Borrar
El sorteo de la Primitiva acumula el bote para la próxima semana: comprobar resultados de este sábado 1 de febrero
Tuppers y bolsas. Una mujer recoge alimentos en el comedor de Cáritas en Bilbao, que atiende a 200 personas. ignacio pérez
«No había vuelto a un comedor social desde hace siete años»

«No había vuelto a un comedor social desde hace siete años»

Tres personas sin recursos cuentan su día a díadesde que la crisis del coronavirus complicó aún más su lucha para tratar de salir de la exclusión

Lunes, 11 de mayo 2020, 01:50

Reyito Castillo, 48 años, mastica una mandarina a la entrada del comedor social Conde Aresti de Bilbao y se acuerda de que tiene que tomarse la pastilla para la diabetes. Acudirá a la noche también a cenar y, para desayunar, le darán una bolsa con ... un plátano o un bocadillo. Cuenta que en un hornillo que tiene él y sus compañeros de la calle calientan café por las mañanas. Esa es una de sus escasas pertenencias. La otra buena es una tienda de campaña, el lugar donde se recoge cada noche. Vive bajo el puente de Miraflores desde hace 20 meses. Cuando se decretó el estado de alarma la Policía le invitó a quedarse en el pabellón de Miribilla; «ni hablar, ahí adentro puedo coger el virus más fácil», les dijo. «Los albergues te ponen loco. Gente hablando por todos lados, gente borracha por un lado, gente drogada por otro, sales loco», considera. Tampoco le gusta vivir en una habitación, la otra opción que ha manejado en alguna ocasión. «Tienen muchas normas como acostarse a las ocho y media. Yo lo que quiero es acostarme a la hora que me dé la gana». Durante un tiempo, comenta, «llegué a alquilar un pisito de 400 euros, pero después con el agua y la luz no me llegaba».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo «No había vuelto a un comedor social desde hace siete años»