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«Si algo no te gusta, cámbialo». Esa debió ser la premisa que siguió una pareja vizcaína al convertirse en propietarios de este chalet de Neguri, en Getxo. Se trata de una construcción en la que los anteriores inquilinos habían vivido durante 40 años, por ... lo que la distribución, los materiales y la decoración requerían un profundo lavado de cara. «Era una casa de carácter clásico, llena de pasillos, habitaciones cerradas y huecos pequeños», nos cuenta Vanessa Soria. Ella es la directora de Area 81 Diseño Interior, un estudio de interiorismo situado en Plencia y compuesto por mujeres que se ha encargado de llevar a cabo esta reforma integral. Esta vivienda de 310 metros cuadrados no se ajustaba a las necesidades actuales de estas dos personas de entre 30 y 40 años, por lo que pusieron el futuro de su hogar en manos expertas, confiando plenamente en el resultado. «Ya nos conocían porque habíamos trabajado con el propietario en una ocasión anterior», explica.
Hablamos de una casa especial en la que los clientes han aportado muchas ideas, transmitiendo cuál eran sus gustos, qué es lo que les daba tranquilidad, pero delegando plenamente en Area 81. «Nos han dejado hacer, fuimos proponiendo ideas, hemos hecho reuniones y hemos trabajado en equipo», apunta. Exprimir todas las posibilidades que ofrece un espacio es el fuerte de este estudio de interiorismo y, en lo que antes era una vivienda imponente, aunque obsoleta en todos los aspectos, consiguieron crear una suerte de espacios diáfanos, luminosos y con un marcado carácter minimalista.
Según el portal Fotocasa, desde el inicio de la pandemia y el consecuente confinamiento, los usuarios utilizan con más frecuencia filtros como «balcón» y «terraza», aunque lo que realmente se dispararon hasta un 40% fueron las búsquedas de «viviendas con jardín». Las directrices del mercado inmobiliario han cambiado a favor de espacios abiertos, al aire libre y con zonas verdes. Unos conceptos inherentes a este chalet, aunque el jardín, en este caso, decidieran eliminarlo para dar paso a un espacio común exterior con suelo cerámico, mucho más práctico y sofisticado, compuesto por terrazas con acceso directo, piscina y garaje.
El interior cuenta con tres alturas, siendo la planta baja el eje donde se vertebra el día a día de la pareja. Aunque es habitual que el salón sea el lugar a través del cual gira el resto de la vivienda, en este caso, han hecho de la cocina el epicentro de la distribución, gracias a una solución tan práctica como original. Las interioristas han adaptado el concepto «cocina-pecera» para crear una especie de burbuja con puertas correderas de vidrio laminado de seguridad, que permite que quede aislada como abierta, permitiendo (o no) el contacto visual según lo deseen los inquilinos.
Antes era la típica cocina de carácter rústico que se estilaba hace décadas, con puertas plafonadas, encimeras de granito y electrodomésticos vistos. Ahora, los panelados de madera cálida con veta horizontal y la ausencia de tiradores han sido la solución para crear armonía visual en este espacio. También decidieron incorporar una barra ligera para almuerzos o desayunos rápidos que encajaba con el estilo de vida de la pareja, a la vez que se puede utilizar como zona de conversación entre amigos y familiares mientras se cocina. El resultado es un diseño cuidado de líneas limpias, acogedor y con mobiliario y encimera de FENIX, que aporta textura y calidez a pesar de su color. La iluminación indirecta hace el resto.
Aparte de las correderas, el hilo conductor que conecta y unifica la cocina con el resto de la planta es el pavimento de lama y ancha acabado Roble de Quick Step, que también recorre el salón. Del mismo modo, aquí también se buscó un espacio coqueto, confortable y acogedor. Tiene acceso a zona de comedor, con mesa de mármol y hierro para 8 comensales, butacones de ante gris y una hilera de luminarias doradas de carácter retro. La zona de estar, donde se encuentras los sofás y una televisión panorámica, cuenta con unas originales estanterías de madera. Compartiendo espacio, aunque oculto tras otra corredera, se ha habilitado una zona de despacho y descanso con muebles de oficina y otra televisión. La planta baja cuenta también con un aseo de cortesía.
La escalera se hace la protagonista paralela de la planta baja, gracias a un diseño tan sencillo como atractivo que une las zonas comunes con el resto de la vivienda. Se trata de un juego compensado entre majestuosos escalones de madera, limpias paredes de color blanco y minimalista barandilla de cristal, a los que se une una iluminación íntima y cuidada que nos va guiando hacia los espacios más privados de la casa.
La primera planta cuenta con tres habitaciones, un vestidor y un baño. El dormitorio principal tiene aproximadamente 24 metros cuadrados y en él se observa una zona de descanso con un cabecero a medida realizado mediante tableado fresado y lacado, con el único objetivo de seguir la línea minimalista del resto del proyecto. Las mesillas, realizadas en madera de roble natural, están colgadas y los detalles de iluminación son de color negro, así como la perfilería del vestidor. El baño, de amplitud generosa, combina tonos negros y la cerámica con textura de madera. Además, cuenta con espejos verticales con los que consiguen verticalidad y aumentan aún la sensación de mayor espacio. Por último, la última planta está destinada a zona de juegos.
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