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Jon Kortajarena ha vuelto a la escena de la moda provocando un enorme revuelo tras aparecer en calzoncillos en la revista 'Icon'. No es que la prenda interior llame la atención por su arriesgado diseño. Al contrario, se trata de un boxer clásico y a ... rayas azules y blancas, epítome de la discreción. La cuestión es que el modelo y actor bilbaíno ha sido fotografiado en gayumbos, con un abrigo largo y entreabierto de Dolce&Gabbana y unas impresionantes botas de Prada. Nada más.
Pero sí que hay algo más. El boxer tiene su tela y cuesta 350 euros. Pertenece a la colección Dior Men e incorpora un botón de nácar en su etiqueta cosida en la parte frontal. ¿Casualidad? Para nada. Está lista para que se vea sobre los pantalones, al estilo de lo que aconteció, a comienzos de los noventa, con los famosos calzoncillos de Calvin Klein.
Los jóvenes de entonces se volvieron locos y siguieron el (y al) modelo del actor Mark Wahlberg. Uno no era nadie, sobre todo en las pistas de las discotecas, si no dejaba asomar por encima de la cintura el nombre de una marca que vivía entonces una tremenda crisis. Es lo que tiene la moda, siempre funcionando en modo bucle. Todo acaba, todo vuelve.
Kortajarena, de 37 años, no viene a salvar a ninguna compañía de un mal momento. Dior es de la marcas más fuertes y él está para otras cosas. Tanta seguridad tiene en sí mismo que fue el top model quien se rapó el pelo para la realización del reportaje, prescindiendo, por primera vez, de los servicios de su madre, la peluquera Nuria Redruello. «Si lo haces contigo mismo, no es infidelidad», bromeó al autor de la entrevista.
El modelo favorito de Tom Ford, con el que ha vuelto a colaborar, recuerda en la entrevista que de niño veía películas de Almodóvar, escuchaba 'techno' y jugaba a coger 'zampaburus'. Pese a su triunfal paso por las pasarelas, asegura tener claro una cosa: «Uno de los peligros de la moda es el ego, y para educarlo hay que poner límites. Decir que no, y decirlo sin culpa», esgrime.
Algo terriblemente difícil de digerir cuando el director de 'Vogue' acostumbra a presentarle como el último supermodelo. Si vuelve a estar en el ojo del huracán no es tanto por el calzoncillo extracaro, sino, como asegura, porque se siente mejor que a los 20, cuando «era un niño». Ahora está «más cultivado» y hasta se nota mejor en el sexo. Con o sin los calzoncillos de marras, o de Dior, que han batido un anterior récord de Dolce&Gabbana, que lanzó hace tiempo unos de 295 euros.
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