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Bilbao BBK Live 2022 : Elisa, la maquilladora bilbaína por la que cientos de festivaleros hicieron cola en el BBK Live
Bilbao BBK Live 2022

Elisa, la maquilladora bilbaína por la que cientos de festivaleros hicieron cola en el BBK Live

Es la profesional del maquillaje de Littas Beauty y la responsable de haber puesto el puntito de fantasía a los looks de los asistentes desde el espacio San Miguel

maría calvo

Lunes, 11 de julio 2022

Repasando las biografías de algunos maquilladores profesionales nacionales e internacionales se puede comprobar que todos tienen varios puntos en común: la vocación como punto de partida, una vida un tanto nómada en busca de oportunidades, la valentía de esquivar el camino impuesto y las ganas de luchar contra viento y marea por conseguir hacer de su pasión su profesión. Unas premisas que han guiado los últimos 21 años de Elisa Campano Andrés, maquilladora profesional y fundadora de Littas Beauty. Esta bilbaína todoterreno consolidada en el sector, ha sido la encargada de poner el punto de fantasía a una inolvidable decimoquinta edición de BBK Live que nos ha dejado grandes momentos y un buen repertorio de looks.

El espacio de Littas Beauty estuvo situado en San Miguel durante las tres jornadas de festival. Se podría afirmar que fue uno de los corners más visitados, a juzgar por las interminables colas que se formaron allí cada día desde las 5 de la tarde hasta bien entrada la madrugada. «Llevo tres horas de sueño encima, también he tenido que trabajar en otros eventos por la mañana, pero se lleva bien». Al final, siempre gana la vocación. El cometido de Elisa en Kobetamendi, donde ha trabajado ya en otras tres ediciones, fue potenciar los looks de los festivaleros con maquillajes fantasía que se salieran de la norma, creando sinergias con el ambiente a través colores vibrantes, brillos y purpurina, mucha purpurina. «La he comprado en Inglaterra en cantidades industriales. Queda muy 'mermaid', a la gente le encanta», asegura.

En los festivales de música las normas de estilo se difuminan, dando paso a una libertad creativa que en el día a día permanece encorsetada. «Se trata de crear algo vistoso que de buen 'feeling', buen rollo. Estamos saliendo de la rutina, es un sitio especial y un momento especial». Quienes buscaban algo sencillo fueron al sitio equivocado. Las creaciones de Elisa en el ámbito festivalero exceden sus propios límites y no son aptas para los más clásicos, aunque se amoldó a quienes le pidieron un puntito de discreción. La petición más extraña de esta edición ha sido una bandera de Irlanda y un unicornio en la cara, «pero la mayoría delega el diseño en mis manos y lo agradezco un montón, porque con el 'free-style' es donde yo me expreso de maravilla», explica.

A la hora de comenzar a maquillar, Elisa se guía por el tono de piel, el peinado y las facciones. «Son muchos años ya, tengo el ojo hecho». Los productos que ha llevado son aquacolores profesionales, hipoalargénicos y al agua, los mismos que se utilizan en el arte del 'body painting'. La mayoría en tonos neón, que además estaban preparados para brillar en la oscuridad. El resto quedó en manos de su aguda intuición como garantía de éxito. «La gente es encantadora, estaban de buen rollo y a todo el mundo le gustó mi trabajo». ¿Su mejor recompensa? El efecto 'wow' que provoca el momento en el que se miran al espejo con el resultado final. «Sus reacciones me han dado una energía increíble. Estoy muy feliz».

Una maquilladora atípica

Fantasías festivaleras aparte y volviendo a esta realidad sin 'brilli-brilli', centramos el tiro en el día a día de Elisa Campano. Esta bilbaína, directora de Littas Beauty desde 2011, presume de largo recorrido a sus espaldas en un sector que le apasiona y al que no estaba «predestinada». Presume con la cabeza alta de ser maquilladora, una profesión que dice estar muchas veces denostada y ninguneada. «En ocasiones, cierto tipo de personas y en ciertos ámbitos nos tratan de ignorantes, pero no se debería prejuzgar. Nunca sabes a quién tienes delante y qué historia tiene detrás». Su historia es la de una ingeniera industrial que se licenció en una carrera en la que siempre supo que no sería feliz. Su tesón le llevó a terminar los estudios universitarios con sus prácticas correspondientes, mientras se formaba como maquilladora profesional. No contó con el beneplácito familiar cuando comenzó a despuntar en sus primeros trabajos dentro el sector de la belleza, pero ella siempre tuvo su objetivo claro.

«Sabía que era buena, tenía mano. Eché un currículum, pasé las entrevistas y empecé a maquillar para una firma». A partir de ahí fue un ascenso meteórico que le llevó a ser maquilladora nacional de Estée Lauder. De ahí pasó a MAC, a la EiTB o las óperas, zarzuelas y obras de teatro del Arriaga y Euskalduna. En 2001 se hizo especialista en novias, siendo muchas las que han pasado por sus manos, algunas tan especiales como Aitana Ávila. La cuarta finalista de MasterChef 7 no solo se puso en sus manos en el día de su boda hace tan solo dos meses, sino que confió en ella para dar un toque fantasía a su look del BBK Live, cerrando así un círculo que demuestra la faceta más polivalente de nuestra protagonista. «¡Eres una artistaza!» escribe Aitana en sus redes sociales, y a las imágenes del festival nos remitimos.

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