Joyas que son objeto de deseo
Ainhoa dejó su trabajo como abogada en EITB para crear las joyas que son el nuevo objeto de deseo

Esta creadora bilbaína, fundadora de la firma AiEstankona, se inspira en las obras de Chillida y Oteiza para concebir piezas únicas que define como «esculturas ponibles»

Miren Mendoza

Domingo, 12 de mayo 2024, 20:06

La firma AiEstankona es la fusión magistral entre arte y moda elevando la joyería a más que un simple accesorio; una expresión escultórica que cobra vida sobre la piel, narrando historias y reflejando la esencia única de quien las luce en su cuerpo. «Mis joyas ... las lleva una persona que tiene mucha personalidad», asegura su fundadora, Ainhoa Estankona. Licenciada en Derecho por la Universidad de Deusto, esta emprendedora de 50 años siempre sintió pasión por el arte y la joyería. Aunque comenzó su carrera profesional en el ámbito legal, trabajando como abogada para EITB, desde pequeña ha tenido una vocación artística. Por esa razón, decidió dejar su trabajo y emprender un viaje a Italia para desarrollar su verdadera pasión por la joyería.

En Florencia, rodeada por el legado del Renacimiento, Ainhoa comenzó su formación de 3 años en la prestigiosa escuela Le Arti Orafe. Allí, se sumergió en un mundo de creatividad y tradición, aprendiendo las artes de la orfebrería de maestros artesanos. Tras completar su formación, trabajó para diferentes talleres de joyería en Florencia, Milán y Cerdeña, donde aprendió formas y técnicas que utiliza hoy en día en su propio taller. «Aprendí mucho trabajando para otros joyeros», asegura.

En 2007, Ainhoa dio un paso adelante creando su propia marca de joyería: AIESTANKONA. «Aprovechando que me habían pedido hacer un collar para una ocasión especial, comencé a crear mi propio imaginario», comenta. De esta forma, con su firma traslada su visión única de la joyería contemporánea, su profundo amor por el arte y su deseo de compartir su belleza con el mundo. «Siempre digo que mis joyas son esculturas ponibles, que van sobre el cuerpo, por eso pienso tanto las formas, los volúmenes y el espacio que van a ocupar», cuenta.

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Las joyas creadas por la artista vizcaína son más que simples accesorios; son pequeñas esculturas que encarnan su visión artística única. Utilizando principalmente oro amarillo, platino y piedras preciosas, Ainhoa da vida a obras maestras, que son el resultado de su forma de observar las formas. En sus diseños, no busca «simetrías perfectas», sino que se deja llevar por su intuición e imaginación. La fusión entre la influencia de los escultores vascos y sus 15 años en Italia se manifiesta con una armonía cautivadora. Las formas orgánicas y la profundidad emocional presentes en las obras de Chillida, Oteiza y Basterretxea encuentran un eco en la rica tradición artística italiana que Ainhoa absorbió durante su estancia en el país. Esta fusión da lugar a creaciones que evocan una sensación de atemporalidad y elegancia, mientras transmiten una narrativa visual que refleja tanto la fuerza interior de la escultura vasca como la sofisticación y la delicadeza del arte italiano. En cada pieza, se puede apreciar la habilidad única de Ainhoa para integrar estas influencias de manera coherente, dando como resultado joyas que son verdaderas obras de arte.

A la creadora bilbaína le gusta dedicar el tiempo necesario para asegurarse de que cada pieza sea verdaderamente única. Desvinculada de los códigos preestablecidos en nuestra sociedad y alejada de las tendencias, Ainhoa crea diseños exclusivos. La perfección no existe de forma natural. Por eso, no quiere evocar nada ficticio en sus joyas hechas a mano, todas únicas y con acabados desiguales que paradójicamente, resultan armónicos y ya son objeto de deseo.

Aunque los museos, las galerías de arte o las expresiones artísticas de las civilizaciones antiguas son fuentes de inspiración para esta diseñadora, cada elemento en su entorno puede despertar su creatividad y guiarla en el proceso de creación de sus joyas. «Soy muy observadora. Cuando camino por la calle, me fijo en la flor que cae de un árbol, en la forma de una nube e incluso en un tapón que está en el suelo y ha quedado de una manera determinada. Si no llevo lápiz, hago una foto para recordarlo bien. Acumulo mucha información, las imágenes se agolpan en mi mente y salen inconscientemente materializadas en objetos», explica.

Joyas personalizadas

Ainhoa comprende que cada cliente tiene una visión personal y busca algo especial en sus joyas. Por eso, les ofrece una experiencia personalizada y les muestra diferentes opciones en cera para ayudarles a visualizar su obra y hacer realidad su joya soñada. Este trato cercano es una parte que la artesana disfruta especialmente. «A mí me gusta conocer a la persona», afirma. Cada pieza que diseña es una oportunidad para arriesgarse y explorar nuevas posibilidades creativas. «Es muy importante que la joya quede bien en la persona», reitera.

Las exclusivas creaciones de AiEstankona están disponibles en su página web y en su perfil de Instagram, donde los amantes del arte y la joyería pueden explorar y adquirir algunas de sus últimas piezas. Desde joyas únicas hasta obras de arte a medida, sus diseños cuestan a partir de 1.500 euros.

Los diseños de AiEstankona son más que un simple adorno, reflejan su dedicación incansable a la búsqueda de la belleza en su forma más pura y auténtica. Y, además, transmiten su compromiso con el arte, la estética y la pasión por lo hecho a mano. Ainhoa no solo reconoce la belleza en la imperfección, la celebra, la abraza y la convierte en el corazón latente de cada obra. «Mi ilusión es tener una clientela fija para disfrutar de mi pasión de una manera estable y segura, sin altibajos. Y me gustaría hacer cada vez más Alta Joyería, con piedras más valiosas y piezas aún más especiales y únicas», concluye.