Camisetas de Bilbao (Elena Ciordia)

El Bilbao más parisino: las camisetas de una acuarelista vizcaína que llegan hasta Nueva York

En casa de Elena Ciordia el despertador suena a las 6.30 horas. Como buena alondra, esta mujer, nacida en Ortuella pero vecina de Gorliz, se levanta pronto, se toma un café «y para las siete ya estoy en el ático». Allí tiene montado su taller. Es pintora. «Estudié Bellas Artes. Lo tenía clarísimo». A ello ayudó ver como pintar en sus ratos libre hacía feliz a su padre. Y desde que salió de la facultad apostó por el arte como su forma de vida. «Aguanté bien incluso la primera crisis de las galerías» que sacudió a Bilbao en 2008 , reconoce. Pero la segunda, diez años más tarde, no pudo sortearla. «Cerró Ederti, que era con quien yo trabajaba, y tocó reinventarse».

Ciordia es una mujer perseverante y difícil de desanimar. Y se encontró con otras dos mujeres con un carácter similar, Pilar Andrés y Natalia Rotaetxe, las dueñas de la tienda a_erre, donde reúnen productos de diseño propios con lo mejor del panorama local. «Me propusieron hacer una pequeña exposición allí y acepté. Se llamaba 'Un paseo por Bilbao'». Eran acuarelas de pequeño formato con escenas del Botxo. «Nunca había experimentando con esta disciplina, pero en ese momento me animé. Fíjate, que casi no sabía ni cómo hacerlas», ríe. Ella venía de un mundo menos figurativo y un trabajo de pintura totalmente distinto que hoy cuelga de las paredes de algunos hogares... y del suyo, claro está.

La muestra en a_erre funcionó muy bien: la gente empezó a interesarse por esos dibujos que la artista ortuellana y ella decidió lanzarse. Empezó con postales y luego dio el salto a las camisetas y las sudaderas, que ahora se han convertido en objeto de deseo de muchas mujeres. Las primeras tenían como fondo Bilbao y enseguida conectaron con el público. Una de ellas, de las que más éxito ha tenido, de hecho, tiene a su hermana Laura como modelo central. La figura, vestida con una falda roja y una camiseta de rayas blancas y carmesi, camina con un paraguas y tiene el puente de La Salve a su izquierda y Begoña a su derecha. No podía ser más de aquí.

Luego también hizo un modelo dedicado a San Sebastián, con la barandilla de la Concha como icono de la ciudad. En este caso, el tono predominante es el azul. Otro éxito. Después llegaron las de Getxo, Bermeo, Gaztelugatxe... Y en las últimas que trabaja son en las del Anboto, con figuras masculina y femenina y el mítico monte al fondo visto desde sus dos vertientes. «Están gustando muchísimo», reconoce con satisfacción. A lo largo de estos cinco años ha logrado convertir su nombre en una marca de prendas y complementos con mucha personalidad y que gusta allí donde llega.

Su forma de trabajar implica a toda la familia. En las primeras ilustraciones, que hace en acuarela y luego imprime en la tela, su hermana Laura y su hija fueron sus principales modelos. Ahora también están sus amigos, su marido, su hijo... Y parte del ocio conjunto incluye alguna actividad que luego Ciordia aprovecha en su trabajo. «Para las del Anboto, nos fuimos los cuatro a la zona, de paseo y a hacer las fotos». Son, por tanto, ilustraciones que parten de su yo más íntimo.

Hay mucho de ella ahí. Por ejemplo, en las figuras femeninas se ha esforzado porque parezcan mujeres reales que podríamos ser cualquiera, vestidas y calzadas en un estilo casual, cómodo... sin artificios. También en la manera de ordenar el fondo, dando prevalencia a unos u otros iconos de la ciudad... Y luego el tema de las rayas: «Es que a mí me gustan mucho», reconoce.

Todo ello dota a las acuarelas de un 'je ne sais quoi' muy parisino que seduce incluso fuera de nuestras fronteras. «A veces me piden desde Estados Unidos, fíjate tú, que no tendrán allí cosas». Pero es que las camisetas y sudadaderas de esta pintora visten mucho y lo mismo se pueden llevar de 'sport' que con un outfit más sofisticado. En ello también influye el material: «Busco proveedores con un patronaje que me guste y que trabajen en algodón orgánico».

La sostenibilidad es importante en su forma de entender la vida y, lógicamente, su marca. De hecho, todos los embalajes que usa son de cartón «para que se puedan reciclar». Solo usa plástico en los de algunos productos de papelería: las postales, los cuadernos y las láminas. El universo de Ciordia se completa también con pisapapeles, totebags, mochilas, neceseres y estuches, botellas de agua... No se pone límites. Prueba en su ático y si no funciona a la primera, sigue trabajando hasta lograrlo.

Ver a alguien con alguno de sus productos o sus prendas le da «subidón». «Una de las primeras veces me acerqué a una chica que llevaba una camiseta mía y le dije que yo era Elena Ciordia», se ríe. Sus productos se pueden encontrar en 18 tiendas seleccionadas de Bizkaia (Plentzia, Sopela, Mungia, Getxo, Durango, Bilbao...), pero también en su web, que puso en marcha casi a la vez que nació el proyecto con ayuda de sus hijos, que también le echan una mano con Instagram. «Yo no soy nativa digital como ellos».

Y fíjense si el proyecto es tan personal, que es ella misma quien gestiona y empaqueta todos los pedidos de la tienda online y eso que no se considera una persona especialmente ordenada. Pero sí organizada. Cuenta también con algo mucho más importante: la dedicación. «Como me gusta lo que hago, no miro el día de la semana ni las horas que echo».

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