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La media de edad de las personas que utilizan activamente Instagram es de 25 a 34 años, según ha publicado un reciente estudio de la plataforma Linkedin. Cuando en ese entorno movido por los 'millennials' y la generación Z irrumpe la fuerza de personas maduras ... con tanta o más actitud que ellos es cuando se produce la revolución. Las mujeres de más de 50 años abanderan una nueva (y necesaria) corriente en el mundo de la moda y utilizan las redes sociales para reivindicar su particular visión de esta compleja industria, donde muchas veces la fecha de tu carnet de identidad determina tu permanencia en esta esfera de altos vuelos. Para romper con los referentes establecidos han tenido que alzar la voz grandes nombres como Iris Apfel, una mujer convertida en icono que supera los 90 años, o Daphne Selfe, que a sus 69 y a golpe de melena blanca ha trabajado para Dolce & Gabbana o Moschino. Porque lucir las canas con orgullo es un sello cada vez más demandado, y sino que se lo digan a Carmen Gimeno, una bilbaína de cabello plateado que domina el arte de los looks extremos. Sin movernos de la capital, cabe hacer mención especial a Leonor Olabarría, una mujer con un don innato para interpretar las tendencias que nada tiene que ver con la edad. ¿Su mayor logro? Triunfar en un mundo de jóvenes que, además, admiran su estilo.
«Hoy he hablado con dos chicas de 19 años que les encanta todo lo que llevo. Son este tipo de mujeres las que luego animan a sus madres a seguir mi ejemplo», asegura. Porque conseguir cerca de 21.000 seguidores en Instagram y mantener un blog con el que lleva compartiendo historias e inspiración desde 2012 es un modelo de perseverancia digno de ser admirado. Y más si lo haces por amor al arte y compatibilizándolo con tu vida 'off-line'. Leonor es bilbaína, funcionaria de justicia e interpreta la moda como una vía de expresión. «La moda nos define y varía según nuestro estado de ánimo», afirma. Cuando su agenda se lo permite, se deja fotografiar por su hijo Gonzalo (@picgonzalo) para publicar novedades en su espacio 2.0 cuya cabecera lleva por nombre,«Con buena facha», una expresión muy bilbaína y típica de su madre. «Lo llamé así en honor a ella», revela. Porque tener «fachón» es tener elegancia, ser clásico sin rozar lo ñoño, y de eso en Bilbao saben un rato. «Bilbao siempre se ha considerado una capital de muchísimo gusto en muchos aspectos: en moda, en decoración de los hogares, a la hora de poner una buena mesa. Yo creo que eso se sigue conservando», defiende.
El hito de Leonor es aportar a este mundo una dosis exacta de cordura y naturalidad que no está reñida con el buen gusto. Su estilo, aparte de innato, es accesible, real, y se mantiene vivo por un objetivo concreto: ayudar a las mujeres a recuperar la ilusión que, en definitiva, es el motor que mueve el mundo. «La generación que nacimos en los 60 hemos revolucionado a la mujer y nos negamos a ser mayores. Somos jóvenes, tenemos espíritu joven, somos las primeras que empezamos a entrar en el mundo laboral y nos gusta todo esto. Nos negamos a que por el simple hecho de haber pasado dos décadas criando a nuestros hijos, ahora ya no sirvamos para nada. Somos capaces de presentar unas propuestas diferentes y, sobre todo, de ayudar a esa gente que piensa que su vida ya ha llegado a un tope». Afirmaciones como estas son las que hacen que la moda se quite el sombrero ante ellas y se rinda definitivamente al encanto de la madurez.
Su estilo es elegante sin caer en lo clásico, juvenil pero adecuado a su edad. «Nunca me pondría una minifalda en pleno centro de Bilbao», asegura. Su fondo de armario es un combo de básicos donde no falta un buen vaquero, al que puede dar diferentes vidas en distintos momentos del día con un simple cambio de accesorios. En general, experimentar con las hechuras, los patrones y los estampados de los pantalones es un factor con el que consigue desprender ese toque tan especial. «Me encantan y me siento muy cómoda con ellos». Los vestidos, una camisa blanca o una 'biker' de cuero tampoco faltan entre sus imprescindibles.
Si hablamos de tejidos, podemos hablar de texturas ligeras y satinadas que impregnan carácter y 'savoir faire' en cualquier look, al igual que los juegos de estampados, todo un clásico que domina con maestría. El punto, en todas sus versiones, también tiene un protagonismo especial, ya sea en 'total looks', en diseños multicolor con dibujos en zig-zag al más puro estilo Missoni, o en el punto grueso y calentito de unas chaquetas 'oversize' con las que construye algunos de los estilismos más relevantes.
Esta primavera, Leonor ya ha comenzado a introducir elementos de tendencia como los pantalones cargo, los detalles de plumas, las deportivas con suela 'track' o los guardapolvos, una prenda perfecta y cargada de estilo para esos días en los que acompaña el sirimiri. En cuanto a colores, recomienda los tonos tierra, tan favorecedores, sobre todo, en las mujeres rubias. Los rosas, malvas, corales, 'nudes' o aguamarinas, también compartirán protagonismo con el siempre elegante camel. Aunque reconoce ser «muy de Amancio Ortega», su estilo no se rige por las firmas. Sin embargo, entre sus direcciones imprescindibles de Bilbao se encuentra el showroom Libe Llule, en la calle Elcano 7, o New Lemon, en General Concha 2.
Si estás cansada de referentes jóvenes, estilos que se mueven por un mismo patrón y no se permiten la licencia de defender una moda con personalidad, es posible que en el Instagram Con Buena Facha tengas la receta que estabas buscando. Está a tan solo un 'click'. Pasen y vean.
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