Cierra la tienda Hollister de Artea

La cadena estadounidense ha intentado exportar su estilo de moda casual y desenfadado. Tras tomar el relevo de la italiana Benetton, se hizo con uno de los locales más importantes de Artea y popularizó una moda divertida, desenfadada y muy colorida plagada de gorras, playas, sudaderas, camisetas y polos. A casi todas las prendas incorporó su logo bordado, una gaviota volando como símbolo de libertad y horizonte ilimitado.

Hollister está considerada la firma número 1 entre los adolescentes estadounidenses. Perteneciente al grupo Abercrombie&Fitch (A&F), que atraviesa una pésima racha económica en España con pérdidas millonarias, abrió su primera tienda en Ohio en el 2000. La decoración de sus establecimientos evoca las idílicas costas californianas.

El exterior de la tienda de Artea simulaba también la fachada de las típicas cabañas de las playas, con amplios ventanales, decoradas con juncos, mientras que el interior proyectaba una iluminación tenue acompañada de una música cargada de decibelios. Los suelos del comercio fueron revestidos con cerámica traída expresamente de la costa suroeste de EE UU. De las paredes colgaban tablas de surf y aromatizaban el ambiente con fragancias de la firma.

Pero si algo distingue a la marca son sus empleados, que parecen modelos recién salidos de un desfile, ensalzando una juventud permanente. Responsables de Abercrombie justificaron la atracción sexual de sus trabajadores como gancho para sus clientes «porque atraen a consumidores igual de guapos». Su aversión por el feísmo y el sobrepeso nunca ha sido un secreto en Abercrombie −algunos dependientes de las más de mil tiendas repartidas por el mundo trabajan con el torso desnudo y en su división femenina no existe la talla XL–.

Artea no fue una excepción. Abercrombie&Fitch rastreó durante meses calles de Bilbao y distintas playas vizcaínas para dar con parte de los empleados. La mayora eran menores de 30 años y encajaban en el perfil de los futuros clientes: amantes del deporte y con un aire 'cool' muy similar al de los tradicionales 'colleges' y universidades americanos.

También echó el lazo a estudiantes a los que dio «todo tipo de facilidades» para que pudiesen compaginar la actividad laboral sin tener que dejar sus estudios. Todo funcionó sobre ruedas durante una buena parte. Para Artea, el desembarco de Hollister, la segunda marca de la corporación, constituyó «todo un puntazo» que le sirvió para reforzar su posicionamiento en toda la cornisa cantábrica. «Nos llegará gente de muchísimas provincias limítrofes», confiaron los portavoces del complejo de Leioa. Recordaron que contaban con la ventaja de que los productos de esta segunda marca eran «más accesibles».

Además de Leioa, Hollister cuenta en España con locales en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Marbella y Valencia. Pero la aventura vizcaína llega a su fin. Ayer, portavoces de Artea eludieron concretar las razones del futuro cese de la actividad comercial.