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Comidas familiares, cenas con la cuadrilla, meriendas con roscón y chocolate caliente… Dar la campanada en tu mesa de Navidad y quedar de lujo con tus invitados no es difícil de lograr si sabes cómo. No se trata de hacer un despliegue decorativo digno de ... Isabel Preysler, basta con reinventar nuestra decoración navideña con un poco de ingenio e incluso con adornos hechos por nosotros mismos. Ni vivimos en un palacio ni seguramente tengamos un comedor de revista, pero podemos lograr que nuestros comensales se sientan como en casa creando un ambiente acogedor y festivo. Menos Navidad y más normalidad podría ser el lema de la conocida interiorista Natalia Zubizarreta, que recomienda huir de formalismos forzados y atavíos excesivos en la mesa navideña. La naturalidad y la sencillez son los dos ingredientes que aconseja la experta para aderezar una casa disfrutona y gozosa en la que juntar a los nuestros.
Una corona natural de abeto y hortensias realizada por ella y colocada en la puerta principal da la bienvenida a su hogar, situado en Getxo. Natalia recibe a Bizkaia Dmoda para enseñarnos a decorar la mesa navideña con mucho estilo y sin complicaciones. Este año ha querido rendir un homenaje a los artesanos y poner en valor lo hecho a mano, la producción en pequeña escala, los lazos que de verdad nos unen. «He creado una mesa un poco más rústica y artesanal, haciendo un guiño a lo natural, que es algo que se está reclamando mucho en interiorismo, mediante el uso de materiales nobles como la piedra, la madera o los textiles naturales. Esos elementos que hace el hombre con sus propias manos, para reivindicar la importancia del factor humano», explica. En este sentido, ha optado por una mantelería de lino, ya que recomienda apostar por «texturas naturales para conseguir una base muy natural y neutra»: «Así los detalles que pongamos encima quedarán bien», explica. Además, incide en que la arruga es bella: «Los manteles de lino quedan bonitos también arrugados, es interesante perder el miedo a la arruga, porque nos hará estar más relajados».
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La interiorista aconseja apartar las consignas heredadas y jugar con la decoración para crear una mesa viva y festiva. «No hay que ser tan rígidos ni buscar que todo esté a juego y muy refinado por ser Navidad», asegura. Por eso, no duda en combinar diferentes vajillas: un bajoplato efecto madera, un plato grueso de porcelana verde, otro más pequeño también de porcelana pero en color natural... «De esta forma, conseguimos una decoración sutil a la que añadimos después ciertos toques más sofisticados por ser Navidad», añade. También ha querido jugar con la cristalería y salirse de lo convencional: «La copa de vino y el vaso de agua son dos modelos diferentes, no pasa nada, hay que ser más flexibles, porque se trata de disfrutar y compartir». Eso sí, en su opinión hay un elemento que no puede faltar, porque da un plus de elegancia a la mesa navideña. «Los platitos de pan aportan un toque festivo, como cuando queremos ir más arreglados y nos ponemos una joya».
En su mesa navideña, al igual que en sus proyectos de interiorismo, procura mantener una proporción de tonalidades. «Me gusta que haya una base en colores suaves, que equivaldría al 60%; después reservo un 30% para unos toques más intensos, que en este caso sería el verde. Y, finalmente, un 10% correspondería a los tonos más llamativos, que en nuestra mesa navideña es el rojo, porque de lo contrario nos resultaría demasiado estridente», explica. Para dar un toque de color y elegancia, ha optado por usar caminos de mesa. Natalia ha puesto dos caminos cruzados de Zara Home que marcan el lugar en el que deben sentarse sus comensales. «Yo he elegido un modelo que tiene un aire un poco bucólico y que nos podríamos encontrar perfectamente en la cocina de nuestra abuela, porque no hace falta que sea tan vestido», apunta. El «toque más sofisticado» lo ha conseguido con la cubertería dorada.
El gran protagonista es el centro de mesa que, por cierto, debe ser el primer elemento «que debemos colocar»: «Solemos poner primero todos los platos y luego no nos entra por ningún lado». Además, recomienda que no sea demasiado alto y excesivo, para que podamos ver fácilmente a nuestros seres queridos. El suyo es una creación propia hecha con mucho mimo. «Compré una sencilla corona de escamas leñosas a la que añadí detalles naturales, como piñas o abeto; y otros elementos artificiales, como el acebo, ya que las bolitas rojas tienden a deteriorarse más fácilmente», explica. Y, además, ha salpicado la mesa con algunas piñas sueltas que dan un aire divertido y natural al conjunto de la decoración. «En el centro no podía faltar una gran vela para iluminar las celebraciones y crear una atmósfera cálida y acogedora», apunta Natalia, que pasará la Nochebuena con su madre y la mejor amiga de su progenitora, que ha venido desde Argentina para verla. Porque en estas fechas y ante el nuevo embate del virus, «menos es más»: menos personas en nuestras celebraciones para proteger la salud de los nuestros y menos adornos para conseguir una presentación sencillamente elegante. ¡No te pierdas el vídeo que puedes ver en la parte superior y al pinchar aquí para conseguir una mesa navideña de profesional!
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