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Pedro Abasolo descubrió el día de su 78 cumpleaños, después de hacerse una colonoscopia, que sufría un cáncer. «Fue un shock, porque yo llevaba una ... vida muy activa, no me lo esperaba», recuerda el expresidente de Tubos Reunidos. Aquel 19 de mayo, su enfermedad no alteró sus planes. «Me enteré a las diez de la mañana y a la una fui al notario para firmar la compra de un paquete accionarial de una empresa. Ya les dije a los accionistas que tenía una mala noticia, que me acababan de detectar un cáncer, pero que también les iba a dar una buena e iba a comprar las acciones».
Entonces, decidió que iba a poner todo de su parte para curarse y que se trataría en el Hospital de Basurto. «Conservé la fuerza mental, seguí practicando ejercicio físico y confié plenamente en el equipo médico. Siempre agradeceré al cirujano Javier Fernández y a la endocrina Estíbaliz Ugarte su entrega total». Después de un tratamiento «muy duro», con el que llegó a perder 20 kilos, y tras ser operado «con éxito», Abasolo lleva una vida «totalmente normal». «He recuperado mi peso y voy a cumplir 81 años, pero la recuperación es permanente, no se acaba. Durante la enfermedad, en mis momentos de soledad, pensé en que tenía que ayudar a la gente en su proceso oncológico. Quise comprar el gimnasio al que iba, pero no llegamos a un acuerdo, así que me he embarcado en este proyecto para que otras personas también puedan sentirse mejor tanto física como emocionalmente».
Su nueva aventura profesional es un centro especializado en estética y cuidado integral 360, ubicado en el corazón de Bilbao, en el número 55 de la Gran Vía, que ha bautizado Ilba International en honor a sus tres hijas. «Son las iniciales de Inmaculada, Laura y Begoña acompañadas de la 'A' de Abasolo». Se trata de un innovador espacio que lleva el sello de la interiorista bilbaína Andrea Diego, que ha diseñado un refugio cálido y acogedor destinado a cuidar el cuerpo y la mente. En recepción, Agurtzane, Miriam y Lara reciben y acompañan a los clientes a un salón con luz tenue y música relajante donde esperan a ser atendidos y descansan entre tratamientos. «Queremos que se sientan como en casa, buscamos una relación personal directa y que estén cuidados en todo momento», apunta la directora de la clínica, Maite Hormaza, que atesora una larga trayectoria en el mundo de la estética.
No faltan los tratamientos estéticos con neuromoduladores, ácido hialurónico, exosomas, polinucleótidos y plasma rico en plaquetas para mejorar la calidad de la piel, pero también cuentan con la aparatología más puntera para quienes buscan un rejuvenecimiento sutil y progresivo sin inyectables. Disponen de Morpheus 8, que es una radiofrecuencia fraccionada con microagujas; Indiba, luz pulsada intensa (IPL) y diferentes tipos de láser. Aunque su tratamiento estrella es el famoso Thermage, el «lifting sin cirugía» favorito de Jennifer Aniston o Gwyneth Paltrow, porque resulta muy eficaz para tratar la flacidez y mejorar la firmeza y compactación de la piel. Se trata de una radiofrecuencia tan potente -la llaman «el plan de pensiones del envejecimiento facial»- que basta con una sola sesión al año.
«Antes de cada tratamiento, realizamos un diagnóstico facial gratuito con un avanzado dispositivo que analiza la piel en profundidad. Y además, según la necesidad de cada paciente, realizamos una limpieza facial profunda con Aquapure o un peeling antes de los tratamientos. Queríamos añadir este plus de cuidados para mejorar los resultados y ofrecer un trato personalizado», explica Hormaza, que también recomienda la extensa carta de masajes faciales y corporales (reductores, drenantes, restructurantes...).
Más allá de la estética, en Ilba se conciben los tratamientos como una experiencia de bienestar integral. Para lograrlo, la fisioterapeuta Miren Bearan, especializada en suelo pélvico, también trata «problemas musculoesqueléticos intentando siempre disminuir el dolor y prevenir futuras lesiones», además de impartir clases de pilates, incluso para embarazadas, y de hipopresivos. La nutricionista Laura Santamaría ayuda a quienes buscan gestionar su peso, mejorar su salud durante el embarazo o potenciar su rendimiento deportivo. Y el psicólogo Alberto García-Moreno ofrece sesiones de psicoterapia y coaching. «También contamos con la traumatóloga Nerea Martín, la oftalmóloga Patricia Quiroga y con las doctoras expertas en medicina estética Itxaso Galán, Alba González y Marta Díez. Para mí era muy importante rodearme de un buen equipo médico», señala Abasolo.
El empresario ha conseguido materializar el proyecto con el que soñó mientras se recuperaba de su enfermedad. «Al finalizar el tratamiento, comienza una nueva etapa en la que hay que seguir cuidándose. Cada proceso de recuperación es único y requiere una atención personalizada, sobre todo, cuando el cuerpo y la mente han atravesado momentos difíciles. Por eso, acompañamos a quienes buscan reencontrarse consigo mismos tras superar desafíos de salud». Su ilusión ahora es mejorar la calidad de vida de quienes pasen por Ilba International y expandir su filosofía para llegar a más personas. «Queremos esperar seis meses para consolidar el negocio, pero la idea es extenderlo a Madrid», concluye.
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