El nuevo proyecto de Ángel Robles, uno de los mejores fotógrafos de 'street-style' del mundo

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Desde Bizkaia, comenzó a viajar a Londres, París, Milán o Florencia. De la humildad de las chabolas pasó a la élite de la moda. Recorrió durante años cada rincón de las principales ciudades donde se celebraban las 'fashion weeks', acompañado de su inseparable cámara y de su inseparable mujer. No importa la cantidad de modelos, 'influencers' y actrices de Hollywood que hayan pasado delante de su objetivo, porque Adriana siempre será su musa, su retrato favorito. «Mi pareja tiene un estilo increíble, es la persona a la que más he fotografiado», reconoce.

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Comenzó a labrarse un nombre gracias a Le Club Style, un blog que abrió en el año 2013 y en el que volcaba sus maratonianas jornadas fotográficas. «Cada vez que iba a una de estas ciudades, podía hacer una media de 25 kilómetros andando. Nunca cogía el metro ni el autobús como hacían otros. Caminado conseguía encontrarme con personas interesantes que no se agolpaban en las puertas de los desfiles», explica.

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En su primera visita a París, y durante una parada técnica en un café de Rue Rivoli, vio pasar en bicicleta a Scott Schumann, el archiconocido fotógrafo de The Sartorialist, una institución en la industria de la moda. «Me levanté rápido y le hice una foto. Me hizo una ilusión increíble». En cuestión de meses, Ángel pasó de seguir su blog a seguir sus pasos. Coincidían en los desfiles, en las calles, trabajaban cerca uno del otro… Hasta que, «sin querer», acabó siendo uno más en ese selecto club de fotógrafos de 'street style', un lujo solo al alcance de un puñado de neoyorkinos y de este talento de Galdakao. «La gente alucinaba cuando descubrían que detrás de Le Club Style había un tío de Bilbao», reconoce.

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Diez años después sigue al pie del cañón, aunque ahora bajo su firma homónima. «Cambié el nombre al blog y puse el mío porque daba lugar a equívocos. Publicaba tal cantidad de imágenes que mucha gente pensaba que detrás de Le Club Style había muchas personas, pero estaba yo solo». Una jornada cualquiera de Fashion Week comienza lanzando fotos de buena mañana y termina editando centenares de ellas hasta bien entrada la madrugada. Un trabajo duro que ha ido puliendo con el tiempo mientras sembraba recompensas. Uno de los grandes hitos que le hizo despegar definitivamente fue que Style.com, el medio más visitado de la industria de la moda, ahora propiedad de Vogue, recomendó su Instagram como uno de los 25 mejores del mundo. «He acabado siendo muy reconocido en 'street style», asegura.

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Lo mismo se para con Chiara Ferragni en Milán que con rostros anónimos en Bilbao. «Un día estaba con mi hijo por la calle y un chico joven me dijo que era «fan total» de mi trabajo. Estas cosas siempre son bonitas. Te llenan, te motivan y te lo tomas con aún más ganas», afirma. Ante su objetivo no solo se ha puesto la 'influencer' italiana, sino actores del calibre de Salma Hayeck o Will Smith, supermodelos como Izabel Goulart o Jon Kortajarena y tótems de la comunicación de la talla de Simone Marchetti o Angelo Flaccavento, entre otros muchos. Sin embargo, no hace falta ser una superestrella para captar su atención. «Siempre digo que yo busco estilo, no moda. El que intenta ir a la moda al final no sale bien. Hay gente que se pone encima todas las tendencias y no las sabe defender. Otras, tienen un aura que realmente impresiona, se pongan lo que se pongan. Yo, por suerte, lo tengo en casa. No hay persona con más estilo que mi mujer», sonríe.

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Curioso, inquieto y siempre con sed de aprender y emprender. Ángel puede presumir de haber estudiado Fotografía, Marketing y Finanzas, un MBA, un master en Marketing Digital y Comercio Electrónico y otro de moda. También le gusta cuidarse, a nivel físico y nutricional, por lo que ha focalizado en la salud sus dos nuevos proyectos.

Durante la pandemia, lanzó junto a su mujer, Adriana Lindo, y el entrenador Rubén Calvo, Wow Let´s Go, una plataforma deportiva donde el cliente puede disfrutar de completos entrenamientos online. «Esta forma de hacer ejercicio ha venido para quedarse. Los resultados son increíbles, porque trabajas con tu propio cuerpo y lo puedes hacer desde casa», explica.

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Siguiendo esta misma filosofía, no han sido pocas las veces que este vizcaíno se ha metido en la cocina a experimentar con alimentos menos dañinos y más nutritivos para la salud. «El azúcar ya está obsoleto», advierte. Le puso tanto empeño que uno de sus amigos le propuso dar forma a esos snacks saludables en su obrador de Bilbao. De ahí nació su última invención, que tiene un nombre tan potente como pegadizo: los Marzianos.

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Estos deliciosos tentempiés con forma de donut han tomado tierra para invadir las publicaciones de Instagram con sus atractivos tonos pastel. Son bocados 'gluten free', no tienen azúcares añadidos y su principal ingrediente es la calabaza, que aporta al snack ese punto dulce. «Todo lo que incluye son los denominados superalimentos. Tiene vitaminas a tope. Sus beneficios son infinitos». Reconoce que son bastante saciantes y han pasado la prueba de fuego de los más golosos. «Mi hijo ya lo ha probado y le encanta, lo cual es bueno, porque los críos están más acostumbrados al azúcar», nos cuenta. Aparte de su pequeño de 8 años, también han conseguido 'abducir' a expertos en la materia como al farmacéutico Diego Sarasketa y a amantes del deporte como Cath Mcdonnell, la mujer la de Pau Gassol. «Siempre decimos que los Marzianos son un regalo para la salud».

Su formato ha agradado a los paladares exigentes, pero también es un regalo para la vista. Tanto es así que ni siquiera habían salido a la venta y ya habían ganado el premio de oro 'BEST!NFOOD' al mejor 'packaging', gracias a un conocido estudio de diseño de la capital. «Estamos colapsados, abrumados, la intención de compra está siendo brutal», reconoce. Sus reconocibles cajitas con tintes retro planean adornar a corto plazo las estanterías de un nuevo local en Madrid, que será su primer punto de venta físico. Por el momento, el avistamiento de Marzianos solo es posible a través de su página web.