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Sergio Llamas
Domingo, 5 de junio 2022, 13:36
Las corales vizcaínas gozan de buena salud, pero les faltan voces jóvenes. Lo evidenciaron ayer durante la celebración en Sopela de la edición número 37 del Día Coral de Bizkaia, que reunió a más de 500 cantantes de 38 formaciones. La agrupación anfitriona, Lagun Artea Abesbatza, es una de las más nuevas, con solo 17 años de andadura, aunque surgió en un club de jubilados y su media de edad supera con mucho los 60. «El problema con la cantera es que es difícil encontrar gente joven que se comprometa», reivindicó su presidente, José Antonio Candina
Se trata de una situación común a todos los grupos, según reconoció el portavoz de la federación vizcaína de corales, y presidente del Orfeón de Sestao, Koldo Hierro. Todo pese a que más allá del entrenamiento y la calidad de las voces, las agrupaciones amateur vizcaínas ponen el acento en su buen ambiente. «Esto es una familia. Si uno se pone malo, al final lo sufres y estás totalmente pendiente de él», subrayó.
La edad, junto a la dificultad de mantener las normas y llevar mascarilla en una actividad que consiste en juntarse para alzar la voz, ha hecho de los coros «la última actividad cultural en recuperarse de la pandemia». Antes del covid el día coral reunía a medio centenar de grupos y un millar de voces. Ya no es así. «Ésta es una edición peculiar porque el virus sigue ahí y muchos mayores tienen miedo. Algunos grupos todavía no han retomado los ensayos y otros no se han atrevido a venir», remarcó. El año que viene el encuentro será en Balmaseda, esperan que ya con total normalidad.
La exhibición de ayer la abrieron 70 menores de Amorebieta, Barakaldo y Mungia. El grupo de esta última localidad, Tantak Korala, tiene chavales de 6 a 18 años. Su directora, Asun López Mitxelena, lamentó que en Bizkaia falten «proyectos que ilusionen a los jóvenes». Ella se esfuerza en «transmitirles el sentido de la responsabilidad que da pertenecer a un grupo y encontrar temas que les motiven».
A sus 68 años, el presidente de Sodupe Mendi-Ona de Güeñes, Jorge Muñoz, es de los más jóvenes de la coral. Por eso aseguraba que dos recientes altas le animan a redoblar esfuerzos de captación, «aunque sea la mayoría gente jubilada, que tiene tiempo».
Entre las formaciones también hay situaciones especiales, como las del coro de la Asociación Parkinson Nervión Ibaizabal. Su director, Francis Corpas, recordó que el 75% de los integrantes tienen la enfermedad, «Mantener el ritmo y recordar la letra se hace muy complejo por el deterioro cognitivo», apuntaba, pero cantar les ayuda mucho «al trabajar la coordinación y la memoria».
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