocido en Asia, donde no para de trabajar. Lo mismo la contratan para la campaña de la marca italiana Fila, que protagoniza el anuncio del último coche de Toyota o aparece en las fotos de la tienda online de Calvin Klein. Su tez blanca y ojos grandes forman la combinación por la que suspiran los empresarios y editores de moda chinos. «Les encanta que tengas una cara dulce, como de buena persona, y una apariencia infantil», afirma Miren, que reconoce que a sus 26 años parece «mucho más joven».

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Cuando hizo sus primeros pinitos conoció a su actual pareja, también modelo, que fue a dar una charla a la agencia que la representaba por aquel entonces (hoy la lleva la empresa bilbaína SF40). Él, que ya tenía una larga trayectoria en Asia, vio claro que Miren cumplía todos los requisitos para triunfar allí. Así que hicieron las maletas y se marcharon a Shangai. «Fui a probar suerte durante tres meses, pero al final nos quedamos seis. Trabajamos muchísimo los dos». También hoy lo siguen haciendo a un ritmo frenético. «En un día he llegado a coger cuatro aviones y a cambiarme doscientas veces de ropa».

Sin embargo, Miren asegura que va «encantadísima» a trabajar, porque las condiciones laborales en Asia son «muy buenas». «Me vienen a recoger en taxi o furgoneta, me cogen los billetes de avión, me los mandan por el móvil… Los empleados de mi agencia están disponibles las 24 horas, sé que si tengo un problema a las tres de la madrugada me lo van a solucionar». Eso sí, la disposición debe ser recíproca. «Me han despertado de la siesta para decirme que me vistiese rápido y cogiera un tren porque me había salido un trabajo esa misma tarde», confiesa.

Miren se ha convertido en un rostro conocido en Asia, donde no para de trabajar.

Aficionada al deporte y la comida sana

Otra de las ventajas es que allí no hace falta ser extremadamente delgada para triunfar en el mundo de la moda. «En España, Milán o París te piden unas medidas de cintura, cadera… Son más exigentes. En Asia no te imponen una talla determinada, sino una altura mínima de 1,73 -ella mide 1,75- y que seas fotogénica, porque como te prueban mucha ropa en un mismo día no te pueden hacer cientos de fotos con cada look».

Aficionada a los juegos de Nintendo desde pequeña, también es una gran apasionada del deporte y la comida sana. «Intento hacer ejercicio cinco días a la semana como mínimo, porque soy muy activa, si no me muevo y me canso no duermo». Un estilo de vida saludable que refleja en su cuenta de Instagram, donde tiene más de 15.000 seguidores, con los que comparte su día a día para que vean que «ser modelo es un trabajo como cualquier otro». Eso sí, cada vez más supeditado a las redes sociales, al menos en España. «Aquí en muchos castings te piden tu número de seguidores, e incluso pagan más a una influencer que a una modelo por la misma campaña, pero en Asia ni siquiera miran que tengas Instagram, lo que importa es tu trabajo.»

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Miren Rodrigo pasa temporadas de dos meses en Asia y después regresa a Bilbao.

«En Asia valoran que tengas una altura mínima de 1,73 y que seas fotogénica»

Así que de momento no piensa dejar de trabajar allí; después de dos meses en Asia, volverán a Bilbao para descansar y pasar una temporada con la familia, y pondrán rumbo de nuevo a Shangai. «Lo que peor llevo es estar lejos de los míos, así que cuando estoy allí me paso el día hablando con mi madre y hermana por videollamadas». Aquella joven que quiso aprovechar sus cualidades físicas para sacarse «un dinerillo» mientras estudiaba en la universidad, convertida hoy en día en una modelo de éxito, ha conseguido mantener los pies en el suelo. «Ganamos bastante dinero, nos va muy bien y sería una pena desaprovechar esta oportunidad, que al final es una suerte. Pero en un futuro me gustaría establecerme en Bilbao y trabajar de nutricionista».

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