
Sexo en Nueva Bilbao (VIII)
Ligo con el guapo de Ledesma, un pesado que resulta ser mi...Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Sexo en Nueva Bilbao (VIII)
Ligo con el guapo de Ledesma, un pesado que resulta ser mi...Karri Bilbao
Viernes, 27 de diciembre 2024, 01:00
Cada viernes, Karri Bilbao nos comparte las historias y experiencias que vive con sus amigas. Tras años de convivencia en pareja han regresado a las noches (y tardeos) de la villa.
Los viernes el ambiente nocturno en Bilbao es diferente al de los sábados. Las razones pueden ser varias, pero la principal es que muchas de las cuadrillas que te topas las forman compañeros de trabajo o actividades varias que, tras la comida de despedida o cualquier otro motivo que les reúna de manera ocasional, prolongan el encuentro hasta bien entrada la madrugada. Así, en tales grupos los miembros son variopintos; lo mismo está el veinteañero en prácticas que el veterano a punto de jubilarse. Una amalgama de circunstancias y edades que pueblan zonas de ambiente por doquier allá donde alces la vista. Con este escenario de fondo, quedo con Ane y Maite a las ocho en el Atseden, punto de partida habitual cuando la cita es en Ledesma.
A partir de estas horas la mezcolanza comienza a ser, por lo menos, curiosa. En el tono de voz, la bebida que se pida en barra, los andares y el enfoque de la mirada, se vislumbran con claridad muchos síntomas para realizar un diagnóstico más o menos acertado de cada individuo. La visión del entorno nos mantiene entretenidas mientras el cielo amenaza lluvia y nos apiñamos bajo el toldo junto a las cuadrillas que antes se dispersaban metros más allá. La casualidad quiere que a mi lado se sitúe un desconocido con un gintonic en mano. Con voz pastosa pregunta mi nombre y lugar de residencia. Dice que me conoce y pienso que podría haber tenido más imaginación, pero no se le puede pedir más en tal estado, para qué engañarme. Opto por ignorarle, pero insiste. Es guapo y parece inofensivo le mires por donde le mires, así que a la tercera respondo cómo me llamo y que soy de Bilbao. ¡Error! Porque sigo a lo mío, pero él dale que dale…
Noticias relacionadas
Algunos de sus acompañantes vienen a buscarle, uno más perjudicado incluso que él y, otro sereno que podría ser su hijo en posición de guardia; ya que pregunta con delicadeza si me ha molestado la actitud de su compañero de oficina. Le digo que nada hay que disculpar, aunque algo pesado ya es… Eso sí, antes de despedirnos y por el bien general, le aconsejo que mejor eviten que beba más. Seguimos por el Periflu y nos sentimos afortunadas por encontrar una mesita libre en el interior. Nos deshacemos de las chaquetas, los bolsos y paraguas y ahí que vuelve a la carga el que ha bebido de más. El veinteañero le tira de la chaqueta para que salga del bar… Terminamos ronda en Ledesma tras un par de bares más y decidimos continuar en el Abando para picar algo. ¡Sorpresa! En la mesa de al lado está medio adormilado el pesado junto al más joven que le atiende con mimo mientras le da de beber a sorbitos una manzanilla humeante. Pienso que, en algún momento de nuestras vidas, los papeles entre padres e hijos se intercambian en materia de cuidados y, según parece, aunque estos dos no sean familia de sangre, están ensayando…
En ello andan cuando una aparente lucidez brota del rostro del pesado y al verme suelta que sí que me conoce. Es el vecino de arriba recién mudado al edificio tras divorciarse. Coincidimos en el portal, ahora que lo dice… Me crucé con él anteayer y pensé que a pesar de ser aparentemente una década mayor que yo era muy atractivo. Si mañana subimos en el ascensor, ¿hablaremos del tiempo?
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los libros vuelven a la Biblioteca Municipal de Santander
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.