Los mejores looks y anécdotas de los 25 años de alfombra roja del Festival de Málaga

En nuestras retinas -o en los archivos, para aquellos más jóvenes o con mala memoria- quedarán desde aquel maravilloso dos piezas en verde, rojo y rosa de maxi manga de volantes con el que Ángela Molina recogía el Premio Málaga arrodillada en el escenario del Cervantes en 2002 a las arriesgadas propuestas firmadas por David Delfín (autor del cartel del festival en 2006) que durante múltiples ediciones lució -acaparando miradas- Eduardo Casanova, uno de sus grandes embajadores en la alfombra junto a Ariadna Gil, Alejo Sauras o Luis Fernández.

Si bien en la primera década del certamen no hubo grandísimos looks sí que hubo muchas actrices que dejaron su particular huella. Entre ellas una jovencísima Paz Vega -que ya arriesgaba en 2001 combinando chaqueta deportiva tipo bomber con falda midi de flores-, o Elsa Pataky -que levantó pasiones con un vestido fluido blanco atado al cuello (2004). Rompedor y original el diseño -también de David Delfín- que lució Ariadna Gil en 2006 o el vestido largo de cuadros escoceses y flores que eligió Ana Millán en 2009, un estampado atípico sobre la alfombra con el que logró diferenciarse y brillar.

Vestidos infalibles -como aquel Jesús del Pozo de gasa asimétrico en gris perla con lazada frontal en el que confió Ana Belén para recibir el galardón honorífico en la novena edición- o arriesgados -a la par que futuristas- como el espectacular mono blanco y dorado con cola de Stephane Rolland con el que Silvia Abascal soprendió en 2015. Alta costura en estado puro. Y es que a veces, en esto de la moda, hay que doblar la apuesta para triunfar. Y de ello sabe bien Abascal. La actriz, especialmente querida en Málaga, nunca decepciona. Cada aparición en estos 25 años ha sido un regalo: desde aquel imponente diseño rojo de brillos de Hoss, con el que reapareció tras sufrir un ictus en el hall del AC Málaga Palacio minutos antes de asistir a la gala de clausura, al maravilloso diseño degradado en rojo y aguamarina de Elie Saab.

Y de musa a musa. Por méritos propios Juana Acosta es otra de las grandes protagonistas de la 'red carpet' malagueña. Impecable en cada aparición, lo suyo ha sido un derroche de estilo. Y de las pocas que se han atrevido a tentar a la mala suerte enfundándose un vestidazo amarillo de Lorenzo Caprile con cola sirena en la clausura de 2013. Alumna aventajada, la colombiana no ha dejado de dar lecciones de cómo conquistar la alfombra.

Y no ha sido la única. En sus 25 años de rodaje el Festival de Málaga puede presumir de haber recibido a todas las grandes estrellas del cine español. Tan solo dos se le han resistido hasta la fecha: Pedro Almodóvar y Penélope Cruz. Sí que ha ido en varias ocasiones Mónica Cruz, especialmente durante su etapa en 'Un paso adelante'. Las series más populares de principios de siglo, de hecho, acabaron convirtiéndose en el germen de un fenómeno fan que durante años marcó la batuta del certamen... y de su alfombra.

Así, si durante sus primeras ediciones el foco mediático recaía en actrices consagradas de nuestro cine como María Barranco -la más fotografiada en 1998 junto a Imanol Uribe-, Bibiana Fernández, Asunción Balaguer, Aitana Sánchez Gijón o una debutante Paz Vega, el boom de ficciones televisivas como 'Los hombres de Paco', 'Física y Química' 'Sin tetas no hay paraíso' o 'El príncipe' generó toda una revolución a las puertas del Cervantes. Entonces llegó el turno de ELLOS. Así, en mayúsculas. Y es que con Hugo Silva, Mario Casas, Miguel Ángel Silvestre o Rubén Cortada se desató literalmente la locura en una etapa -la de principios de siglo- en la que las más jovencitas hiperventilaban cámara y libreta en mano a la caza de sus autógrafos.

Sin embargo, son pocas las fotos en circulación -y de calidad- a pie de alfombra hasta entrada la década de 2010. Lo cual no quita que nuestros actores le pusieran las mismas ganas al idear sus looks. «Las palabras profundas las dejo para Ernesto Alterio. A mí me interesa otra cosa: ¿alguien me puede decir si voy favorecido con el modelito que he escogido?» planteaba a la prensa entre risas Alberto San Juan en aquella alfombra de 2002 -año del éxito de 'El otro lado de la cama'- como recoge una crónica de este periódico.

Desde entonces, el matrimonio moda-festival ha ido 'in crescendo' con una relación más que bien avenida marcada por estilismos impecables. Juanjo Oliva, Roberto Diz, David Delfín o Dolores Promesas figuraron entre los favoritísimos de las invitadas en su primera etapa. Sin embargo, en la última década nuestras actrices han abierto miras depositando su confianza en firmas internacionales como Dior, Gucci, Óscar de la Renta, Elie Saab, Stephane Rolland o Elisabetta Franchi. En sandalias, Mascaró y Jimmy Choo se han llevado la palma -edición tras edición- mientras que las joyas han llevado el sello de Bárcena, Rabat o Suárez, encargadas de realzar el brillo de nuestras estrellas patrias.

Entre las que se encuentran Maribel Verdú o Paz Vega. La primera vivió su momento más dulce en la alfombra en 2014. Recibía el premio Málaga SUR en la 17ª edición como reconocimiento a su trayectoria. La ocasión lo merecía y la actriz estudió a conciencia un look impecable con el que estaba radiante. Un impresionante vestido con malla de cuentas color perla y espalda descubierta de la colección Resort 2014 de Zuhair Murad. De esos que hacen historia.

Dos años más tardes, en 2016, llegó el turno de Paz Vega, otra de las asiduas a Málaga desde las primeras ediciones del certamen. Por su alfombra la hemos visto con su marido Orson Salazar y hasta con su hija Ava, como ocurrió en 2021. En todos estos años la sevillana nos ha regalado grandes estilismos. Sin embargo, nos quedamos con su versión más 'minimal': el vestido blanco roto de la firma sevillana Antonio García que eligió en 2016 para recoger el Premio Málaga SUR. Un diseño largo fluido con top de tirantes finos y falda plisada con el que demostró que menos es más. Otra gran lección de elegancia sobre la alfombra roja.

Ellos tampoco se han quedado atrás. Y con los años han ido ganando en atrevimiento elevando el nivel de sus looks. De los primeros años quedan en nuestras retinas -difícil olvidarlas- dos prendas que han pasado por méritos propios a la historia del festival: las bermudas de Snoopy con las que Santiago Segura presentó junto al Gran Wyoming la gala inaugural de la segunda edición en 1999 y la chaqueta celeste con print de nubes con la que Pablo Carbonell causó sensación allá por 2004. Gustó tanto que repitió días después cuando volvió a Málaga para recoger la Biznaga al mejor actor por 'Atún y chocolate'. Tampoco pasaron desapercibidos José Corbacho y Juan Cruz en 2008. Uno con una nada discreta chaqueta dorada -con corbata en el mismo tono metalizado- y otro con una camiseta que arrancó carcajadas entre los asistentes gracias a su mensaje: «Hola, no soy Antonio Canales». Por aquello de dejar claro los parecidos razonables y evitar confusiones. Genio y figura.

Mención especial merece asímismo en el capítulo masculino Paco León, uno de los rostros habituales del festival junto a su hermana María y uno de los más elegantes. El actor y director ha sabido como pocos encontrar un sabio equilibrio entre los cánones más clásicos y las tendencias más rompedoras. Lecciones que también han llevado bien aprendidas -entre otros- Miguel Ángel Muñoz, Alejo Sauras, Andrés Velencoso, Leonardo Sbaraglia o nuestro malagueño más internacional: Antonio Banderas, que en 2017 fue el gran protagonista de la alfombra al recibir uno de los premios más especiales de su carrera: la Biznaga de Oro Honorífica del Festival de Málaga. Para la ocasión, Banderas no se salió de guión y se decantó como suele ser habitual en él por un look clásico: un perfecto traje negro con camisa blanca y corbata 'slim' (estrecha) para darle un toque actual.

Aunque no siempre ha optado por un estilismo tan formal. El pasado 2021 el malagueño posó con grandes gafas de sol y cambió los mocasines por unos tenis negros con plataforma, «seguramente los robé de alguna película» bromeó ante la prensa dejando una de las anécdotas de la jornada. Una de las muchas a las que hemos asistido quienes hemos estado tras la valla, trabajando. De aquel viernes de 2001 en el que un mendigo se coló en la alfombra roja cuando los famosos realizaban el tradicional paseíllo para acudir a la gala retrospectiva de Andrés Vicente Gómez a la visita fugaz de Robert de Niro en 2003. De la caída al comienzo de la alfombra del mítico Alfredo Landa en la décima edición -en la que le dieron el premio especial- al pisotón con el que Belén López acabó haciéndole un ocho -sin querer, claro está- al bajo del Stella McCartney de María León allá por 2015. Del castizo sombrero de verdiales con el que desfiló el músico Rodrigo Cuevas al vestido de novia reciclado que eligió en la última edición María Castro y se hizo viral. «No tenía tiempo de ir de showroom en showroom», confesaba.

En estos 25 años la alfombra del Festival de Málaga ha pasado por jornadas de intensa lluvia, por huelgas de controladores aéreos -que dejaron butacas vacías-, por una pandemia que obligó a cambiar el guión y por tres escenarios diferentes: el Teatro Cervantes, el Gran Hotel Miramar y por el Martín Carpena, que este viernes será escenario de la gran gala inaugural. Una vez más -y van ya 25- :luces, camarás...¡y moda! ¡Se abre el telón!