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Leire Pérez
Jueves, 10 de octubre 2019
No hace falta alejarse mucho de las calles del populoso barrio basauritarra de Basozelai para darse de bruces con los jabalíes que cada noche se acercan al entorno del campo de fútbol. Los cochinos se han convertido en una atracción para los basauritarras. Anoche poco ... después del ocaso y sin importarles la presencia humana, ni las luces de las farolas, ni los muchos perros que a esa hora frecuentan la zona, aparecieron cinco ejemplares, todos ellos, crías de tamaño pequeño y medio. «Esto se ha convertido en un espectáculo. La gente viene aquí a ver si contempla alguno. El miércoles por la noche había aquí una veintena de personas grabando con el móvil», contaba Ángel Ruiz, vecino del barrio.
Los más mayores no recuerdan algo parecido. Es llamativa la presencia de los jabatos, que hozan a sus anchas y se revuelcan en la campa con cierta desvergüenza, pero lo es más que grupos de niños se acerquen a ellos para jugar o hacerles fotos. Anoche se podía ver los críos corriendo hacia los peludos mamíferos para llamar su atención, para, una vez lograda, salir pitando en dirección contraria. Algunos tampoco se cortaron en lanzarles piedras. Un juego que puede ser peligroso si alguno de los menores se cae al suelo -donde pueden ser embestidos- o si aparecen los cochinos adultos. «Estos son pequeños todavía. No tienen colmillos, pero de aquí a un mes crecerán y entonces sí que serán un peligro». La alerta la lanza Toño Valero, un vecino que ha contemplado cómo la piara basauritarra «han ido aumentando de peso». Y sabe de qué habla porque hace años precisamente cazaba a estos animales en sus ratos libres. «Estos han nacido aquí, les hemos visto crecer. Pertenecen a una familia que se ha instalado detrás del matadero. Hay otra debajo del campo de tiro y parece que una tercera tiene su zona de estancia detrás del colegio», enumera.
En el último medio siglo, qué se dice pronto, los residentes del barrio no habían visto algo igual. «Antes los aldeanos se quejaban de que les andaban en la huerta, pero eran los que tenían los sembrados monte arriba. Cualquier día bajan al Ayuntamiento», bromeaba Valentino Robles, otro residente que asegura que «no hacen nada». No son de la misma opinión los padres de la Escuela de Fútbol Baskonia que estaban viendo como entrenaban sus hijos. Algunos mostraban su miedo. «Hasta las nueve de la noche están jugando niños de diez años y más tarde, están los más mayores. Los animales andan por aquí y cualquier día puede pasar algo», advierten. La asociación de vecinos de Basozelai está semana ha vuelto a pedir soluciones y alertar de que «cuando ocurra algo, nos echaremos las manos a la cabeza».
El portavoz del PP en el Ayuntamiento, Edu Rodríguez, recordó ayer que «el problema no es nuevo». Y tirando del dicho «es mejor prevenir que curar», alertó de que son «muchos los vecinos que se acercan por curiosidad a observarlos y grabarlos, exponiéndose al peligro y sin darse cuenta de que en cualquier momento les pueden atacar». Los populares presentarán en Juntas Generales una petición para que se tomen las «medidas suficientes» para controlar la situación.
EH Bildu también ha registrado una pregunta para que la diputada de Medio Ambiente, Elena Unzueta, explique qué medidas va a tomar la Diputación. «Queremos saber qué pasos ha dado hasta ahora para reconducir la situación porque hasta ahora solo se ha llevado a cabo la batida y es urgente dar una solución satisfactoria», exigió Exabier Arrieta, portavoz en el Consistorio basauritarra.
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