Ámbar y la ropa para vivir la vida

Ámbar, la bilbaína que dejó la banca para crear «ropa para vivir la vida»

Ámbar Muñoz empezó haciendo camisetas en el trastero de su casa para vender a sus compañeros de trabajo. Entonces esta emprendedora bilbaína de 44 años no podía imaginar que sería dueña de su propia firma de moda, Kotidiano. «Así escrito, con K, porque siempre me gusta hacer un guiño a mi tierra», asegura. En abril de 2021, Ámbar decidió arriesgar y profesionalizar su hobby. «Mi intuición me decía que si escogía ese camino todo iba a ir mucho mejor. La marca nació con la idea de crear un estilo de vida más consciente que inspire a sentir más, vivir más y, sobre todo, vivir mejor», defiende.

Para la bilbaína, la idea de emprender siempre había estado presente. Con ilusión y la confianza puesta en su potencial, se embarcó en ese proceso, que define como «una montaña rusa de emociones». Ámbar, que trabajó en banca durante casi 20 años y se mudó a Madrid en 2008 por su anterior empleo, reconoce que ante el reto de emprender sintió miedo: «El banco da una estabilidad que me aterraba perder, más aún con una familia de por medio». Pero su marido y sus cuatro hijos fueron el motor que le impulsaron a lanzar su proyecto personal, pensado para reflejar su esencia y compartir su pasión por la moda con los demás.

La experiencia que vivió con dos de sus hijos marcó la filosofía de su marca, que defiende que «lo normal es extraordinario» y reivindica «el ahora en una sociedad que nos empuja al después». «Mis peques, los gemelos, son prematuros, nacieron con 850 y 930 gramos. En el hospital, cuando estaban en la incubadora, entendí que hasta la normalidad merece ser disfrutada. Cuando alguien me pregunta qué hago para sonreír todos los días, yo siempre respondo lo mismo: recordar». Aquel 25 de mayo de 2016, doce semanas antes de lo previsto, nacieron Sancho y Bosco. «Ese día lo paró casi todo. Hasta nuestros corazones. La nuestra es una historia de búsqueda. Perdimos la noción de los lunes y la sensación de olor a colonia por la mañana. Pero a cambio, escondida en la rutina, encontramos la felicidad», cuenta Ámbar en el libro que publicó en 2019 ('Ambartxu. Y cómo ser madre convirtió lo normal en algo extraordinario').

Aunque su fuerte son las ventas 'online', Ámbar abrió en 2022 la tienda de su marca, 'Kotidiano', en pleno corazón del barrio de Salamanca de Madrid, en el número 67 de la calle Hermosilla. «Yo quería que fuese como una casa. Una zona simula una cocina, otra un salón... y hasta hay una pared llena de libros», describe. Esta emprendedora e 'influencer', conocida como Ambartxu en Instagram, donde supera los 138.000 seguidores, empezó a compartir los valores de la firma en unos encuentros pospandemia de la mano de una de las mujeres más influyentes de España, Margarita Álvarez. Hoy traslada su filosofía en cada prenda que vende. «El envío se hace junto a una tarjeta que incluye una poesía hecha por mí en la que reflexiono sobre lo cotidiano. Me encanta que cuando la clienta vaya a ponerse una prenda recuerde el mensaje que hay detrás», cuenta.

Frente a la producción desmesurada que prima la cantidad, Ámbar apuesta por diseños limitados y cuidadosamente fabricados en España. «Buscamos reducir nuestro impacto ambiental apoyando la industria local. Y, además, diseñamos ropa para vivir la vida. Día a día», explica. Ámbar es de esa clase de personas acostumbradas a que les pregunten dónde se compran la ropa. «En el norte hay un estilo innato. Y cuando llegué a Madrid, me sorprendió que a la gente le llamase la atención mi forma de vestir, pero es lo que tiene haber nacido en Bilbao», ríe. Eso sí, la Ámbar de ahora no es la misma que la de hace 25 años, lo que le llevó a asumir que el cuerpo de una mujer se encuentra en constante cambio. Por eso, con su marca busca dignificar todos los cuerpos. «Después de ser madre, parecía que los escaparates no estaban hechos para mí, por eso trabajamos los patrones con un tallaje que la gente agradece muchísimo. Las clientas me dan las gracias por recuperar la ilusión al vestirse y yo solo puedo decir que estoy feliz de devolverles esa ilusión».

Hoy Ámbar cuenta con un equipo de diez personas involucrado en su marca. «Es ahora cuando puedo organizarme el tiempo a mi manera y enseñarles a mis hijos que nada se consigue sin esfuerzo». De cara al futuro, su ilusión es «crecer en un negocio con identidad propia». Y también sueña con tener su propia tienda en Bilbao. «En lo personal, solo pido poder seguir disfrutando de la vida con la normalidad más absoluta junto a mi familia», concluye esta mujer alegre y optimista que gracias a Sancho y Bosco encontró el camino de la verdadera felicidad.

• Temas
• Moda
• Bilbao