La vivienda entre montañas en Urkiola de una pareja joven que parece un refugio de lujo

El edificio original estaba protegido por patrimonio; se vació el interior y se construyó el nuevo diseño junto con la cubierta. Por lo tanto, se trataba de empezar de cero respetando únicamente las cuatro fachadas; todo un reto. «A partir del proyecto de arquitectura realizamos un completo estudio de distribución que cubriera todas las necesidades de la pareja», explica Natalia. La interiorista ha sabido potenciar a la perfección las vistas y el entorno en el que se encuentra. «Tratamos de 'volcar la distribución' en todo momento hacia las vistas privilegiadas a la montaña y aprovechar la luz», comenta.

La vivienda consta de cuatro plantas que mantienen una armonía visual. Una de las zonas principales es el salón, donde las chimeneas de estilo rústico son las grandes protagonistas. «Es muy acogedora. El fuego nos conecta con nuestra parte más primitiva del cerebro, como si estuviéramos en una cueva en la prehistoria». La casa tiene una decoración natural, con estancias que inspiran una atmósfera 'eco', pero con un toque sofisticado. Predominan los tonos lino, beige, saturados y madera. «Nuestro objetivo era transmitir paz, como la que sientes en la naturaleza», dice.

En la habitación principal, Natalia y su equipo han conseguido un aspecto de cabaña 'chic'. Para ello, conectaron el dormitorio al vestidor y al baño. «La zona de ducha e inodoro, que requiere más intimidad, la dejamos oculta, pero la del lavabo y la bañera la unimos al dormitorio con un cierre a medida metálico negro. Es como tener un spa de lujo con vistas a la montaña». Una de las claves para conseguir calidez ha sido el mortero de arcilla en las paredes. «Aporta un toque rústico que las viste; son imperfectas y muy naturales. Te hacen sentir en casa y da la sensación de que te abrazan».

Natalia y su equipo han cuidado el diseño hasta en la última esquina, sin descuidar la comodidad. Las escaleras, por ejemplo, han sido creadas a medida y han trabajado para que queden integradas en el proyecto; han fundido su estructura con el tono del pavimento para conseguir un resultado práctico y elegante.

Se inspira en las casas de las montañas suizas. «Las residencias de montaña tienen elementos más invernales como chimeneas, tejidos gruesos, ambientes más oscuros y tonalidades menos luminosas. Sin embargo, en este caso lo hemos fusionado con un estilo más moderno, joven y actual», apunta la interiorista. Con el objetivo de modernizar el espacio, han optado por la presencia de madera, tejidos naturales y toques de color negro. La luminosidad es una característica fundamental. «Los focos se colocaron estratégicamente para crear una atmósfera muy acogedora y cálida. No sé si me gusta más de noche o de día», ríe la emprendedora. Además, el uso de colores neutros en paredes y las tonalidades claras en tapicerías y muebles también ayudan a potenciar la luz.

Las firmas del mobiliario que destacan son las siguientes: la cocina de Santos, la encimera de Dekton, la iluminación de Wever & Ducré y el suelo laminado de Quick-Step. Con todo ello, Natalia y su equipo han conseguido crear una vivienda moderna y estilosa en plena naturaleza sin perder el toque hogareño y rústico. «Da la sensación de estar en un hotelito de montaña de cinco estrellas», concluye.