Casa en Bizkaia (de antiguo corral a hogar soñado)
De antiguo corral a casa pasiva: así es el hogar soñado de una pareja y sus tres hijas en BizkaiaSecciones
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Casa en Bizkaia (de antiguo corral a hogar soñado)
De antiguo corral a casa pasiva: así es el hogar soñado de una pareja y sus tres hijas en BizkaiaEra el antiguo corral del baserri familiar, ubicado en Berriatua, un pequeño pueblo de la comarca Lea Artibai. Pero hoy se ha rehabilitado como vivienda pasiva para un joven matrimonio y sus tres hijas. Concebida por RDL arquitectura, esta casa de dos pisos y 250 metros se abre al paisaje, dialoga con el entorno y respira modernidad sin descuidar la tradición. Las arquitectas Jimena Ruiz de Landa y Ainhoa Arrizabalaga, que fundaron este estudio en el año 2000, persiguen otra forma de hacer casas. Sus hogares no son solo estéticamente agradables, sino también eficientes y responsables con el planeta. En este caso, el encargo de los propietarios no podía ser más ambicioso: concebir una vivienda pasiva en el corral de su caserío familiar para conseguir una máxima eficiencia energética. «El consumo enérgetico es prácticamente nulo, esta casa casi no necesita calefacción. Y otro beneficio es que tiene una gran calidad del aire y un confort interior muy alto», apuntan las arquitectas.
Con un lenguaje moderno, Jimena y Ainhoa rehabilitaron el corral sin modificar el volumen exterior, pero abriendo grandes ventanales al sur y al oeste para facilitar la entrada de luz natural y una mayor relación con el entorno y la naturaleza. «El reto principal fue combinar los requisitos de los clientes con las condiciones técnicas del edificio, que complicaban la rehabilitación bajo el estándar 'passivhaus'. La mayoría de los elementos estructurales estaban en mal estado, por lo que fue necesario sustituirlos o reforzarlos», cuenta Jimena.
La vivienda se divide en dos plantas, en la baja está la zona de día, que acoge un salón-comedor con cocina abierta, un aseo de cortesía y la lavandería. Y en la primera tiene cuatro dormitorios: el principal en suite con un gran vestidor; además de un segundo baño. «Para conseguir una atmósfera confortable y acogedora, hemos usado en toda la vivienda materiales naturales en tonos cálidos y suaves, como la madera de roble, el lino y el ratán», explican.
En la planta baja, destaca la cocina abierta con una gran isla, todo en color topo, muy en tendencia. La mesa de centro de madera de roble de la firma vasca Ondarreta, el sofá en color crudo y el mueble de televisión, de la marca guipuzcoana Treku, también aportan calidez a la estancia. «En esta zona queríamos prescindir de los tabiques y dejar que fuese el propio mobiliario el que separase los espacios», cuentan.
El dormitorio principal se ideó como un refugio que abraza la naturaleza. «Queríamos jugar con el interior y el exterior, plantear una relación entre lo de dentro y lo de fuera, con ese paisaje tan verde. Lo hemos conseguido con grandes ventanales, incluso en esquina». Aunque siempre buscan una base neutra, aportaron la nota de color con los cojines en tono caldera, a juego con el remate del cabecero. Además, han combinado muebles antiguos con otros más modernos para conseguir un mayor equilibrio estético. «Nos encantó una cómoda que perteneció a la familia y decidimos colocarla en esta habitación, porque aporta mucha personalidad. Intentamos siempre mezclar piezas antiguas y nuevas para llenar de historia y alma los hogares». Tampoco se olvidan del arte, que en esta estancia tiene presencia gracias al cuadro, también en tonos caldera, de la artista madrileña Mónica Baquedano.
Los tres dormitorios infantiles siguen una misma línea decorativa. «Para las paredes, nos decantamos por un friso en un color liso en la parte inferior y un papel pintado en la superior. Cada niña eligió el tono que más le gustaba para su habitación y optaron por el mostaza, el verde oliva y el caldera».
Apasionadas por la arquitectura y el diseño de interiores, no solo se ocupan de la reforma integral, sino que también cuidan cada detalle de la distribución logrando que la estética más elevada también sea funcional. Por ejemplo, siempre que pueden aprovechan los pasillos para sacar un gran armario. «Suelen ser metros desaprovechados, pero de esta forma disponemos de un armario para la ropa de cama. En este caso es en color oliva, porque este tono aporta mucha paz y nos conecta con la naturaleza».
En este baño de la primera planta, han optado por revestir las paredes con una cerámica de formato pequeño en verde oliva que han combinado con un mueble de lavabo en un tono topo. «Como es el baño de las niñas, lo que tiene de característico es que incluye una ducha doble a la que se entra por el medio», cuentan.
La naturaleza y la historia familiar están presentes en todo momento en esta vivienda moderna y sostenible en la que dan ganas de quedarse a vivir. Un antiguo corral que guarda tesoros del pasado pero que mira hacia el futuro.
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