Pisos en Bilbao (La Alhóndiga)

El piso de lujo y estilo tropical en Bilbao de una familia que se asoma a La Alhóndiga

Los propietarios solo querían una casa «original», que la cocina fuese blanca y que mantuviese el suelo laminado que habían elegido. «Al principio, me parecía que tenía un tono difícil, que iba a condicionar el estilo de los muebles, pero funciona», cuenta Erika, que además es consultora e instructora de 'feng shui'. Se trata de una filosofía milenaria de origen chino que se basa en la ocupación consciente y armónica del espacio que se habita, tratando de crear un ambiente positivo y armonioso a la hora de amueblar el hogar y decorarlo. De hecho, esta vivienda la ha diseñado siguiendo el 'feng shui', que da importancia al material o el color de los objetos que se quieren poner en casa, pero también al lugar en el que van a ir. «En esta reforma he integrado los cinco elementos de la naturaleza, que son el fuego, la tierra, el metal, el agua y la madera, presentes en diferentes colores, materiales y texturas. El objetivo es que se permita el flujo de la energía, conocida como chi, y se bloqueen en contraposición las influencias negativas», explica.

Para reformar este piso de 120 metros y dos habitaciones, Erika ha optado por eliminar varios tabiques y prescindir del pasillo con el fin de crear estancias abiertas y funcionales. Esta interiorista ha convertido el salón en el corazón de la casa, en el espacio perfecto para los momentos de relax y de ocio de sus propietarios. Erika ha orientado este rincón, que recibe una abundante cantidad de luz natural, hacia La Alhóndiga. De hecho, frente a la gran cristalera ha colocado un banco en forma de L para que pudiesen disfrutar de las vistas. «Correr la cortina y ver la cúpula de esta joya que tenemos en Bilbao me parecía un lujo», cuenta. Su intención era crear diferentes ambientes para que esta familia pudiese relajarse en el sofá, leer un libro en la zona de lectura, disfrutar de un encuentro con amigos o teletrabajar. De hecho, Erika dejó las vigas de hormigón vistas, que sirven para delimitar estos espacios.

En el salón aporta un toque sofisticado la mesa de centro de mármol, decorada con una escultura circular de la artista Maite Carranza. En frente, un sofá en L mira hacia La Alhóndiga. Detrás, se lleva todo el protagonismo el cuadro abstracto en rojo de la pintora María Aztiria. «He salpicado la vivienda de detalles en rojo, que simboliza el elemento fuego y es el color preferido de la propietaria», apunta Erika. En esta zona también hay un rincón de lectura con una gran librería a medida y un columpio colgante para la pequeña de la casa, «que le hacía mucha ilusión». Erika también sacó espacio para una zona de trabajo. Decorado con un papel pintado tropical, destaca el escritorio, rodeado por un armario negro con un frente de palillería.

En la cocina abierta predomina el color blanco por petición de los propietarios. «Es un tono recomendado según el Feng Shui, porque aporta pureza y limpieza, pero había que armonizarlo con el suelo de madera», explica Erika. La esencia tropical también inunda esta estancia. Destaca un mural pintado a mano en el que la firma Taruga traslada a los propietarios a un idílico paisaje con palmeras.

En el comedor destacan la mesa y las sillas con detalles en negro, al tono de los armarios. Erika incluye el elemento fuego en la iluminación, ya que ha dispuesto varios carriles empotrados que delimitan cada ambiente.

La suite del matrimonio consta de un tocador próximo a la cama, un vestidor y un baño. El papel pintado con motivo vegetal en tonos tierra es el gran protagonista de esta estancia. Combina con el original cabecero, que es una estructura de pladur también decorada con papel y con las mesillas integradas a modo nicho.

Uno de los muebles más especiales de esta estancia es el tocador, realizado a medida por la empresa vizcaína Iragor Zurgintza. En esta zona, Erika ha jugado con los dos papeles que ha usado en el cabecero.

Para el baño del dormitorio principal, también se ha optado por un papel con motivos tropicales a juego con el suelo, un porcelánico a modo de mosaico. El mueble del lavabo, en madera de roble, es un diseño de la interiorista para esta vivienda.

En el segundo baño también se ha colocado a media altura un papel pintado vínilico con hojas tropicales, siguiendo la misma línea que el otro aseo. Parece que los propietarios, aficionados al arte, pueden contemplar un cuadro mientras se duchan, pero en realidad se trata de un efecto creado por los propios azulejos. «Creo que he diseñado un piso ecléctico, en el que juego con varios estilos, pero que es fiel a la personalidad de sus dueños, que buscaban un hogar original que reflejase sus aficiones y personalidad».