El calendario que todas las famosas querrían protagonizar

En su empeño por significarse culturalmente, la marca de neumáticos más sensible al arte y la belleza decidió el año pasado recuperar la sensualidad. Recurrió una vez más al escocés Albert Watson, que captó a la modelo Gigi Hadid, las actrices Laetitia Casta y Julia Garner, y la bailarina Misty Copeland como principales protagonistas. Si bien suele llenarse de talentos desnudos, cada vez pone más empeño en empoderar a las mujeres. Lo que pase en 2020 es una incógnita. Habrá que esperar, pues, qué derroteros toma esta vez. La espectacularidad y el glamur están asegurados en cualquier caso.

De por qué Paolo Roversi ha ganado este año la partida a sus rivales es sencillo. Dicen que en su obra el tiempo «se suspende y es casi indefinido». También que sus imágenes evocan «emociones y sensaciones sensuales de ensueño con una luz» que recuerda los mosaicos de Rávena, su ciudad natal. Pero, sobre todo, sus fotografías resaltan la «fragilidad» de la figura femenina. «Para mí, la fotografía no es una simple reproducción de la realidad, sino una revelación, porque cuando tomo una fotografía siento que estoy tocando otra vida y otro mundo».

Una intensidad que se hace posible a través de largas exposiciones que facilitan un diálogo entre el fotógrafo y el sujeto, creando una comprensión palpable y que encarna, según los expertos, emociones intangibles «pero reconocibles, como misticismo y devoción, contemplación y éxtasis». Basta reparar en los retratos realizados a celebrities como la cantante Rihanna, la modelo Kate Moss, las actrices Tilda Swinton y Natalie Portman y la top y mujer del heredero de Louis Vuitton, Natalia Vodianova para constatar el grado de complicidad entre la cámara y las mujeres que posan. Es la suma de muchas horas de conversación y entrega.

Más allá del trabajo de asesores de comunicación e imagen, expertos en vender humo, Paolo Roversi en uno de los fotógrafos contemporáneos más talentosos y con un indiscutible estilo personal. Dicen que pocos hombres son capaces de captar tan bien las miradas de quienes retratan y todo lo que éstas conllevan. El italiano manifiesta un gusto personal por la «fotografía oscura y los colores deslavados»; es su sello, el mismo que le ha llevado a ocupar un lugar relevante. Muchos matarían por el cometido que le han encargado y todas las mujeres querrían ponerse bajo sus focos para protagonizar este almanaque, al menos las que vemos en la cúspide del cine y las pasarelas.