Zorrozaurre será una isla el lunes

El tajo para abrir el canal se inició en 1950 y se paralizó 18 años más tarde por el desembolso millonario que supuso y por su complejidad técnica. Las excavadoras se pararon a 500 metros de finalizarse la obra. Así nació la península de Zorrozaurre, que, con el tiempo, se fue degradando. El brazo de agua quedó relegado a dársena portuaria. Ahora, se cierra esa cicatriz y termina una obra que quedó inacabada hace justo medio siglo, en septiembre de 1968.

La apertura del canal no solo reducirá el riesgo de inundación en la isla, según los expertos. Tiene una gran importancia simbólica. Zorrozaurre pretende seguir con el proceso de transformación de Bilbao y ser otro hito urbanístico, como fue, por ejemplo, Abandoibarra. Diseñado por Zaha Hadid, Premio Pritzker de arquitectura, y gestionado por el ingeniero de caminos bilbaíno Pablo Otaola, el proyecto – que incluye también toda la recuperación de la margen derecha del canal, donde se construirán 1.000 viviendas y acaban de empezar las obras de un paseo de más de dos kilómetros que abrirá los espacios portuarios a los vecinos de este distrito–, contempla levantar otras 4.300 en la isla y la recuperación de 19 pabellones industriales de valor para otros usos.

La mitad de los nuevos hogares serán protegidos. Algunos ya están rehabilitados, como el nuevo pabellón de remo. Tras el desembarco de Digipen el 17 de septiembre, la isla también acogerá a alumnos de Mondragón y de la Universidad de Navarra. Además, una facultad de Medicina de Deusto se erigirá junto al puente de Frank Gehry.

La conversión de Zorrozaurre en isla marca un punto de inflexión en una obra que, desde que se ideara en 1890 y desde que se reiniciara en 2014, ha sufrido varios reveses. El Ayuntamiento rescindió el contrato a la primera adjudicataria en 2016. Tras la segunda licitación, el Consistorio iba a encargársela a Dragados y Hermanos Elortegi, pero ésta renunció en el último momento y se recurrió a la segunda mejor oferta, la que presentaron Tecsa, Murias y Drace. Crear la isla ha requerido retirar los 360.000 metros cúbicos de terreno que conectan la península y Bilbao, abriendo un tajo de 500 metros de longitud, 75 de anchura y 10 de profundidad.