![Una firma vasca diseña la primera mascarilla que ha usado Kate Middleton](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202008/06/media/cortadas/unnamed%20(1)-k17-U1101001795865jED-1248x770@El%20Correo.jpg)
![Una firma vasca diseña la primera mascarilla que ha usado Kate Middleton](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202008/06/media/cortadas/unnamed%20(1)-k17-U1101001795865jED-1248x770@El%20Correo.jpg)
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INÉS RODRÍGUEZ
Viernes, 7 de agosto 2020, 02:11
El nombre de Amaia Arrieta no aparece en los desfiles de moda internacionales ni mira a la calle desde los escaparates de las 'millas doradas' de París, Milán o Nueva York, pero su ropa, en lo que a moda infantil se refiere, marca tendencia. La clave: un estilo clásico, sobrio y de calidad, inspirado en el buen gusto vasco a la hora de vestir a los niños, que ha conquistado a la mismísima casa real británica. El tirón de la tienda Amaia Kids, ubicada en el barrio londinense de Chelsea, se ha podido comprobar una vez más con la primera aparición de Kate Middleton en público con mascarilla, ocasión para la que ha elegido a la diseñadora vasca.
No es la primera vez que Middleton confía en la firma de la bergaresa. De hecho, podría decirse que la Duquesa de Cambridge la considera una apuesta segura a la hora de engalanar a los pequeños 'royal' para las ocasiones especiales. El bonito conjunto en tonos azules que el príncipe George se enfundó cuando acudió al hospital de St. Mary a conocer a su hermanita, por ejemplo, o el 'look' que el primogénito de la pareja real lució en la felicitación familiar de la Navidad también fueron de Amaia Kids, así como la ropa con la que Carlota posó en los retratos oficiales por su primer cumpleaños.
Los talleres de Amaia Kids han estado haciendo mascarillas para hospitales durante todo el confinamiento, así apuntan en la web de la firma, «decidimos usar toda esta experiencia para diseñar una pequeña colección de máscaras de algodón, solo para hacer que nuestros niños sonrían en lugar de llorar cuando tengan que salir y las usen para protegerse». 16,60 euros cuesta el modelo reutilizable con estampado Liberty llamado 'Wiltshire Floral' que ha lucido la duquesa de Cambridge en esta aparición. Ahora solo falta conocer en cuánto tiempo se agotarán estos diseños.
La lista de 'celebrities' que han encontrado en el establecimiento de Amaia Arrieta inspiración para lucir a sus vástagos es interminable. «La tienda está muy bien ubicada», apunta la emprendedora bergaresa afincada en Londres desde hace más de una década. Pero contar con semejante éxito no puede explicarse solo por tener una posición privilegiada en el mapa. Sienna Miller, Claudia Schiffer, Elle McPherson, Victoria Bechkam, Kate Hudson y Kristin Scott Thomas son algunas de las famosas a las que se ha podido observar ojeando las perchas y haciéndose con una buena colección de prendas. «Nos esforzamos en ofrecer una buena calidad y ser cordiales en el trato», explica.
Seleccionar los tejidos adecuados y que las prendas se cosan en España es algo que obsesiona a Arrieta. «No hay ningún otro país en el mundo donde la confección de ropa infantil en estilo clásico sea mejor. Tampoco mejores proveedores de telas», defiende. Por eso toda la producción la encarga a talleres de Bilbao, Madrid y Andalucía. Respecto a la atención, el «trato personalizado» y la «naturalidad» son en su opinión las mejores bazas de Amaia Kids. Es más, la diseñadora cuenta una anécdota que protagonizó su socia. «Una famosa actriz vino un día a la tienda y no la reconoció. Cuando se marchaba, comentó: 'bueno, encantada, soy Liv Tyler', y ella, ni corta ni perezosa, respondió 'un placer, yo soy Segolene Tresca'».
Amaia Arrieta suele contestar con una sonrisa cuando se le pregunta cómo una bergaresa que arrancó su carrera profesional ligada a la banca acaba vistiendo a los hijos de los famosos. «El azar, la vida», responde. «Cuando estaba embarazada de mi primer hijo no encontraba en Londres ropa de estilo clásico, pero atemporal, como la que se estila en Gipuzkoa. Además todo era o 'low cost', o prohibitivo en lo que a calidad y precios se refiere. Al final compré prácticamente todo el armario del bebé en diferentes tiendas de Donostia. La ropa gustó mucho entre mis conocidos y cada vez que volvía a casa me hacían encargos. Al final pensé que podría haber hueco para este tipo de moda y me aventuré».
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