Las famosas zapatillas de Lidl, agotadas a los pocos minutos de ponerse a la venta en España

Poco han durado estas célebres 'sneakers' con los colores corporativos de esta empresa de origen alemán, que se podían adquirir desde este miércoles en la tienda online de Lidl por 19, 99 euros. A las 10.00 horas de la mañana, minutos después de ponerse a la venta, solo quedaba disponible el modelo de hombre en la talla 46. Todos los demás habían volado. Poco después, ocurría lo mismo con el diseño para mujer.

El lanzamiento de las virales 'Flow Cost' coincide con el segundo aniversario del canal online de de Lidl en España. Además de estas codiciadas zapatillas, el gigante alemán ha puesto a la venta otras prendas con sus colores corporativos: calcetines (que también se han agotado en minutos), chanclas, gorras y camisetas.

Lo que empezó como un reto bromista en las redes sociales de Lidl Alemania por el Día de los Inocentes (April's Fools' Day) se ha convertido con el paso del tiempo en un fenómeno fan que causa furor. En Finlandia, cuando salieron a la venta en las tiendas físicas, se armó un gran revuelo y se vivieron escenas de auténtico delirio por conseguir el deseado diseño. Los estantes que albergaban las zapatillas se vaciaron en cuestión de segundos, se formaron infinitas colas y los clientes, incluso, se saltaron las normas de seguridad para evitar contagios, enloquecidos por hacerse con un par.

Si hace unos meses nos hubiesen dicho que Lidl iba a arrasar con una marca propia de ropa nos habría parecido imposible. Llevar camisetas con el logo de la cadena de supermercados, chanclas con el nombre estampado de sus tiendas o zapatillas con sus colores corporativos no suena, precisamente, a éxito comercial, pero la fiebre por estos productos es imparable. Lidl se ha convertido en una marca de referencia para muchos de sus compradores, en algo de lo que presumir, y la cadena de supermercados aprovecha la situación: utiliza estos artículos como gancho y los vende a precios 'low cost' para que los clientes se lleven después otros productos de las estanterías.

La revolución que provoca la compañía cada vez que pone a la venta su robot de cocina «Monsieur Cuisine» se queda corta en comparación con la locura desproporcionada que ha desatado esta línea de ropa con diseño corporativo. Una colección que en verano se comercializó tanto en tienda 'online' como en establecimientos físicos de Países Bajos, Finlandia, Bélgica o Alemania, creando tal fiebre entre los consumidores que los productos se convirtieron en una especie de objeto de culto. Pronto empezaron a aparecer anuncios en webs de segunda mano en los que se vendían a precios desorbitados, que iban desde los 100 a los más de 2.000 euros.

Después de que hace unos años la diseñadora Anya Hindmarch elevara el logo de Carrefour a la categoría de lujo imprimiéndolo en sus bolsos o de que Moschino dedicara una colección completa a McDonald's, parece que ha llegado el turno de las zapatillas de Lidl. Desde la cadena de supermercados no se han pronunciado todavía sobre si volverá a haber más tallas disponibles. Pero ante semejante éxito, no cabe duda de que volarían de nuevo en cuestión de minutos.