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En Bizkaia Dmoda recogemos cada viernes los testimonios sobre Tinder que llegan a nuestro email bizkaiadmoda@gmail.com. La semana pasada descubrimos la historia de Andrea, de 26 años, que relató su traumática experiencia en esta aplicación, y es que conoció a una chica con la ... que todo parecía ser maravilloso pero de la noche a la mañana, se fue con otra. Hoy traemos el relato de Silvia:
Soy Silvia, 42 años, soltera, sin hijos, ni ex-marido, independiente y viajera. Dos años en Tinder, poniéndolo y quitándolo. Cada vez que funciona un 'match' lo elimino porque pienso que es el definitivo. Salimos durante un mes, nos conocemos, nos encantamos, va todo fenomenal y, de repente, decae hasta desaparecer, por diferentes razones. Os cuento una de mis últimas decepciones.
Día de Reyes, domingo aburrido, día de más tráfico en Tinder. ¡Match! Empezamos a charlar, nos caemos bien, somos los dos irónicos y manejamos el lenguaje de los dobles sentidos. El lunes quedamos, ya hemos hablado lo suficiente como para saber que nos vamos a gustar. ¡No es camisetero, lleva camisa!, no escala y odia las faltas de ortografía. Se me pone el corazón a mil. ¡'Rara avis'!, ¡para mí!
Primera cita: llueve, vamos a pasear a su perro y luego tomamos un café. No nos besamos, pero ha ido estupendamente y habrá segunda cita.
Que dice el perro que me quiere volver a ver…jajaja, pues es mutuo y volvemos a quedar. Varias veces, sigue sin haber beso.
Me cuenta su trágica historia sentimental, su gran secreto, y también me confiesa que es superdotado, en el sentido de tener altas capacidades intelectuales. Me hago un máster rápido para ver cómo se relacionan los chicos con altas capacidades. Son difíciles pero, como he ido mil veces al psicólogo, me pongo en su lugar y creo entender las cosas que hace.
A pesar de su gran secreto, decido seguir adelante, pero seguimos sin besarnos, solamente tímidos piquitos en la boca. Voy a su casa, viene a la mía, pero siempre con distancia de por medio. No nos tocamos.
Las conversaciones me hacen creer que tiene interés en mí. Sin embargo, se va 10 días a Madrid a casa de sus padres y las ganas de vernos cada vez son mayores. Las conversaciones lo evidencian. Le gusto. Llega el sábado y se le pincha una rueda, llega el domingo y tiene fiebre, llega el lunes y no quiere que le vaya a visitar. El jueves es mi cumpleaños, me felicita y me dice que lo nuestro no fluye, que no debemos forzar.
Yo me quedo con el trozo de tarta en la mano y una lágrima me cae por la mejilla. Estoy en la oficina celebrando mi cumple. 'Qué poco tacto el superdotado, ¿no?'. '¿ El día de tu cumple?', me dicen mis amigas, mi madre, mis compañeras de oficina... Todas saben mis historias de Tinder y con el superdotado calvo estábamos 'taaaaan' ilusionadas.
Me bloquea en todas las redes. No doy crédito, pero se cumple la regla del mes. Al mes se esfuman.
Han pasado 3 meses sin saber de él, hasta hace una semana que le veo en….¡Grinder! Sí, estáis leyendo bien, ¡en la 'app' para gays! ¿Cómo os quedáis? A mí me pinchan y no sangro.
Envíanos tu experiencia en Tinder a bizkaiadmoda@gmail.com
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