Zorrozaurre en 3D: Así se protege la isla de las riadas mientras nacen pisos y calles
Zorrozaurre despega ·
Cuando se cumplen 10 años de la aprobación del plan especial para la isla ya se ven las nuevas calles y todo empieza a tomar forma. Tanques de tormentas y rellenos para elevar su cota son necesarios para mantenerla a salvo de inundaciones
gonzalo de las heras y Luis López
Domingo, 16 de octubre 2022
A veces da la impresión de que la isla de Zorrozaurre es un espacio casi mitológico donde confluyen energías futuras y prometedoras. Ya llevamos muchos años con esta historia, con que ahí va el Bilbao del mañana, con que habrá empresas y universidades, pisos y parques y muchas cosas ecológicas y modernas. Pasa un poco como con el tren de alta velocidad (TAV): de tanto hablar de un asunto tan potente que avanza tan lento parece como que pierde interés.
Pero no tiene nada que ver una cosa con otra. Porque en los últimos meses Zorrozaurre ha despegado y ya se ven sobre el terreno avances importantes. Las nuevas calles, elevadas un metro y medio sobre la cota original para conjurar el riesgo de inundaciones, están ahí. El paseo junto a la ría en la punta norte, frente a Zorroza, está casi terminado. También se han levantado los primeros edificios residenciales nuevos en la isla. Las obras para los tanques de tormentas han arrancado y muchos otros tajos están a punto de empezar. Incluso hay interés manifiesto de las empresas por implantarse ahí, por lo que se reserva más suelo para desarrollar el parque tecnológico. Las noticias halagüeñas se suceden de forma atomizada y revelan que las cosas han tomado velocidad. Ocurre todo esto en un momento muy simbólico, cuando se cumple una década desde la aprobación definitiva del Plan Especial de Zorrozaurre, realizada por el Ayuntamiento en noviembre de 2012.
Echemos primero un vistazo general a la isla:
Meneo en la punta norte
Sobre el terreno, se aprecia muy bien el creciente meneo en lo tocante al ritmo de urbanización de la punta norte, la más próxima al mar. Los trabajos empezaron hace más de año y medio y ya son visibles las nuevas calles, como promontorios rectilíneos sobre las parcelas que irán llenándose de bloques de viviendas. Según los cálculos de Juan Carlos Sinde, gerente de la comisión gestora que pilota los trabajos, a finales de 2023 el tajo en esta parte de la isla estará concluido. Se incluyen, además de viales y aceras, las canalizaciones, los árboles, todo. Llama especialmente la atención el estribo –un escalón de ocho metros de alto– desde donde partirá el puente proyectado que unirá Zorrozaurre con Zorroza.
De manera paralela se construyen los primeros edificios residenciales frente al barrio de San Ignacio. La primera promoción de VPO de Jaureguizar, con tres bloques, ya tiene la estructura en pie y la previsión es que pueda entrar a vivir la gente a finales del próximo año, cuando concluya también la urbanización de las calles. En ese momento se abrirá además al tráfico el nuevo puente de San Ignacio, que ahora solo es utilizado por los vehículos pesados que acceden a las obras. Además, ahora se está trabajando en la cimentación de los pisos tasados próximos a la promoción ya visible, lo que están orientados hacia la ría.
El paseo junto a la ría
Quizás donde es más fácil percibir cómo están cambiando las cosas es en el paseo junto a la ría, el que discurre frente al barrio de Zorroza, una zona que lleva meses cerrada por obras y preservada así de miradas indiscretas que ha tenido un revolcón muy interesante. En concreto, ha ganado más de un metro de altura y prácticamente lo único que queda por hacer son los remates, la última capa de firme y embaldosado. Un viejo embarcadero queda ahí abajo, recordando a qué altura lejana estaba antes el vial, muy cerca de la lámina de agua. Pero, sobre todo, llama la atención cómo quedan, como enterrados, los viejos edificios supervivientes (Lancor, Konsoni, Mefesa, un pequeño caserío), circundados por una especie de callejones angostos.
Para elevar el paseo ha sido necesario, primero, reforzar la estructura sobre la que se asienta mediante pilares de hormigón que llegan a la zona de roca. El objetivo de la operación era que esa base fuese capaz de soportar el peso de los rellenos que le dan la altura, y que también se han realizado ya. Incluso se ha hormigonado, dándole al lugar una apariencia prometedora, de zona renacida. Ya solo queda ir colocando las baldosas, que esperan su turno en palés dispuestos a lo largo del recorrido.
Esta es la solución técnica que se ha utilizado:
La punta sur, frente al IMQ
En la punta sur de Zorrozaurre, la que está frente al IMQ y se prolonga hasta el edificio de Artiach, las obras de urbanización en su primera fase empezaron este año. Es un tajo importante porque el nuevo vial, el que discurrirá a lo largo de toda la isla, va a cambiar el modo de entrar en ella. Ahora, tras cruzar el puente de Frank Gehry, hay que girar a la izquierda y continuar por la única calle que existe. El plan de Juan Carlos Sinde es que en las primeras semanas de 2023 eso cambie y una vez pasado el puente se gire a la derecha para internarse en el nuevo barrio. Eso va a tener un efecto importante en el desarrollo de otra parte de la obra: al dejar libre de coches la zona de paso actual se podrá comenzar a trabajar ahí. Especialmente, para allanar la construcción de una estructura bajo la ría por donde llegará la energía y el agua, y se dará salida a a las redes de saneamiento.
Retirar el tráfico de Ribera de Deusto, por donde circula actualmente a lo largo de Zorrozaurre, también facilitará la construcción del muro que protegerá esta zona de la isla de inundaciones. El tajo arrancará próximamente (costará 1,6 millones de euros) y necesariamente implicará afecciones al tráfico si sigue pasando por ahí. En cuanto se desvíe por los nuevos viales se agilizarán los trabajos en el muro antinundaciones, necesario en esta zona porque, siendo la única habitada y que mantendrá los edificios residenciales, no se puede elevar como el resto.
Veámoslo en 3D:
Los tanques de tormentas
Los tanques de tormentas, cuya construcción comenzó esta semana, tienen mucho que ver con ese muro que se va a levantar. ¿Por qué? Porque habrá momentos en los que la pleamar contenida por el muro esté por encima de la cota a la que se encuentra la calle. En esta situación, si llueve mucho las aguas pluviales no podrán desaguar al Nervión, así que se formaría como una piscina en Ribera de Deusto. Ahí entran en juego los depósitos subterráneos, que acogerán el líquido de lluvia en marea alta y lo soltarán en bajamar. Son dos y se ubicarán en sendas parcelas junto a Kunsthal y Artiach. Ambas tendrán una capacidad de más de mil metros cúbicos y bombas para vaciarse si las lluvias tienen tal dimensión que no son capaces de asumirlas.
El trabajo para excavarlos, peliagudo porque los suelos aquí son limosos, con arena y mucha agua, se prolongará durante veinte meses y costará algo más de 6,8 millones de euros.
En este modelo en 3D puedes ver cómo funcionan los tanques de tormentas previstos en Zorrozaurre.
También en la punta sur se están ejecutando las obras de construcción de una promoción de viviendas libres de Neinor y, según las previsiones del gerente de la comisión gestora, antes de que termine el año podría empezar el tajo de otras dos promociones.
¿Y el centro de la isla?
Por último, la parte central de la isla de Zorrozaurre, la que va desde Artiach hasta Tarabusi –donde estaba el depósito de la grúa– tiene pendiente la constitución de la junta de concertación, que es como la comunidad de propietarios de los suelos. A continuación llegará el proyecto urbanístico, la reparcelación de terrenos... Para el desarrollo de esta zona aún habrá que esperar unos cuantos años.
Más que una isla, y también más que pisos
El proyecto de Zorrozaurre no sólo incluye la isla, sino también la margen derecha del canal, en los barrios de Deusto y San Ignacio. Ahí está casi todo hecho. Quedan un par de promociones residenciales que están en obras y unas viviendas dotacionales proyectadas por el Gobierno vasco. También está pendiente arrancar el tajo de las tres torres que irán en la parcela que ocupaba la rotonda de Botica Vieja.También es inminente que comiencen a levantarse pisos en los rellenos del canal de Deusto, esas parcelas que se han ganado en la isla (más de 50.000 metros cuadrados) y que han sido ejecutados por empresas a cambio de poder promover ahí nuevas zonas residenciales.
Pero Zorrozaurre es más que viviendas. La isla quiere acoger actividades económicas y docentes que se retroalimenten. Ya funcionan ahí los centros formativos Kunsthal, As Fabrik y Digipen, y se buscan más universidades interesadas. Además, en el primer trimestre de 2023 empezarán las obras para construir los primeros edificios del parque tecnológico, que tendrá dos polos, en el norte y el sur de la isla. Inicialmente se iban a habilitar dos parcelas, pero habiendo interés de las empresas por instalarse el Ayuntamiento ha reservado dos más. Cuando esté totalmente desarrollado tendrá 133.000 metros cuadrados.
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