Las claves de estilo del pintor Ignacio Goitia: «La imagen es importante porque, al igual que la pintura, es una forma de expresión»

VIZCAÍNOS CON ESTILO ·

Para este reconocido artista bilbaíno, la moda y el arte están íntimamente ligados a su particular forma de entender el mundo

Miércoles, 19 de febrero 2020

Parte de Bilbao la Vieja se asoma a las Siete Calles a través del Muelle de Marzana. En esta zona custodiada por la ría existió hace siglos una casa-torre, propiedad del linaje al que debe su nombre. Este enclave pasó desapercibido hasta el ... siglo XIX, cuando comenzó una profunda transformación que derivó en la pintoresca estampa de casas que conocemos hoy. En uno de esos portales de colores que mira al Mercado de la Ribera se encuentra el estudio del pintor Ignacio Goitia (Bilbao, 1968). Al igual que este paseo, que fusiona a su paso el ayer y el hoy de la villa, la obra de este artista también se puede considerar una sinergia entre historia y modernidad. En sus cuadros aparecen escenarios reales de ciudades a las que ha viajado a lo largo de su vida. En ellos se entremezclan con armonía edificios clásicos y rascacielos, estancias palaciegas con paisajes urbanos, jardines barrocos y naturaleza salvaje, representada en enormes jirafas, camellos y elefantes. Además, los protagonizan unos enigmáticos personajes impecablemente vestidos, desde policías y dantzaris hasta mujeres inteligentes y poderosas. Todos ellos, ataviados con prendas de sastrería como blazers, chaqués, pantalones bombacho, kilts, elegantes uniformes militares y hasta piezas de museo como el icónico traje 'Bar' de 'monsieur' Dior.

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El universo de Goitia trasciende más allá de sus cuadros y se refleja en su forma de vestir, que guarda ciertos paralelismos con muchos de sus personajes. En cierto modo, podrían considerarse su 'alter ego'. Son el reflejo del mundo que le gusta proyectar, tanto en su obra como en la vida real, un mundo de libertad y respeto que invita a la reflexión. «Para mí la imagen es importante porque, al igual que la pintura, es una forma de expresión». Este artista, que vive a caballo entre Bilbao y Miami, se define como un apasionado de la historia en todas sus vertientes y su ropa, con la que pretende recuperar los valores aspiracionales de antaño, deja constancia de su amplio bagaje cultural, influenciado por unos viajes que le han permitido aprender y profundizar en otras culturas, otros mundos y otras historias. Su próxima parada será Roma. Y es que, tras el éxito de su exposición retrospectiva en la sala Rekalde de Bilbao, Goitia inaugurará el 11 de marzo una selección de esta expo en la sede de la Piazza Navona del Instituto Cervantes.

Este artista bilbaíno reconoce que, hasta lograr su imagen actual, ha pasado por varias etapas vitales. En sus años universitarios, cuando se especializó en pintura en la Facultad de Bellas Artes del País Vasco, llevaba un bigote largo, perilla, melena y compraba ropa de segunda mano en ciudades como Londres, Berlín o Madrid. «Iba vestido de personaje romántico del siglo XIX», bromea. Luego tuvo una época de culto al cuerpo y horas de gimnasio, en la que llegó a raparse la cabeza. Más tarde, enmarcó su rostro entre unas largas patillas y volvió a un estilo más clásico, como el que conocemos hoy.

Algunos le tachan de dandi, pero lo cierto es que poco le importan las etiquetas. Sin embargo, es uno de los hombres más elegantes de nuestro país. Puede parecer una afirmación rotunda, pero hablando de una persona nacida en la 'capital del mundo' nos podemos permitir tal licencia. De hecho, el diario ABC nos avala, ya que lo incluyó en la lista de los 50 hombres más elegantes de España. El prestigioso fotógrafo internacional, Scott Schuman, también nos da la razón. Delante de su refinado objetivo solo aparecen las personas con más clase que encuentra por las calles de París, Londres, Milán o Nueva York e Ignacio Goitia ha sido uno de los rostros que han tenido el honor de aparecer en su blog 'The Sartorialist', compartiendo cartel con el empresario textil Carlos Castillo, madrileño de nacimiento y bilbaíno de corazón.

Goitia asegura que, para bien o para mal, su imagen no pasa desapercibida, aunque a esto tampoco le da demasiada importancia. «Es curioso porque, debido a la globalización, todo el mundo viste parecido en todas partes. Mucha gente se da la vuelta para mirarme por la calle. Unos te alaban y otros no, pero cada uno se delata con sus comentarios. Yo no visto así para llamar la atención, sino por reivindicar prendas históricas bonitas y ropa bien hecha. Hay mundo más allá del chándal», explica. «Me gusta proyectar la imagen que proyecto, porque no es solo algo estético, también es mental».

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Ignacio nos cuenta que en su armario de básicos no faltan blazers, camisas, corbatas, pañuelos, botas, zapatos ingleses y, sobre todo, chalecos. «Casi siempre llevo uno». Nunca factura su colección de gemelos cuando va de viaje - «por si acaso» - y guarda un especial cariño a un capote del Alentejo portugués que le regaló una amiga. Normalmente, se suele asociar este tipo de prendas a precios elevados, sin embargo, no es necesario comprar en las centenarias sastrerías de Londres para conseguir ese estilo atemporal y con cierto acento 'british' de Goitia. «Si te lo puedes comprar en Savile Row estupendo, pero siempre hay otras opciones que también están muy bien». Entre sus tiendas de referencia en Bilbao se encuentra MAN 1924, la firma del anteriormente citado Carlos Castillo. También compra en comercios americanos y de rebajas, aunque se declara poco consumista. Le gusta tomarse un tiempo, «tampoco mucho», para elegir sus estilismos, y los culmina con unas gotas de un perfume muy especial, secreto y centenario, que le descubrió su pareja en Santa María Novella de Florencia.

  1. Un nexo entre moda y arte

Ignacio Goitia con slippers de Stubbs & Wootton

La moda y la pintura son dos disciplinas que se retroalimentan constantemente y prueba de ello son las colaboraciones que Ignacio Goitia ha hecho con diversas firmas. Stubbs & Wootton, un nombre de referencia en la industria del calzado, contó con el pintor vasco para que diseñara unos dibujos que, más tarde, se bordarían en el empeine de sus 'slippers' de terciopelo. La diseñadora vizcaína Miriam Ocáriz, íntima amiga del artista, colaboró con él para idear unos tejidos destinados a pañuelos y otra serie de prendas. Además, quedó entre los finalistas para diseñar el estampado de un 'Carré' de Hermès, aunque un desafortunado virus en su ordenador se llevó por delante este proyecto. Sin embargo, el propio Goitia ha hecho pañuelos propios para comercializar, basados en unos papeles pintados que hizo para una exposición en Miami. «Me gustaría sacar una línea más amplia con estampados de mis pinturas. Al final, son cuadros que me cuestan mucho llevar a cabo, que se venden y desaparecen. Podría ser una forma para dar a mi trabajo otra visibilidad, otras salidas…».

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Mientras tanto, seguiremos disfrutando de la obra y de los personales estilismos de este vizcaíno «fiel, honesto y disfrutón» que huye, tanto en el arte como en la moda, de las cosas que están de moda, valga la redundancia.

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