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El Proyecto Hemen es la «fórmula» que idearon tres jóvenes al finalizar una especialización en cerámica para vivir de ella. A pesar de proceder de diferentes áreas de la creación, como el diseño y las artes, su filia hacía las capacidades de ciertos materiales les unió en un propósito común: abrir un espacio para la producción artesanal de sus propias piezas como firma e impartir talleres. Sus ideas se hicieron realidad en marzo del 2017 en un establecimiento de la Calle Ronda, en pleno Casco Viejo bilbaíno. En su interior, Estela de Miguel cose uno a uno los bolsos más característicos de la firma. Ella se encarga de la parte textil de la marca, aunque todos hacen «un poco de todo». Mientras tanto, Markel González realiza el diseño digital de uno de los pañuelos que se ofrecerán en tienda. Él da forma a los productos de las colecciones a través del diseño gráfico. En el taller, ubicado en la trastienda, Uxue López moldea con destreza una bandeja repleta de piezas de arcilla. Pronto serán horneadas para convertirse en un lote de pendientes. La incorporación más reciente al equipo viene de la mano del fotógrafo y artista Gómez Selva. Él captura las imágenes de los productos de la firma para cartelería y redes sociales.
La disposición abierta del espacio permite a los consumidores ser testigos del proceso de producción de las piezas mientras echan un vistazo a las novedades. Es algo que les resulta totalmente apasionante. «A veces vienen a comprarnos una lámpara y en ese mismo momento estamos haciendo otra igual. Ya aprovechas y le explicas cómo se hace, el tiempo que se dedica y todo el cariño que le ponemos», cuentan con entusiasmo. El trato es tan cercano con el comprador que en ocasiones se acercan al local con una propuesta de mejora para alguno de los artículos. Estela, Markel y Uxue lo atienden juntos y si favorece al modelo, lo aplican en la próxima producción. Ese feedback hace que las piezas muten constantemente. La técnica se sostiene gracias a la escala «real» de las existencias. «Nunca vamos a producir 300 artículos, nuestra meta puede ser alrededor de ¿sesenta máximo? No nos interesa hacer más, nos parece más interesante trasmitir el proceso artesanal», explican. El equipo decidió nombrar la iniciativa como Hemen, significativo de aquí en Euskera. «Nos pareció una palabra rotunda, habla mucho del proyecto porque todo pasa aquí», cuentan.
Pendientes, medallas y lámparas se crean a partir de la cerámica. Se hacen con moldes o piezas modeladas, aunque hay piezas que incorporan el material del metacrilato. El ámbito textil lo conforman los complementos: diferentes tipos de bolsos, mochilas y pañuelos. La firma ha lanzado ya dos colecciones desde sus inicios: Udaberria 18 y R-12, la colección de este otoño- invierno. Todas ellas siguen un mismo procedimiento, se basan a partir de un tema. A pesar de que el muestrario varíe de una a otra, siempre se mantienen algunos objetos, estos solo se rediseñan y mejoran. Son los llamados Basics que normalmente mantienen las tonalidades negro y blanco. Forman parte de esta sección los pendientes Oro Basic, formados a partir de arcilla y lustre de oro; los bolsos y mochilas UTO, con tejido técnico y las lámparas de cerámica. Para que funcionen necesitan estar apoyadas en la bombilla.
El pasado viernes se presentaba Olimpia, la nueva colección de primavera - verano y lo llenaba todo de color. Los nuevos productos en rojo, azul y amarillo invadían las vitrinas del local. La colección está inspirada en las olimpiadas del 92 y tiene como lema «Soy luz porque soy fuego». Su pieza «más experimental» es Triatlón unos pendientes modulares, con tres piezas de metacrilato que se pueden combinar como uno desee. Los pañuelos vienen con nuevos estampados y por primera vez los cinturones se introducen dentro de la firma. Son característicos por su sinfín de medidas regulables, para el más pequeño y el mas grande. Cuentan con dos anillas, una destinada para colgar las llaves y la otra, para un accesorio a modo de adorno. Por último, en el apartado de mochilas se añaden, una ideada para ir al gimnasio y una bolsa que se expande solamente a lo ancho con gran capacidad de almacenaje.
Desde los inicios del proyecto, a finales del 2017, estos creadores imparten talleres en sus instalaciones. Querían compartir con otros sus conocimientos sobre uno de los materiales que más aprecian, la cerámica. Los cursos se imparten desde septiembre hasta julio, dos horas y media a la semana con su práctica y teoría. Cuentan con diferentes niveles, desde la iniciación hasta el avanzado, adecuado para aquellos que son capaces de trazar las piezas más complicadas. A veces los grupos de diferentes niveles coinciden en el mismo espacio, es una forma que los organizadores consideran favorable para el aprendizaje. Por otra parte, el taller se abre los viernes durante cuatro horas para aquellos que quieran desarrollar sus proyectos más personales. Es lo que denominan como Open Lab. «Controlan el método y trabajan libremente, aunque les damos un soporte en su plan», declaran.
Fuera de los talleres de cerámica, era frecuente que se organizaran lo que llaman como workshops. Diferentes artistas relacionados con el «objeto funcional», impartían un intensivo y sus piezas estaban expuestas en la tienda durante unos meses, como una manera de complementar el espacio y generar redes entre creadores. Así lo hizo Robert Fuster con las encuadernaciones que vende. «Sus productos compaginaban muy bien con nuestras colecciones, nos traía productos cápsula y la gente salía muy contenta de su taller, hicimos un gran equipo», reconocen. Actualmente se preparan algunos talleres puntuales con otra estructura totalmente diferente. Gómez Selva, fotógrafo de la firma, impartía uno días atrás, una clase sobre el proceso de creación de las imágenes de producto. «Les expliqué cómo salir de la forma convencional, no solo sacar las piezas, si no darles un contexto imaginario alrededor», cuenta. La charla se apoyó en ejemplos prácticos y sencillos donde les mostró pequeños trucos para hacer realidad la teoría tratada.
Estela, Markel y Uxue piden que con los años Hemen siga trabajando con la filosofía que tienen y que continúe siendo una firma donde el sitio sea importante. Con el tiempo además les gustaría ajustarse a una nueva estructura para que, a modo de colaboraciones, se de cabida a más gente de fuera. «Nos gustaría tener tiempo para visibilizar a nuevos artistas, nos interesan», aseguran. Al fin y al cabo ellos crearon este espacio cuando eran estudiantes de una especialización en cerámica y no tenían un lugar donde crear, con las herramientas y materiales adecuados. Ahora que lo han levantado con sus manos, quieren compartirlo con otros y que el arte brote en el ambiente.
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