Quizás sea el método de adelgazamiento más popular de los últimos tiempos o, al menos, del que más se ha hablado en los medios de comunicación. Efectivo y polémico a partes iguales, se ha convertido en una moda de amor-odio que cuenta con tantos ... seguidores como detractores. El ayuno intermitente es una práctica habitual de muchos rostros conocidos del 'star-system' como Jennifer López, Selena Gómez o Nicole Kidman. Entre el famoseo patrio, ha sido Elsa Pataky quien se ha erigido como la defensora de no probar bocado durante 16 horas diarias. «Lo hacemos todos los días mi marido (Chris Hemsworth) y yo» decía. Ellos han convertido el ayuno intermitente en un estilo de vida y otros como Tania Llasera han empezado a incluirlo en su rutina aprovechando las semanas de confinamiento. ¿El resultado? 10 kilos menos en 70 días.
Publicidad
La presentadora bilbaína se ha limitado a compartir su experiencia personal a través de las redes sociales, dejando siempre claro que ella «no es médico, ni especialista» y que se debería consultar siempre con un profesional antes de comenzar cualquier dieta. «Entré en la cuarentena, que se convirtió en kilos de más. Venían del verano pasado y con un extra navideño. Siempre me veo bien, pero estaba algo incómoda y ya no me cabía casi nada de mi armario», comenzaba su relato. Su objetivo no era otro que mejorar su bienestar y su salud, consiguiendo ese equilibrio cuerpo-mente que los excesos se habían llevado por delante. Aprovechando los días de encierro y la ausencia de fiestas, cenas y tentaciones, Llasera intentó tomarse en serio lo que hasta ahora había sido un coqueteo con el ayuno intermitente. «La primera semana me agobié tanto que perdí un par de kilos que me sirvieron de rampa».
A esos dos kilos le siguieron ocho más. Su sorprendente pérdida de peso no se debe a las miles de actividades que ha hecho con sus hijos durante esta cuarentena, algo que, sin duda, le han mantenido activa y entretenida durante varias semanas. Se debe al aumento de ejercicio, de consumo de agua y a una planificación estratégica de sus comidas: «No me suele gustar desayunar (al menos antes de dejar de fumar), así que aprovecho las horas de sueño y las sumo a mi 'no desayuno' (solo un café o dos) y bebo mucha agua. Mi ventana de comidas es de 14.00 horas a 20.00 horas más o menos. Y almuerzo, meriendo y ceno pronto con los niños. Me sienta genial tener el cuerpo vacío. Entreno 3 días a la semana en ayunas y estoy llena de energía. Muchas veces ya como casi sin hambre», explicaba. Como era de esperar, las reacciones de sus seguidores no se han hecho esperar. Hay quienes aplauden su logro y otros que no están tan de acuerdo.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.