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Lourdes y las joyas del Valle de Mena que llegan al Guggenheim
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Lourdes y las joyas del Valle de Mena que llegan al Guggenheim
Lourdes, la bilbaína que ha vendido en el Guggenheim sus joyas únicas hechas en su casa del Valle de MenaEl taller de Lourdes Lalanne, en el tranquilo Valle de Mena, es un refugio donde la creatividad y la artesanía se funden en cada creación. A sus 57 años, esta bilbaína ha dedicado toda su vida a la joyería, creando piezas que rinden homenaje a la belleza de lo hecho a mano. Desde niña, Lourdes sintió una profunda conexión con el arte y una fascinación por los objetos pequeños. Tras terminar el instituto, esta artesana no tenía claro qué camino seguir. Fue entonces cuando, como por arte de magia, apareció una oportunidad que cambiaría su vida: la Escuela Taller de Joyería y Orfebrería, una formación ofrecida por el Ayuntamiento de Bilbao en 1990, donde se enseñaban diversos oficios. Allí encontró el espacio perfecto para dar vida a su pasión, optando por un camino diferente al convencional. Al concluir su formación, comenzó a realizar prácticas en el taller del joyero Alfonso Polo, en el Casco Viejo de Bilbao. «Iba allí unas horas al día a aprender compostura y arreglos», recuerda. Al mismo tiempo, empezaba a dar forma a su propio taller en su piso de la capital vizcaína. «Empecé hacer mis cositas», cuenta.
En sus inicios, como muchos artistas, Lourdes comenzó inspirándose en los grandes maestros, replicando sus estilos mientras encontraba su propio camino. «Empecé un poco copiando, como hacemos todos al principio, pero poco a poco vas encontrando tu estilo propio. Eso llega con los años», reflexiona. Con el tiempo, su estilo fue evolucionando de manera notable, adaptándose a nuevas técnicas y tendencias sin perder la esencia que define a su firma. A lo largo de su trayectoria, la plata ha sido y sigue siendo el material central en sus creaciones. «Me gusta como base, aunque en alguna ocasión también he trabajado con oro». Además, siente una especial fascinación por las piedras naturales, en particular por aquellas en bruto, como el hematite, que aportan una sensación de pureza y autenticidad a sus piezas. Su proceso creativo también ha integrado técnicas como el esmalte al fuego, pero siempre manteniendo un estilo que combina sencillez y elegancia.
A Lourdes le gusta encontrar materiales nuevos para adaptarlos a la plata. Entre sus colaboraciones, destacan las realizadas con artesanos que trabajan con vidrio o seda, fusionando estos elementos con la plata para crear colecciones únicas, como la línea Canopea. Esta fusión, entre la seda y la plata, es un ejemplo perfecto de cómo la joyería puede dialogar con otras formas de artesanía, dando lugar a creaciones innovadoras y originales. «Me puedo inspirar en cualquier cosa», reconoce. Al comenzar la elaboración del prototipo, se sumerge en un proceso que disfruta profundamente, ya que es el momento en el que la idea que tenía en la cabeza cobra vida.
Recientemente, tuvo la oportunidad de diseñar un colgante con la constelación de Orión, un encargo especial que representaba el deseo de un joven por sorprender a su pareja. A lo largo del proceso, se mantuvo en contacto constante con él, compartiendo bocetos y eligiendo las piedras juntos. Este diálogo es fundamental para la artesana, ya que cada creación se convierte en una pieza única que no se encontrará en ningún otro lugar. «Me gusta hacer realidad los sueños de mis clientes y charlar con ellos para saber bien lo que quieren», cuenta.
A lo largo de su carrera, la artesana ha tenido la oportunidad de exhibir y vender sus colecciones en reconocidos espacios como el Museo Guggenheim y el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En este último, recibió el encargo de crear dos series basadas en obras permanentes de la pinacoteca. La primera estuvo inspirada en la escultura Héroe y Leandro de Nemesio Mogrovejo, y dio origen a un colgante y unos pendientes. La segunda, que lleva el nombre de Maraña, se basó en el cuadro del mismo nombre del pintor guipuzcoano Rafael Balerdi. «La colección de Maraña es muy atemporal», comenta la artesana, subrayando su versatilidad. Esta colección sigue disponible en su web.
En estos momentos, la artesana está sumergida en la creación de su nueva colección, Croma, inspirada en el impresionismo, concretamente, en las obras del artista francés Monet. Esta esperada línea, que verá la luz a mediados de noviembre, consta de 10 piezas, principalmente colgantes, que capturan la esencia de los colores y la atmósfera presentes en los cuadros de Monet. «Se trata de una colección exclusiva y pequeñita, de colgantes en plata y piedras en bruto», adelanta la bilbaína. Todas sus piezas tienen precios que oscilan entre los 30 y 400 euros, lo que las hace accesibles para diversos públicos. A través de su cuenta de Instagram, los seguidores pueden disfrutar del proceso creativo detrás de esta serie, donde comparte cómo sus ideas van convirtiéndose en joyas.
Lourdes Lalanne navega por un océano de creatividad, donde cada ola de inspiración le permite explorar y plasmar su visión única. «Lo que quiero hacer, lo hago», afirma. Y así, sus joyas de líneas sencillas y elegantes se convierten en un reflejo de su alma inquieta. Cada pieza no solo es un objeto, sino un vínculo emocional que conecta con quienes las llevan. «Quiero seguir trabajando y seguir siendo una persona curiosa e inquieta», asegura consciente de que cada joya es un nuevo capítulo en su historia.
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