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«¿Quién quiere una mascota electrónica habiendo gatos?»
La mascota de... Unai Aizpuru ·
Unai Aizpuru convive con Pitu y Johnny, dos amigos de cuatro patas «muy expresivos»Secciones
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La mascota de... Unai Aizpuru ·
Unai Aizpuru convive con Pitu y Johnny, dos amigos de cuatro patas «muy expresivos»Unai Aizpuru abre unos cuantos armarios, se pone a cuatro patas para mirar debajo de la cama, echa un vistazo detrás de todas las puertas y escudriña los huecos más improbables, pero Pitu no aparece por ningún lado. La gata, alarmada por la presencia de extraños, se ha volatilizado, y hace falta un safari doméstico de quince minutos para dar por fin con ella: ha estado todo el tiempo a un metro de las visitas, detrás del sofá, sigilosa como un fantasma. Como suele decir Unai, los gatos nunca pierden la capacidad de sorprender a los humanos.
El presidente de los comerciantes del Casco Viejo está acostumbrado a convivir con felinos. La primera fue Anna («como la de Codorníu»), la siamesa que compró a mediados de los 90, cuando volvió de Londres y comprobó que la casa estaba demasiado vacía. En su convivencia hubo un indeseado paréntesis: «Una vez la llevamos a un pueblo de Zaragoza. Saltó a la calle, pasó una moto, le entró el pánico y echó a correr. Estuvimos tres meses yendo a ese pueblo, llamándola, y los vecinos nos decían que la habían visto en un sitio, en otro... Al final contestó, desde un pajar, y me saltó al pecho y se quedó ahí como una lapa. La pobre las había pasado canutas, traía una plaga de pulgas», relata Unai. Pronto se dio cuenta de que la soledad tampoco es buena para los gatos, así que le buscó un compañero, un cachorro común europeo llamado Kas («como el de naranja»). «Era guapísimo, un muñequito. Me lo trajo mi hermano de Madrid y Anna lo adoptó como propio».
Los gatos son hoy otros, pero la estructura permanece: «Dos gatos se notan menos que uno en los aspectos negativos y tienen muchas ventajas. Se entretienen y, si te vas varios días, se administran la comida y son felices», comenta Unai.
Sus mascotas actuales, los persas Pitu y Johnny, son «gatoperros» que salen a recibirle en la puerta, le siguen de aquí para allá y se comunican con él: «Son muy expresivos, 'hablan' y te hacen saber lo que quieren». Más allá de esos rasgos compartidos, cada uno tiene su carácter. «Pitu es alegre, curiosa, simpática, mimosona y muy extrovertida, mientras que Johnny es tranquilote, fiel y buen compañero de paseos por la casa: es como un gato guía, suele ir un paso por delante de mí. Él es muy tierno, mientras que la gata es más zascandil y más lianta. Suele fastidiarle y es muy gracioso ver sus peleas-juego». Hay partes del piso destinadas a ellos, como el tronco de árbol traído de Maruri o la silla que usan de manera exclusiva: «La destrozan, pero así se centran en esa y dejan las demás. ¡Tienen derecho a su mobiliario!».
A Unai le encanta contemplar las evoluciones de sus gatos: «Cualquier paloma que se acerca, o una simple mosca, son un festival». ¿Qué más le aporta su presencia? «Te sientes acompañado en todo momento. No entiendo quién puede querer una mascota electrónica habiendo gatos, unos seres de carne y hueso tan flipantes y tan amorosos. Yo no me iría a la cama con un robot, pero estos duermen uno a cada lado. Las máquinas las puedes apagar, claro, pero la vida no es así, y tener un gato es sencillísimo desde el punto de vista de los requerimientos y la dedicación. ¡Es más sencillo y menos demandante que usar Facebook!». A menos, claro, que pretendas hacerles posar para un fotógrafo: una vez fuera de su escondite, en cuanto escucha el obturador de la cámara, Pitu se zafa del abrazo de Unai, huye hasta la habitación y se mete bajo las sábanas de la cama. A Johnny le toca dar la cara en solitario.
Raza: persas grises.
Edad: Pitu (en la foto de la izquierda) ha cumplido 3 años en febrero. Johnny los hace en julio.
Peso: alrededor de 1,7 kilos Pitu y unos 2,9 Johnny.
Carácter: Pitu es alegre, curiosa y extrovertida. Johnny, más tranquilo.
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