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Los últimos meses fueron un reguero de pistas que hacían presagiar el gran relevo generacional en Inditex. Con sutiles gestos, Marta Ortega parecía escalar posiciones hacia la presidencia del grupo que actualmente ocupa Pablo Isla. Ayer, tras meses de especulaciones, se anunció que la hija del empresario Amancio Ortega le relevará «de mutuo acuerdo» para convertirse en la próxima presidenta del gigante gallego, cargo que desempeñará a partir del 1 de abril de 2022.
Una entrevista personal que concedió hace unos meses a 'The Wall Street Journal', uno de los medios más importantes del mundo de los negocios y la economía, anticipó lo que ya era un secreto a voces. Y es que estamos hablando de una persona que jamás ha hablado con la prensa y que ha blindado a cal y canto su vida personal y profesional. Al menos hasta ahora. Su padre sigue siendo la mayor fortuna de España, con un patrimonio que asciende a los 67.000 millones de euros según la revista 'Forbes', y ser su heredera requiere, cuanto menos, cierto recelo.
Marta Ortega Pérez nació el 10 de enero de 1984 en Vigo. De su infancia poco se sabe, salvo que tuvo una 'au pair' británica y que creció bajo la atenta mirada de su abuela materna, una mujer emprendedora que sacó adelante a sus ocho hijos trabajando de limpiadora y costurera. Reconoce que de niña nunca fue plenamente consciente de que su padre dirigía un imperio, tan solo recuerda que «se dedicaba al negocio de la moda y que viajaba mucho». Con 10 comenzó a practicar hípica, una de las pasiones que le ha llevado a ser campeona de España en su categoría y ganadora del Trofeo Príncipe de Asturias a una edad muy temprana. Amancio Ortega construyó entonces el hipódromo de Casas Novas, en Larín, y lo convirtió en uno de los referentes del circuito internacional, donde han asistido figuras como Athina Onassis o Carlota Casiraghi, íntimas amigas de Marta. Sin embargo, nunca se planteó ser amazona profesional, su destino estaba encaminado por otros derroteros.
Su formación en Inditex comenzó desde abajo tras graduarse en empresariales en la European Business School de Londres. Por aquel entonces, sus intereses se enfocaron en todo aquello relacionado con la responsabilidad corporativa. Empezó a trabajar en Zara a los 23 años, asumiendo un puesto de vendedora en la tienda de King´s Road de la capital británica. «La primera semana pensé que no sobreviviría, pero luego desarrollas una especie de adicción a la tienda. Algunas personas nunca quieren salir de ahí. Es el corazón de la compañía», aseguraba. Ordenaba la ropa, controlaba el 'stock', supervisaba los camiones de mercancía que llegaban a las 7:30 de la mañana dos veces por semana… Un trabajo que le adentró en el negocio y le hizo entender de cerca cómo funcionaba esta parte de la compañía.
Tras ejercer de dependienta, pasó por los departamentos de finanzas, contabilidad, análisis de ventas y diseño en las oficinas de Londres, París y Shanghái y fue nombrada vicepresidenta de dos empresas del holding, Gartler y Partler, en 2006. Fue un rol simbólico sin responsabilidades ejecutivas, pero una forma sutil de empezar a señalar su presencia. Lo suyo ha sido una carrera de fondo para suceder algún día a su padre que, aunque está técnicamente retirado de su cargo ejecutivo, sigue asistiendo a trabajar casi todos los días a sus 85 años.
La siguiente etapa de Marta Ortega en Inditex fue acompañada de una cierta relevancia social. Las revistas especializadas comenzaron a mirar con lupa los estilismos que llevaba en sus escasas apariciones públicas, empezó a sentarse en el 'front-row' de los desfiles internacionales y su imagen fue habitual en fiestas de alfombra roja y bodas de alto copete. Su propio enlace con Carlos Torretta, el hijo del diseñador Roberto Torretta con quien se casó en segundas nupcias el 16 de noviembre de 2018, reafirmo este perfil público.
Y es que celebró una fiesta por todo lo alto, llevando tres vestidos de novia de su íntimo amigo Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino y confiando sus fotos de boda al icónico fotógrafo de moda Peter Lindbergh. Ese mismo año, supervisó el lanzamiento de SRPLS, una exclusiva línea bianual de Zara de inspiración militar que fue todo un éxito. «Si soy honesta, me gustaría permanecer cerca del producto. Es lo que mi padre ha hecho siempre», reconocía a 'WSJ'.
Ella se ha convertido en la mejor embajadora de la marca, llevando antes que nadie prendas que tiempo después aparecen en la sección 'New in' de Zara y se agotan en cuestión de minutos. Es el llamado 'efecto Marta Ortega', y es que, aparte de un icono de estilo, está considerada una experta del 'mix and match' por su facilidad para combinar con acierto estas piezas asequibles de su propia empresa con accesorios de alta gama.
«Muy humilde, pero con opiniones fuertes sobre muchas cosas», dijo de ella el todavía presidente de Inditex, Pablo Isla, anticipando el papel que la empresaria gallega tendrá próximamente. «Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro, pero aprendiendo del pasado y al servicio de la compañía, en el lugar donde se considere que soy más necesaria. Me siento profundamente honrada y comprometida por la confianza que se ha depositado en mí y enormemente ilusionada por el futuro que entre todos vamos a acometer», señala Ortega en el comunicado.
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