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«El mío era un mundo de tejados y canciones de amor», escribió Roman Payne en su novela 'Rooftop Soliloquy'. Sus palabras son el resumen perfecto del ambiente ideado por Chanel para presentar sus propuestas 'prêt-à-porter' para la próxima primavera, donde los ... característicos tejados de París fueron recreados bajo el techo de cristal abovedado del Grand Palais. Si Karl Lagerfeld centró el show primavera-verano 2019 en el mar y en la playa, Virgine Viard, su nueva directora creativa, lo ha hecho en el aire, en el cielo plomizo de la capital del Sena y en sus cubiertas de zinc, sus chimeneas y sus tragaluces. Como viene siendo habitual, el pase contó con el elenco de modelos mejor pagadas del mundo, desde Kaia Gerber a Jing Wen, pasado por Grace Elisabeth o Gigig Hadid. Esta última, por cierto, se convirtió en la inesperada protagonista de la velada al retener y expulsar a una espontánea que se coló en la pasarela. 'Gigi Superhero', como así le han apodado en las redes sociales, se ganó una vez más el respeto de la crítica.
El desfile estaba a punto de terminar cuando una mujer vestida con un canotier y un traje de chaqueta de tweed, muy similar a los que presenta la firma habitualmente, saltó a pista en pleno carrusel final, donde las modelos salen una detrás de otra para despedir el pase. La confusión reinó hasta tal punto que los propios guardias de seguridad tardaron en darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Sin embargo, ahí estaba Gigi, percatándose de todo desde su privilegiada posición en la azotea del decorado. Cuando la espontánea llegó hacia ella, desfilando de forma paródica y exagerada, la estadounidense no dudó en cortale el paso, cruzar unas palabras con ella y llevársela cogida por un hombro. Al resistirse, tuvieron que intervenir otras modelos para sacarla de la escena.
Según publicó WWD la susodicha era Marie Benoliel, una cómica francesa que tiene un canal de Youtube y consiguió su minuto de gloria boicoteando uno de los desfiles más esperados de la semana de la moda parisina. Se hace llamar Marie S´Infiltre y con su triste hazaña, también ganó un puñado de suscriptores más en sus perfiles de internet. Como suele ser habitual en este tipo de personajes, no es la primera vez que esta mujer consigue colarse en un desfile de moda. Sin ir más lejos, ya lo hizo la semana pasada en el show de la firma de lencería Etam, que se celebró dentro del marco de esta misma Fashion Week.
De nuevo saltó a la pasarela, ataviada con un batín del que se despojó al momento para quedarse en ropa interior y desfilar junto a las modelos. Lejos de esconderse, ella misma ha dado explicaciones a la revista Love de sus dos cometidos en menos de una semana. «Fíjate, la semana pasada me colé en el desfile de Etam solo para divertirme porque nunca había estado en un desfile y lo encontré de bajo nivel, a ras de suelo, así que decidí colarme en otro desfile, Chanel».
Tampoco es la primera vez que la top Gigi Hadid muestra su carácter y se corona como la superheroína de las pasarelas. En 2016, consiguió zafarse de un hombre que le agarró por detrás en medio de la calle y se la llevó en brazos a la salida del desfile de Max Mara. La modelo le respondió con un codazo e intentó darle un puñetazo. Cuando fue liberada no dudó en correr tras él. «Tenía todo el derecho a defenderme', aseguró. Tampoco se quedó de brazos cruzados cuando se le tachó de 'gorda' a través de las redes sociales. En esta ocasión, publicó un escrito con el que consiguió el aplauso de la industria y acallar a aquellos que le habían criticado. Desde entonces y con su última actuación, Gigi se ha ganado el respeto definitivo del público.
A pesar de todo lo ocurrido, un desfile de Chanel no se consigue empañar tan fácilmente. Virgine Viard recogió el legado del Káiser e ideó una colección a la altura de los años dorados de la 'maison' pero sin perder de vista a las nuevas generaciones. Rescató los clásicos tejidos de 'tweed', las icónicas camelias prendidas del pelo y de las solapas o los bolsos acolchados reinventados por millonésima vez. La francesa se imagina una primavera de transparencias, blusas románticas, faldas 'mini', shorts mínimos y estampados de cuadros, todo aderezado con grandes dosis de minimalismo que evidencian el nuevo rumbo que ha tomado la casa francesa. Además, entre diseños evasé y vestidos de estética sesentera, destacaron unos novedosos estampados modernistas y coloridos que reinventaban el logo de Chanel y se fundían con los propios tejados de París. En definitiva, un desfile con contratiempos que, aún así, augura un buen futuro a los mandos de Viard.
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